31 mayo 2015

Un espejo del mundo


Las obras de ficción acaban reflejando siempre la sociedad en la que se producen y, por ende, el mundo en el que vivimos. Hasta las más fantásticas y, en teoría, alejadas del día a día contemporáneo lo hacen porque sus responsables están enraizados en ese mundo y no pueden evadirse de su entorno. "Battlestar Galactica" podía estar centrada en una guerra espacial entre humanos y robots, pero reflejaba mejor que nadie entonces cómo había quedado el mundo después del 11-S, del mismo modo que una saga literaria como la de "El Señor de los Anillos" estaba muy marcada por la Primera Guerra Mundial, principalmente. Estos ejemplos son los más habituales, pero no son casos aislados.

Una de las series recientes que mejor ha reflejado la situación social después del crack financiero de 2008 es "Continuum", un título en cuya premisa tiene ya todo un comentario sobre esta crisis económica: un grupo de terroristas viaja a 2012 desde 2077 con la esperanza de acabar con el Congreso Corporativo de grandes multinacionales que gobierna Canadá como si fuera un estado policial. A lo largo de las tres temporadas que lleva emitidas, vemos el nacimiento de esas grandes corporaciones futuras, cómo se espían entre ellas y operan al margen de la ley, siguiendo sus propios códigos casi mafiosos, y hasta cómo empiezan a forzar la privatización de la policía con la promesa de que ellos les darán los recursos necesarios que les niegan los recortes presupuestarios del gobierno.

Es curioso que una pequeña serie de ciencia ficción canadiense, poco conocida fuera de sus fronteras, sea hasta ahora la que mejor haya contado las consecuencias de la austeridad a rajatabla por la que se rigen los gobiernos desde 2008, del mismo modo que otro título del mismo género, y salido del mismo país, "Orphan Black", se atreve con un tema, el de la clonación humana, que toca algunos de los límites éticos que las empresas farmacéuticas y de investigación sanitaria pueden estar tentadas de saltarse para conseguir antes sus objetivos. La serie de BBC America está emitiendo la tercera temporada, en la que entra también en si los experimentos con fines militares deberían tener esos límites éticos, y que muestra a supervisores sin escrúpulos a los que no les importa involucrar a inocentes en esas pruebas porque el fin justifica los medios.

De todos modos, uno de los aspectos más inquietantes, y expuestos más recientemente, de la sociedad actual es la hipervigilancia de los ciudadanos de a pie por parte de sus gobiernos. La excusa de la seguridad nacional prácticamente les hace sentirse con carta blanca para espiar hasta el detalle más privado, y ahí entra "Person of interest". Su punto de partida, al igual que ocurre con "Continuum", ya explicita ese comentario sobre la actualidad: uno de sus protagonistas construyó una inteligencia artificial capaz de vigilarlo todo y de predecir quiénes van a verse involucrados en actos violentos. La crueldad con la que actúan las agencias de inteligencia que quieren hacerse con la Máquina y la impunidad con la que se sienten investidos resulta todavía más inquietante si nos damos cuenta de que no está demasiado alejada de la realidad. Esa frase con la que empiezan todos los capítulos, "you're beeing watched", no es ciencia ficción.

Música de la semana: "Grace and Frankie" es uno de los últimos estrenos de Netflix, una comedia dramática sobre dos mujeres, ya en los setenta años, a las que dejan sus maridos porque se han enamorado el uno del otro. En su cabecera suena una versión de Grace Potter de "Stuck in the middle with you", de Stealers Wheel, un tema que conoció una segunda vida gracias a su inclusión en una célebre escena de tortura de "Reservoir dogs".

28 mayo 2015

Las peripecias de Hannibal y Bedelia


Thomas Harris publicó "Hannibal", la continuación de las aventuras del doctor Lecter tras "El silencio de los corderos", once años después de la salida de aquel libro, y ocho tras el estreno de la célebre película protagonizada por Anthony Hopkins. Aquella secuela, más su adaptación al cine a cargo de Ridley Scott, presentaban a los espectadores a un doctor Lecter operando en libertad, moviéndose en los ambientes cultos y un poquito snobs de la alta sociedad de Florencia, dando charlas sobre Dante y, de vez en cuando, colgando a algún rival, destripado, en la fachada del Palazzo Vecchio. A Bryan Fuller, responsable de la "Hannibal" de NBC, le gusta esa tercera etapa del personaje, y en su traslación libre de las historias de Harris a televisión, va a hacer que ese libro ocupe la primera mitad de la tercera temporada de su serie.

Ésta no se estrena en Estados Unidos hasta el día 4 de junio, pero AXN (que empieza a emitirla al día siguiente) y Birraseries nos permitieron echar un vistazo al primer capítulo, uno que Fuller ya avisó en la pasada Comic-Con que iba a ser diferente de todo lo que habían hecho hasta ahora, casi como si fuera el piloto de una nueva serie llamada "Hannibal y Bedelia: Los años de matrimonio". No es a estas alturas spoiler señalar que la psiquiatra huye con Lecter a París, primero, y a Florencia después, participando en un malsano juego en el que no estamos seguros de si Hannibal la está manipulando, de si la curiosidad intelectual de ella es demasiado fuerte para resistirse, y si a la doctora DuMaurier no le atrae tal vez un poquito demasiado el lado oscuro en su interior.

El episodio traslada a la pantalla parte del inicio del libro "Hannibal", y está rodado enteramente en Europa, sacando partido del Duomo de Florencia y acrecentando esa sensación de que estamos en otra historia distinta (o ligeramente distinta) por la manera en la que Vincenzo Natali (director del capítulo) nos mete en la mente de Bedelia. Los primerísimos planos de comida, de vino derramándose, la música un poco más convencional de lo habitual, pero con el mismo fondo disonante e inquietante... Todo contribuye a que, por un episodio, salgamos de las pesadillas de Will Graham y entremos en las de la doctora DuMaurier, que probablemente pensaba que podía controlar mejor la situación de lo que lo hace.

Sin desvelar nada más, sí que hay que apuntar que, visualmente, "Hannibal" sigue estando entre las series más imaginativas y absorbentes de la televisión, en general, y no sólo de las networks. La estética, algo que para el doctor Lecter es importante, está cuidada al detalle, algo que es ya marca de la casa de Fuller. En sus series, forma y fondo están intrínsecamente unidos hasta en el lenguaje que utilizan sus personajes. Era algo que se notaba muy claramente en "Pushing daisies", donde todo era más brillante, y que está también muy presente en "Hannibal". Igual que su retorcido sentido del humor.

27 mayo 2015

Furiosa, Max y una guitarra en llamas

El cine de acción no suele tener una buena reputación. Pero también es verdad que no es tan sencillo hacer buenas películas de acción, títulos en los que no sólo haya peleas y persecuciones, sino que además tengan una historia y unos personajes que te enganchen un poquito. O, si no es así, por lo menos deben ofrecer unas escenas de acción que merezca la pena ver en el cine. Hollywood, por ejemplo, no es capaz de encontrar recambio para las estrellas del género de los 80, aquellos Sylvester Stallone, Arnold "Governator" Schwarzenegger, Steven Seagal o hasta Chuck Norris, que se juntan en la saga de "Los mercenarios" y arrasan en las taquillas mientras gente como Jason Statham o Vin Diesel no logran alcanzar la misma estatura, por mucho que Diesel tenga la franquicia "Fast & Furious" tras él.

No es de extrañar, entonces, que cuando se desveló el trailer de "Mad Max: Furia en la carretera", en la Comic-Con del año pasado, la cinta de George Miller pasara a estar, automáticamente, en lo más alto de una muy corta lista de renovadoras del género, y encima utilizando prácticamente los mismos trucos de siempre. Tom Hardy, que interpreta a Max, decía en alguna entrevista promocional que Miller había "reinventado la rueda", y aunque puede sonar un poco grandilocuente, algo de razón tiene. El veterano director (que acaba cumplir nada menos que 70 años) inyecta un gran chute de adrenalina y de acción rodada con cámaras digitales, pero hecha a la vieja usanza (con dobles, explosiones y trucos fotográficos, pero en su gran parte sin CGI), y deja de paso a las otras películas de acción recientes como si fueran nada más que aprendices.

La locura que se apodera de Max, traumatizado por todo lo que ha vivido (y ha perdido) en ese desierto post-apocalíptico, se traslada al ritmo de la película, que es un western de forajidos sanguinarios persiguiendo a un grupo de personas que sólo quieren escapar de ellos. La relevancia que "Mad Max" da a esas mujeres y, especialmente, a Imperator Furiosa y su búsqueda de redención, y sed de venganza, ha sido de lo más comentado sobre todo en las webs estadounidenses, que han querido ver lecturas políticas de todo tipo en ella sobre el feminismo y la evolución del rol de los hombres en los últimos tiempos. Esas lecturas se pueden hacer, aunque en realidad, la única bien clara que Miller se permite es la del levantamiento popular del tirano, y no son esas discusiones filosóficas y éticas lo que interesa a "Mad Max".

Lo que le interesa es ofrecer al espectador el mayor espectáculo posible, y eso incluye un guitarrista kamikaze flamígero que ya da una idea de esa locura adrenalínica que es la cinta. Max es muy Shane de "Raíces profundas", o muy Clint Eastwood en "El jinete pálido", el desconocido del western que ayuda a alguien en problemas y luego se marcha, pero también es verdad que Furiosa (y una entregada Charlize Theron) es uno de los personajes revelación del año. "Mad Max" es acción que no se va por las ramas, muy bien rodada (lo que no es tan fácil como parece) y muy entretenida. Tal y como está el patio con los blockbusters veraniegos, es algo que no hay que pasar por alto.

26 mayo 2015

Los casi famosos de la Máquina

Una de mis grandes pendientes recientes es "Person of interest", la serie de CBS sobre una inteligencia artificial que vigila a la población para prevenir atentados terroristas, pero que es capaz de predecir quiénes pueden acabar involucrados en un crimen violento antes de que pase. Voy poniéndome al día con ella poco a poco, y hasta que llegue el momento de hablar de ella con más propiedad, puede ser divertido rescatar los "casi famosos" con sus actores, todos veteranos del cine o de la tele estadounidense.

El señor Finch, o lo que es lo mismo, Michael Emerson, es uno de esos veteranos, un actor de teatro que consiguió su primer papel importante en "El abogado", aquel drama legal de David E.Kelley que, a veces, enfatizaba demasiado la parte de drama. Emerson interpretó a un acusado de asesinato del que no estaba muy claro lo que se traía entre manos, un papel que lanzó su carrera de tipos malos o misteriosos, y que le reportó un Emmy a actor invitado de drama en 2000. Ya sabemos que, después, llegó "Perdidos" y lo cambió todo para él.

Jim Caviezel puede estar asociado para siempre a "La pasión de Cristo", pero es curioso que se hiciera inicialmente una carrera en el cine interpretando a soldados, y algunos no demasiado amigables. Era el caso de Slovnik en "La teniente O'Neil", a la que pertenece el fotograma, aunque es verdad que donde tuvo su verdadero golpe de suerte fue con "La delgada línea roja". El protagonista de la cinta bélica de Terrence Malick tenía que ser Adrien Brody, pero Malick sigue "escribiendo" el guión en el montaje, y ahí decidió casi eliminar a Brody y convertir a Caviezel en el centro de la historia. Luego, el actor no pudo aguantar el tirón, aunque trabajo no le ha faltado.

Resulta que Emerson no fue el único miembro del reparto de "Person of interest" que pasó por "Perdidos". Al fin y al cabo, ambas series están producidas por Bad Robot. Kevin Chapman fue brevemente un miembro de la Iniciativa Dharma en la quinta temporada, un trabajo que se une a un CV en el que hay capítulos de "24", "Brotherhood", "Rescue me"... Hasta coincidió con Jim Caviezel en la película "Mentes en blanco". Con esa cara y ese acento de Boston, ha terminado interpretando a muchos policías.

En 2009, Taraji P. Henson saltaba del público televisivo y de las comedias románticas a una nominación al Oscar a la mejor actriz secundaria por "El curioso caso de Benjamin Button". Aquello llegó justo al final de su particpación en "Boston Legal", a la que pertenece la foto promocional de arriba, y aunque ahora mismo se dedique a robar todas las escenas posibles como Cookie Lyon en "Empire", su paso por el título de CBS todavía es recordado por los fans. Los policías, por cierto, no son algo extraño para ahora, pues ya interpretó a una de las protagonistas de "The Division", una serie sobre cinco mujeres policía de San Francisco que sólo duró una temporada en 2003.

"Life" (que es una de las series favoritas de este blog) duró apenas dos temporadas en NBC, estrenada en aquella 2007/08 de la huelga de guionistas, pero dejó un filón para esta sección. Esa foto, sin ir más lejos, junta a Damian Lewis (después de "Hermanos de sangre", pero antes de "Homeland"), Donal Logue (el actual Harvey Bullock de "Gotham") y a Sarah Shahi, cuya Dani Reese era un poco menos hermética y dura que Shaw. Shahi, en realidad, se hizo conocida en "The L Word", pero no deja de resultar curioso hacia dónde ha evolucionado la carrera de esta antigua animadora de los Dallas Cowboys.


"Atrápame si puedes" fue toda una cantera de actrices que rondan ahora mismo los 40; entre Amy Adams o Jennifer Garner, aparecía por allí brevemente Amy Acker, un nombre tan asociado a Joss Whedon como el de la propia Sarah Michelle Gellar. El papel que la introdujo de lleno en el Whedonverso fue el de Fred en "Angel", una tímida científica que pasó cinco años atrapada en una dimensión demoníaca y terminó transformándose en Illyria, un vengativo demonio (y que tenía la pinta que podemos ver arriba). Acker ha seguido trabajando con Whedon en "Dollhouse" (suyo era uno de los pocos personajes interesantes de la serie), "La cabaña en el bosque" o "Mucho ruido y pocas nueces". Ha hecho más cosas (llegó a participar en "Alias", otro título Bad Robot), pero ella misma reconoce que es su asociación con Whedon lo que más la ha ayudado en su carrera.

25 mayo 2015

El día que Netflix llegue a España


La llegada de Netflix a España es inminente. ¿Cuántas veces habéis leído eso en los últimos cinco años? Desde que la plataforma de VOD empezó a crecer exponencialmente en Estados Unidos (e internacionalmente) y comenzó a producir sus propias series, no ha habido semestre en el que no hayamos leído que, esta vez sí, España iba a ser el siguiente objetivo en su expansión por el resto del mundo. Pero ese momento nunca llegaba. Por el camino, la posibilidad de enmascarar las direcciones IP que dan las VPN ha permitido que haya usuarios españoles suscritos a la Netflix estadounidense (y pagando), y no sólo a ella. Hulu Plus y Amazon Instant Video también pueden verse desde nuestro país de manera poco ortodoxa, por decirlo de alguna manera, y mientras los rumores no terminan nunca de convertirse en realidad, a Netflix le salen otros competidores por el mercado nacional, como Yomvi, Movistar TV o Wuaki.tv.

Sin embargo, desde hace unos meses, la posibilidad de que finalmente desembarque el servicio en España parece ser algo más que un brindis al sol. Primero fue una rueda de prensa de Toshiba y, después, el hecho de que ninguna de las series nuevas presentadas por la compañía tengan distribución en España (ni siquiera "Marco Polo", que es del año pasado) lo que terminó de convencernos de la posibilidad de que Netflix sí que esté cerca de aterrizar en estas tierras ibéricas. Por supuesto, han vuelto a surgir las voces que creen que Netflix es poco menos que la panacea universal, la solución al problema de la piratería en España y el servicio que nos culturizará a todos y nos hará más listos, más guapos y más altos. Es más que probable también que, cuando la plataforma arranque sus operaciones españoles, esas mismas voces se quejen de que no era lo que les habían prometido, sobre todo porque esas "promesas" no se correspondían con la realidad.

Ha habido muchos artículos sobre el tipo de servicio que ofrece Netflix y lo que es: un catálogo de películas y series que depende de los acuerdos que firme con las propietarias de los derechos de dichas películas y series. Los problemas para renovar algunos de esos acuerdos fueron los que llevaron a la compañía a producir sus propios títulos, por ejemplo, y también tienen una fecha de expiración; es decir, Netflix puede tener toda "Perdidos", pero por dos años, o el tiempo que sea (las ventanas de distribución pueden ser un buen quebradero de cabeza), y puede tenerla sólo para algunos de los territorios en los que esté presente. ¿Esto qué quiere decir? Que el catálogo con el que Netflix abra en España no será igual que el que ofrece en Estados Unidos.

Pero hay otra cosa que tal vez algunos descubran con horror en ese momento, y es que no pueden seguirse las series estadounidenses al día. Para eso están las webs de las cadenas (que tienen sus propios servicios de streaming de pago) o, en algunos casos, Hulu y hasta Amazon Instant Video. Netflix es, como hemos dicho, un servicio de catálogo. Tiene temporadas y series completas, y esa oferta de todos los capítulos de golpe es lo que fomenta el binge-watching, el maratón de episodios tan de moda desde el año pasado. Sirve para ponerse al día durante los hiatos, algo que fue instrumental en el impresionante aumento de audiencia que vivió "Breaking Bad" en sus dos últimas temporadas. The CW, por ejemplo, confía en que el añadido de "Los 100" a su catálogo ayude a que más gente la descubra y, así, gane espectadores para su tercera temporada, ya en 2016.

Cuanto más se acerca el otoño, la fecha teórica de ese desembarco de Netflix, más especulaciones hay sobre su cuota mensual y sobre las series que puede tener. Sus buques insignia, "House of Cards" y "Orange is the new black", están en manos de Canal+, pero hay varios títulos que podrían ser su punta de lanza. ¿"Daredevil" y las otras series de Marvel, a lo mejor? ¿"Grace and Frankie" y "Unbreakable Kimmy Schmidt"? ¿"Bloodline"? Es significativo que, desde que Netflix empezó a estrenar una temporada nueva cada dos semanas, ninguna de esas series haya conseguido cadena en España. ¿Llegará el día en el que Netflix empiece a operar en España?

24 mayo 2015

No todos los magos ingleses son Harry Potter

Hace un poco más de diez años, un peculiar libro se encaramó a las listas de bestsellers y de los mejores libros del año (además de ganar el Hugo y estar nominado para el Booker): "Jonathan Strange y el señor Norrell". Era el debut como novelista de Susanna Clarke y contaba una historia que mezclaba la fantasía, las literaturas realista y romántica (y gótica) del siglo XIX y la historia de Inglaterra durante las Guerras Napoleónicas. Aunque trataba sobre una Inglaterra alternativa en la que había magos, éstos no se parecían a los que J.K. Rowling había creado para su saga de Harry Potter, y sobre ellos se cernía más la sombra de Charles Dickens.

Aquel libro ha tardado una década en dar el salto a la pantalla que en aquel momento parecía inevitable, y lo ha hecho gracias una miniserie de BBC, "Jonathan Strange and Mr. Norrell", que introduce la magia y los elementos fantásticos en ese subgénero tan clásico de la cadena británica que son las adaptaciones literarias de época. Para quienes no sepan de qué va todo esto, diremos que Mr. Norrell es un mago práctico, no teórico, que quiere ofrecer sus servicios a la Corona para ayudar a sus ejércitos a derrotar a Napoleón, mientras Jonathan Strange es el hijo de un terrateniente local que se esfuerza en encontrar una ocupación (la que sea) para convencer a la hermana del pastor anglicano local de que se case con él. Los caminos de ambos acaban unidos por cierta profecía y por los intentos de que la magia vuelva a Inglaterra 300 años después de que desapareciera por completo.



"Jonathan Strange and Mr. Norrell", que va a tener siete episodios, arranca con un capítulo que lleva un paso más allá el nivel de diseño de producción y ambientación que estamos acostumbrados a ver en la BBC. Como si fuera "Wolf Hall", busca el mayor realismo posible en las librerías, las calles de Londres y en los interiores de las casas, y hasta los actos mágicos que vemos están anclados al entorno que rodea a los personajes. Se presentan como una extensión de su realidad, más que como algo totalmente ajeno a ella incluso en la escena que, muy probablemente, va a marcar el devenir de toda la historia, y que no vamos a desvelar. Las distintas personalidades de Strange y Norrell destacan enseguida, claro, y será divertido verlos interactuar más adelante.

Lo más destacado de la miniserie es cómo consigue transmitir lo intrínsecamente inglesa que es; bebe de una larga tradición literaria de historias sobrenaturales, retratos de los más desfavorecidos y crónicas sociales de las clases pudientes, mezclándolo todo en un cóctel en el que no se aprecian las costuras. Tiene bastante sentido del humor (no sólo en Strange, que es quien se presta más a ello al principio), un reparto que da muy bien el tono y mucho potencial para ser una de las propuestas televisivas más imaginativas del año. Que consiga introducir los elementos mágicos y fantásticos casi sin esfuerzo en una miniserie de época es todo un logro, y si la primera impresión es bastante positiva, hay curiosidad por ver cómo evoluciona esta historia también con su toque faustiano. ¿Llegarán a utilizar la magia contra los ejércitos franceses?

Música de la semana: Una de las series que he retomado recientemente es "Person of interest", de la que sólo había visto capítulos escogidos de las dos primeras temporadas. Con mi inmersión en la tercera, he llegado a ese momento que algunos de vosotros destacasteis el año pasado, un montaje a los sones de la versión que Johnny Cash hizo de "Hurt", de Nine Inch Nails, pero que parecía escrita para él. La versión original sonaba así, por cierto.

22 mayo 2015

Juego de filtraciones

Hay muchas maneras de promocionar una serie. FOX, por ejemplo, está utilizando una táctica prestada del cine, en la que lleva ya meses publicando teasers, anuncios de casting, fotos del rodaje y pósters variados de "Scream Queens", la próxima serie de terror-comedia de Ryan Murphy, y luego está la estrategia de HBO con "Juego de tronos", inundando de fotos y trailers todo internet en cuanto llega el mes de diciembre. En todos los casos, lo que se busca es generar anticipación, recordar a los espectadores que tendrán una cita con esa serie que la campaña de promoción les ha picado la curiosidad por ver, mantenerla siempre en su mente para que no se olviden de que existe.

Sin embargo, hay otra manera de generar expectación, y es dejar que los fans vean el primer episodio de dicha serie antes de tiempo. Los preestrenos en la web se han vuelto muy comunes desde que FOX lo hizo con "New girl". "Halt and catch fire", "Wayward Pines", "Penny Dreadful"... Ha habido muchos ejemplos recientes de estos visionados en streaming a través de la web oficial, que permiten a los espectadores echar un vistazo a la serie unas semanas antes de su debut. Como comentan hoy en ¡Vaya Tele!, esta estrategia para haber dejado atrás otra que, hasta ahora, nadie reconocía utilizar, pero que resultaba bastante sospechosa: la filtración de los capítulos en sitios de descargas de torrents meses antes de su emisión.

La última serie a la que le ha pasado eso es "Supergirl", la traslación a CBS de las aventuras de Kara Zor-El, prima de Superman. Es ya uno de los estrenos de la próxima temporada que ha despertado más curiosidad, pero también se habían expresado dudas sobre su encaje en la parrilla de esa cadena y sobre lo que algunos espectadores consideraban un tono demasiado de comedia romántica en el trailer. ¿Puede esta filtración ser la respuesta a esas dudas? En TorrentFreak apuntan que CBS suele ser bastante quisquillosa con el material suyo que aparece en Internet, por lo que es de suponer que si el episodio no se elimina de los sitios de descargas en las próximas horas (o días), es que ha sido una maniobra de la cadena para aumentar la expectación alrededor de la serie, sobre todo teniendo en cuenta que faltan un par de meses para la Comic-Con de San Diego.

El año pasado, la táctica se utilizó con "The Flash", y las buenas opiniones de quienes vieron su piloto unos cuatro meses antes de su estreno en The CW quizás contribuyeron a que se terminara convirtiendo en la serie más popular en la joven historia de esa cadena. Nunca se sabe de dónde salen esas filtraciones, pero es inevitable tener la sensación de que forman parte de la estrategia de promoción de la serie, más todavía cuando el episodio en cuestión está terminado y, al contrario de lo que pasaba con aquellos cuatro capítulos de la quinta temporada de "Juego de tronos", no tiene ninguna marca de agua que indique que, en realidad, es una copia que no estaba destinada al consumo público. La filtración del piloto de "Supergirl" puede ser una buena estrategia para CBS, que con ese título se acerca a un público que no tiene por qué pensar en ella a la hora de decidir qué series ver. La cadena con la audiencia más envejecida se está metiendo en el juego de los jóvenes.

21 mayo 2015

El último anuncio de Don Draper

ALERTA SPOILERS: Más que sobre el final de "Mad Men", vamos a hablar sobre la última escena de la serie, así que si no queréis saber nada spbre el tema, es mejor que os vayáis a un retiro hippie.

"Al mundo entero quiero dar un mensaje de amor". Así es como sonaba en español, más o menos, el icónico anuncio de Coca-Cola con el que termina "Mad Men". Para una serie que ha hecho girar bastantes de sus momentos más importantes alrededor de campañas publicitarias para Lucky Strike, Samsonite, Chrysler, Kodak o Burger Chef, no es raro que uno de los anuncios más famosos de la historia terminara siendo parte importante de la despedida de, sobre todo, Don Draper. Ha habido muchas discusiones sobre lo que esa última escena quería decir, y aunque no alcanzan el nivel del final de "Los Soprano", sí han tenido a los fans intentando discernir en qué punto dejamos de ver a Don.

El propio Matthew Weiner habló sobre el final en un acto en la Biblioteca Pública de Nueva York, y aunque no resolvió todas las dudas que han podido surgir, sí apuntó algunas cosas interesantes. Por ejemplo, sabía cómo iban a terminar Don y Betty desde aquellas desagradables negociaciones con Lionsgate y AMC para renovar la serie al final de la cuarta temporada, y también apuntó que le gusta crear ambigüedad en ciertas cosas, que prefiere que los espectadores especulen sobre lo que acaban de ver antes que explicárselo todo con pelos y señales. El retiro hippie californiano de Don, por ejemplo, parece llevar al personaje a su revelación final, al momento en el que por fin se encuentra en paz consigo mismo o, mejor aún, aprende a aceptarse tal y como es.

Lo que esa última escena de "Mad Men" parece decirnos es que Don nunca va a poder escapar de su trabajo porque es lo único en su vida que realmente se le da bien, pero que sólo cuando logra redimirse y asumir sus "pecados" puede crear una pieza publicitaria tan indeleble como ese anuncio de Coca-Cola. Varios críticos estadounidenses apuntaban que algunos de los asistentes a ese retiro iban vestidos igual que los protagonistas del anuncio, lo que ya iba dando pequeñas pistas de por dónde iba a ir esa nueva huida hacia adelante de Don. Sólo que, esta vez, no le es posible escapar de sus problemas y tiene que afrontarlos finalmente.

Ese anuncio tan de la época (es de 1971) es la representación de la aceptación de Dick Whitman (más que de Don Draper) de quién es realmente, y lleva a "Mad Men" a cerrar el círculo con sus primeros episodios. El punto álgido de buena parte de la serie era siempre las campañas que Don presentaba, desde el carrusel de recuerdos de Kodak a la familia de Burger Chef, así que no es raro que Weiner optara por dar capertazo así a siete temporadas de recorrido por la década de los 60 en Estados Unidos. Desde aquellos años, la publicidad ha vendido un ideal vital que, si no se cumplía, podía llevar a frustraciones como la de Betty, así que es normal que "Mad Men" se centrara tanto en ella. Y que acabara con uno de los anuncios más optimistas de la historia. Es la representación de Dick y Don son por fin la misma persona.

20 mayo 2015

Corre, Barry, corre

 ALERTA SPOILERS: Leed esta entrada sólo si habéis visto el final de la primera temporada de "The Flash", y si sabéis por qué Harrison Wells casi dice aquello de "run, you clever boy".

Pocos estrenos este año han conseguido llegar a su final de temporada con el mismo nivel de confianza que "The Flash". Ha representado el lado más ligero del universo superheroico de The CW (y de Greg Berlanti), en comparación con la angustia existencial de "Arrow", pero también ha tenido en todo momento una idea muy clara de la historia que quería contar en estos 23 episodios; la del intento de Eobard Thawne por volver a su tiempo, y cómo afecta al resto de personajes. Y eso va más allá de que Barry Allen quiera resolver el asesinato de su madre, primero, y salvarla después. La traición de Harrison Wells al resto del equipo de STAR Labs es más profunda porque sí parece ser sincero en su apreciación de todos ellos y, sobre todo, del propio Barry.

Que se desvelara finalmente quién era Wells propulsó la serie a su tanda de capítulos más logrados, incluso aunque introdujera un concepto, el de los viajes en el tiempo, que puede ser problemático si no se tienen muy claras las normas con las que se va a utilizar. Puede emplearse de excusa para borrar cualquier acontecimiento importante que cambie demasiado la serie, demasiado pronto, amagando con evoluciones que luego no veremos jamás. De momento, "The Flash" no ha caído en esa trampa, porque incluso cuando lo hizo, algunos de esos acontecimientos terminaron pasando, como que Cisco se enfrentara a Harrison Wells o que Iris por fin supiera lo que hace Barry Allen por las noches. Así que es de suponer que gran parte de lo que pasa en el final de temporada, como el sacrificio de Eddie, no vaya a deshacerse sólo porque no conviene de cara a la segunda temporada.

Ese último episodio ha cargado bastante las tintas en el lado emocional. Barry tiene por fin la oportunidad de evitar el asesinato de su madre, a pesar de que eso puede hacer que no conozca a ninguna de las personas que han estado a su lado desde aquel momento, pero su yo del futuro se lo impide. ¿Se explorará eso más adelante? ¿O es que, simplemente, es un aviso hacia Barry de que no puede fiarse de Wells/Thawne? Como todo final de temporada que se precie, los personajes tienen que afrontar su evolución desde el primer episodio (hasta tenemos una boda), y ahí es su gran protagonista quien tiene que tomar las decisiones más importantes.

La segunda entrega promete grandes cosas. Sin Eddie, habrá que ver cómo pueden superar esa muerte Iris y Barry, y también veremos cómo procesa Cisco el hecho de que también se vio afectado en su momento por la explosión del acelerador de partículas. Mientras Barry corre por el agujero de gusano, contempla varias líneas temporales futuras posibles, una que incluye "Legends of tomorrow" y la otra, el alter ego comiquero de Caitlin Snow, así que tenemos varias potenciales líneas de meta para los próximos capítulos, o temporadas. "The Flash" ha conseguido triunfar haciendo una serie de superhéroes de las de siempre, pero con un protagonista con encanto y que transmite una gran sesanción de diversión cada vez que echa a correr. El listón estará más alto el año que viene.

19 mayo 2015

Los sádicos

Quien hiciera en los últimos días sesión doble con los capítulos "Wentworth Prison", de "Outlander", y "Unbent, unbowed, unbroken", de "Juego de tronos", quizás luego necesitó terapia de grupo, o un abrazo, o beber para olvidar. Aunque hemos insistido a menudo que seguir comparando ambas series ya no es justo para ninguna de las dos, tampoco puede negarse que a veces tienen puntos de contacto realmente curiosos. El que unía esos dos episodios era el lado brutal y desasosegante que las dos tienen, y que las expone a que algunos espectadores se pregunten si no se están pasando de la raya, o a punto de hacerlo. George R.R. Martin y Diana Gabaldon pueblan los libros en los que se basan las series de personajes enfrentados a situaciones peligrosas, personajes que pueden ser héroes o villanos dependiendo de la decisión que tengan que tomar, y en medio de ellos sueltan a algunos que son malos más allá de toda redención y entendimiento, sádicos psicópatas que disfrutan humillando y sometiendo psicológica y físicamente a sus semejantes.

En el caso de "Outlander", desde el principio se identifica como el gran villano a Black Jack Randall, el capitán del ejército inglés que emplea métodos un poco más extremos de lo habitual para aplastar cualquier conato de rebelión entre los highlanders escoceses. Su sombra pende siempre sobre las acciones de Jaime Fraser, torturado y marcado por Randall como su gran némesis, el rival al que debe "romper" para afianzar su posición de dominio en la zona. Sus métodos implican una violencia física extrema y un nivel de manipulación emocional sumamente sofisticado y brutal, y aunque la serie dedicó el sexto episodio a explicarnos un poco mejor quién es él, a intentar que comprendiéramos su modus operandi, queda muy claro que Jack Randall es el malo malísimo de la serie.

En "Juego de tronos", mientras tanto, ha habido varios de estos villanos dispuestos a masacrar a toda una familia en una boda sólo para arañar un poco más de poder. Con cuatro temporadas y media a sus espaldas, la serie ha tenido más tiempo para indignar a sus espectadores con las acciones de esos malvados y para dejarlos preguntándose en qué tipo de infierno viven sus personajes. Sin embargo, aunque Joffrey Baratheon era bastante despreciable, la serie se supera a sí misma con Ramsay Bolton, el bastardo de Roose Bolton presentado en la tercera temporada. Es de los pocos malos de una pieza de "Juego de tronos", alguien cuya única motivación es la tortura y la humillación de quienes considera sus inferiores (no vamos a entrar en terreno de spoilers sobre la última crueldad cometida por Ramsay, pero podéis leerlo aquí). En los libros de Martin ya es un personaje un poco problemático por esa maldad total que lo define, y porque no conoce el límite en las barbaridades que puede llevar a cabo, y esa misma cualidad se traslada a televisión.

Tanto Randall como Ramsay ponen a prueba la resistencia de los espectadores con sus acciones, lo que en parte es algo que buscan ambas series. Se presentan como actos terribles perpetrados por personas horribles, y no es extraño que generen debate y que algunos espectadores se pregunten si es necesario que sean así de sádicos irredentos. Es una pregunta válida, que también hay que responder viendo su entorno en la serie, el mundo en el que se mueven y las consecuencias que tienen sus actos no sólo sobre los demás, sino también sobre ellos. Lo que está claro es que Ramsay ha sustituido a Joffrey como el personaje al que más espectadores fantasean con darle una muerte lenta y dolorosa.

18 mayo 2015

Es el final, estúpido

¿En qué momento se decidió colectivamente que el capítulo más importante en la historia de una serie era su final? ¿Tanto daño ha hecho la obsesión con "Perdidos" y con sobreanalizar hasta las canas en el pelo del 12º Doctor? Los días que precedieron a la emisión del último episodio de "Mad Men" estuvieron repletos de recordatorios a los mejores momentos de la serie y de predicciones de cómo podía acabar, ampliando la sensación de anticipación sobre lo que Matthew Weiner podía haber ideado para terminar su serie. Teniendo en cuenta lo influyente que "Mad Men" ha sido para la televisión estadounidense, y lo fascinados que han estado siempre los críticos con ella, era lógico que prácticamente no hubiera otro tema de conversación durante la semana pasada, pero también estaba poniendo una enorme presión sobre su final.

Si podemos estar todavía debatiendo qué quería decir David Chase con el cierre de "Los Soprano", el de "Mad Men" no iba a ser una excepción, y eso que aquí no hay una isla misteriosa cuyos enigmas hay que resolver. Sin embargo, esa obsesión por el final no hace más que dejar por el camino mucha insatisfacción; si no hacemos más que aventurar posibles cierres, e intentar ser más listos que el propio Weiner, todo lo que se salga de nuestra teoría va a parecernos terrible. El título de AMC no se libra de quienes consideran ese último episodio una "traición", aunque haya dejado una sensación generalizada más benévola, y llega un punto en que deberíamos plantearnos si somos nosotros, no las series.

Es decir, no puede ser que todos los finales nos parezcan, mayoritariamente, terribles (aunque haya algunos que realmente lo sean), y que sacrifiquemos todas las temporadas anteriores en el altar de un último capítulo que se juzga con unos estándares tan altos, que ni siquiera "El padrino II" podría cumplirlos. Esos estándares, además, son prácticamente iguales para todas las series, cuando no puede verse del mismo modo el último episodio de "Mad Men" que el de "Fringe", por ejemplo. No hay ninguna guerra contra opresores del futuro que ganar. Otras veces nos hemos preguntado si de verdad un mal final desautoriza de inmediato toda la serie, y si fiar a ese cierre nuestro visionado de una serie que nos aburre no es justo lo que nunca se debería hacer.

Pero no escarmentamos. Es probable que el último episodio de "Mad Men" no vaya a estar entre los mejores de la serie (no lo he visto, no puedo juzgarlo), del mismo modo que es muy posible que la exagerada presión puesta sobre él distorsione las opiniones en caliente. ¿Ha sido interesante el viaje que ha propuesto en sus siete temporadas? ¿Ha tenido un final coherente con el que hemos visto hasta ahora y con sus personajes? ¿Ha servido como despedida de una serie a la que hemos dedicado incontables horas de nuestra vida? Entonces, deberíamos parafrasear más a Starbuck en el final de "Battlestar Galactica": he completado el viaje, y se siente bien.

17 mayo 2015

Los Inhumanos y Ra's al Ghul

ALERTA SPOILERS: Si no habéis visto los finales de la tercera temporada de "Arrow" y de la segunda de "Agents of SHIELD", no sigáis leyendo.


Mucho se ha hablado ya de la servidumbre de "Agents of SHIELD" al MCU de Marvel. Se ve afectada por lo que pase en las películas, pero para ellas, es como si no existiera. Su interacción con "Vengadores. La era de Ultrón" puede ser el último ejemplo de esto, presentando una especie de prólogo para la película con poco impacto en la serie, pero también es curioso cómo Marvel está utilizando la serie para presentar al público los Inhumanos, esos híbridos de alienígena y humano con superpoderes, y que centrarán una de las próximas cintas del estudio. El enfrentamiento final con ellos era el camino al que se ha dirigido la segunda mitad de la segunda temporada, que ha seguido lidiando con las consecuencias de la infiltración de SHIELD por parte de Hydra, pero que ha ido concediendo más relevancia a Skye, o Daisy "Quake" Johnson, la inhumana propia de la serie.

Ese protagonismo de Skye, y la mayor exploración del pasado de May, han sido dos de las cosas más destacadas de la temporada. El dilema entre su apoyo a May o a Jiaying, su villana madre desaparecida, era muy obvio, pero ha dejado algunos buenos momentos y, sobre todo, un par de escenas de acción realmente notables. "Agents of SHIELD" sigue funcionando mejor cuando opera como un título de espías y deja de lado los superpoderes, y lo que ha sido curioso del final de temporada es que parece poner un punto y aparte en la trama que ha ido contando hasta ahora. Con la revelación de la existencia de los Inhumanos, y la transformación de Skye en uno de ellos, la serie empieza una nueva etapa, pero da la sensación de que los villanos no van a ser muy diferentes. Grant Ward sigue suelto, y Simmons está atrapada en esa roca líquida extraterrestre. ¿Se convertirá en Super Jemma? ¿Será así como se haga realidad Skimmons?


También "Arrow" parece haber cerrado una etapa con el final de su tercera temporada, una entrega en la que la introducción de Ra's al Ghul como el gran villano no ha funcionado todo lo bien que debía sonar sobre el papel. De hecho, estos 23 episodios han ido dando un poco bandazos de un lado a otro; tan pronto se centraban en las consecuencias de la muerte de Sarah Lance, como veíamos a Oliver seguir con su eterna duda acerca de quién quiere ser, que nos encontrábamos con que Ra's al Ghul lo había nombrado su heredero, y que la única manera de luchar contra él era aliarse con Malcolm Merlyn. Puede resultar interesante de que Oliver se enfrente varias veces a Ra's y siempre pierda, sólo para darse cuenta de que la única manera de vencerlo es desde dentro de la Liga de los Asesinos, pero la ejecución no ha sido de las mejores.

Alan Sepinwall se preguntaba si la sombra de "The Flash" no había dejado a su serie madre un poco arrumbada, pero también puede preguntarse lo mismo con respecto a la segunda temporada de la propia "Arrow". Tal vez que Ra's sea un malo con menor conexión directa con Oliver que Slade Wilson le ha hecho perder interés, y pese a que era un reto muy serio para todos los protagonistas, la serie no ha encontrado la manera de que el conflicto que creaba en ellos cuajara del todo. No obstante, no ha sido una temporada perdida. Laurel ha tenido una evolución muy bienvenida, y aunque tenga sus detractores, Ray Palmer ha aportado el toque de levedad que necesitaba la serie en medio de todas esas amenazas tan serias. La vista de Oliver y Felicity marchándose en el coche, tomándose un descanso de la verde noche de Starling City, apunta a un cambio para la cuarta temporada. Llega un punto en el que la oscuridad no lo justifica todo.

Música de la semana: MTV lanzó hace poco una nueva promo para su adaptación a televisión de "Scream", una promo que, con el título de "Killer Party", "asesina" a parte de sus estrellas. La música que suena en ella es "It just is", de Rilo Kiley, la ex banda de Jenny Lewis.

15 mayo 2015

La larga sombra de "CSI"

Es habitual que, al hablar de las series más influyentes y, si me apuráis, de las más revolucionarias de los últimos años, se reduzca la lista a las del cable. La mayor libertad creativa, la menor dependencia de audiencias y, sobre todo, de anunciantes y la necesidad de esas cadenas se crearan una imagen de marca diferenciada de la competencia llevó a que surgieran títulos que se han convertido en el estándar de excelencia con el que se mide prácticamente a todas las series que han llegado después, y que tienen ciertas aspiraciones. Sin embargo, a veces se olvida que las series más vistas también pueden ser muy influyentes. Al fin y al cabo, en Hollywood se intenta conseguir un éxito copiando el inmediatamente anterior.

Quince años más tarde de su estreno, quizás puede resultar un poco complicado imaginar lo que supuso "CSI" para la ficción de las networks. En 2000, "Los Soprano" acababa de finalizar su primera temporada en HBO, pero el maremoto más sensible fue el del estreno de esta serie, creada por Anthony Zuiker, sobre el turno de noche de los técnicos forenses de escenas del crimen de la policía de Las Vegas. De sus protagonistas sólo veíamos sus vidas en el trabajo, y éste pretendía darle un toque sexy a algo, a priori, tan poco espectacular como la recogida de pruebas y su análisis. El énfasis en esa parte, la del análisis, hizo que la serie popularizara un término, procedimental, que dominaría las parrillas en abierto estadounidenses durante buena parte de la década.

El bombazo que fue "CSI" (que aún hoy es de las pocas series extranjeras que han traducido su éxito a España) impulsó una horda de imitadores, spin-offs en Miami y Nueva York y permitió que la serie madre aguantara en antena 14 temporadas, sobreviviendo a la marcha de sus principales protagonistas y al envejecimiento natural de su audiencia. CBS anunció en su upfront que, el próximo 27 de septiembre, "CSI" terminaría con una tv movie especial de dos horas, y aunque muchos espectadores (como yo) hayan abandonado la serie, es seguro que le darán una oportunidad a esa película sólo porque representará el regreso de Gil Grissom.

Este personaje, jefe del turno noche, especializado en entomología y con una gran confianza en las pruebas forenses y el análisis científico, era en realidad la clave del éxito de "CSI". La personalidad de Grissom se trasladaba al resto de la serie, que bajo esa superficie de policiaco glossy, que dirían los anglos, tenía un lado un poco friki y un sentido del humor que le permitía no tomarse a sí misma demasiado en serio. Podían tener asesinos en serie realmente muy inquietantes como el de las Miniaturas de la séptima temporada, pero salpicaban siempre sus entregas de episodios con crímenes dignos de "Bones", con técnicos de laboratorio muy geeks y con una relación entre Grissom y Catherine Willows, su segunda, que era de las más entretenidas de la televisión más mainstream. En su momento, "CSI" representó una renovación del género policiaco tan presente en las parrillas, y aunque su fórmula acabó agotada, y ha tenido muchos imitadores, Grissom seguirá siendo un personaje a tener en cuenta.

14 mayo 2015

Los superhéroes musicales de Greg Berlanti

Estamos metidos de lleno en la mini-temporada de upfronts y de finales de temporada de las series del otoño, pero toda esa vorágine de noticias sobre nuevos estrenos y de análisis de lo que ha pasado en esos últimos capítulos puede agotar hasta al más experto. Así que siempre viene bien una pequeña desintoxicación, aunque sea derivada justo de una de las series nuevas presentadas esta semana, "Supergirl". Es la tercera adaptación de un cómic de DC que Greg Berlanti supervisa, junto con "Arrow" y "The Flash", sólo que ésta no va a estar en The CW, sino en la todopoderosa en audiencias CBS. Por ahora, lo que se ha podido ver de la serie es un tráiler que resulta muy familiar para quien haya visto las otras dos series superheroicas de la "factoría Berlanti", y no sólo porque la identidad secreta de Kara Zol-El parezca una versión de Felicity Smoak en el mundo editorial.

Lo más curioso de este universo compartido entre las series es cómo Berlanti y Andrew Kreisberg, que figuran como productores ejecutivos en las tres, contratan a actores con un talento musical bastante conocido para sus repartos, lo que siempre da para que se hagan bromas con posibles crossovers enteramente cantados. Para más inri, dos de sus protagonistas hasta pasaron por "Glee". Es cierto que ya hicimos una pequeña recopilación de actores televisivos con carrera paralela en Broadway, pero esta tendencia de los superhéroes de Berlanti es tan curiosa, que no podemos dejarla pasar.



En "The Flash", sin ir más lejos, no dejan de concentrarse actores que podrían convertir un episodio en un musical en cuestión de minutos. Jesse L. Martin puede ser más conocido para el gran público por "Ley y orden", pero es en Broadway y, sobre todo, en su participación en la producción original de "Rent" donde empezó a destacar. Luego tenemos, claro, a Grant Gustin, que antes de ser Barry Allen pasó por "Glee" y también por el tour nacional del revival de "West Side Story", y bastantes de los villanos han sido interpretados por actores que pueden cantar bastante bien, desde Andy Mientus a Emily Kinney o Victor Garber. Hasta Carlos "Cisco" Valdés puede hacerlo, pues formaba parte de StarKid, la compañía teatral co-fundada por Darren Criss que hace musicales de las cosas más particulares. El más conocido es, claro, el de Harry Potter, pero también produjo "Twisted", uno que daba protagonismo al malvado visir de "Aladdin", y en el que estaba Valdés.



Si nos pasamos a "Arrow", el caso más claro es John Barrowman. Se podría dedicar una entrada entera a su carrera en los musicales del West End londinense (con parada en sus participaciones en películas como "De-Lovely" o "Los productores", donde le tocaba cantar "Springtime for Hitler"), pero con el "I am what I am" de "La cage aux follies" podemos hacernos una idea. Barrowman, además, encaja en la otra "obsesión" de los productores de "Arrow", "Doctor Who", de donde también pescaron en su momento a Alex Kingston. En la primera temporada, la serie tenía a Colin Donnell, y aunque no todos los demás actores se han dedicado a los musicales, esta entrada de io9 recopilaba los pinitos musicales de gente como Colton Haynes y Katie Cassidy. "Arrow", de todos modos, es la menos broadwayesca de todas, de momento.



Así, llegamos a "Supergirl", la última de las series superheroicas producidas por Berlanti, y en la que han vuelto de tirar de un ex de "Glee" para el papel protagonista. En este caso, es Melissa Benoist, que para quienes dejaron la serie de Ryan Murphy en la segunda temporada puede ser más conocida por su pequeño papel en "Whiplash" o en la reciente "El viaje más largo". Benoist era Marley, algo así como "la nueva Rachel", en "Glee", y su experiencia en el teatro musical era toda fuera de Nueva York. Pero sus acompañantes en la nueva serie de CBS son veteranos de Broadway como Laura Benanti (que es la madre de Kara) o Jeremy Jordan, que también es otro repescado de "Smash".

Por cierto, la foto de arriba es de Moviepilot, que ha hecho ese photoshopeo, para ilustrar un artículo especulando cómo se integrará "Supergirl" en el universo de "Arrow" y "The Flash".

13 mayo 2015

El Demonio y la señorita Ives

 ALERTA SPOILER: La segunda temporada de "Penny Dreadful" ya lleva dos capítulos emitidos. ¿Sabéis lo que es el "verbis Diablo"? Pues no sigáis leyendo.

Una de las escenas más impactantes del arranque de "Penny Dreadful" es la de la sesión de espiritismo con Madam Kali, esa medium que parece un poco de pacotilla hasta que vemos a Vanessa Ives poseída no sólo por el fantasma del hijo muerto de Sir Malcolm, sino por otro espíritu maligno. Ese espíritu diabólico, que bien podría ser el mismísimo Demonio, intenta poseer de forma definitiva y final el cuerpo y el alma de Vanessa durante toda la primera temporada, y como aquel primer asalto cayó, a los puntos, del lado de la señorita Ives, lo va a volver a intentar en una segunda entrega que apunta a ser bastante más intensa.

Por si nos quedaban dudas tras los ocho episodios iniciales, se termina de confirmar que "Penny Dreadful" es la serie de Eva Green, a la que ha salido competencia como MVP en una Helen McCrory que disfruta enormemente interpretando a esa bruja servidora de Lucifer. Madam Kali se destapa como la verdadera villana, la que pretende atrapar por fin el alma de Vanessa y, en el mejor estilo Anillo Único, atarla entre las sombras. La imaginería que hay alrededor de ella en su guarida, con esas cuatro esbirras que parecen sacadas del "Drácula" de Coppola, es excesiva y, al mismo tiempo, inquietante, y representa en formidable enemigo para los protagonistas, que aunque se puede decir que forman su pequeño grupo pseudo-familiar, están separados por sus propios secretos.

Ethan Chandler, por ejemplo, está siendo perseguido, literalmente, por sus acciones cuando se convierte en hombre lobo, y tener ese "ente" que se apodera de él con la luna llena lo acerca más a Vanessa, con la que ya se notaba una atracción. ¿Puede ser esta temporada la de la historia de amor entre ambos personajes? Sus almas torturadas parecen no encontrar más consuelo que cuando están juntos, pero si los problemas de Chandler se "reducen" a Scotland Yard, los de Vanessa son bastante más complicados, por decirlo de algún modo. El triángulo Ethan-Vanessa-Sir Malcolm (a través de quien Madam Kali pretende llegar a su presa) es una de las patas sobre las que gira, por ahora, esta temporada; la otra es, de nuevo, la relación de Victor Frankenstein con su monstruo.

Esta trama siempre ha sido demasiado independiente del resto de la serie (como Dorian Gray, que sigue a lo suyo), aunque empiece a tener puntos de contacto. Brona es ahora la "novia" de Frankenstein, y el monstruo (o John Clare) intenta llevar una vida más o menos normal buscando un trabajo e intentando tener una relación con Lily-Brona. Las peripecias de Clare, sin embargo, están sirviendo esta temporada para acercar "Penny Dreadful" al mundo dickensiano de las clases pobres del Londres victoriano, y su encuentro fortuito con Vanessa Ives en medio de los enfermos de cólera debería repetirse o, al menos, apuntar a que el monstruo tendrá alguna relevancia en la lucha por el alma de Vanessa. Sería un giro muy interesante.

12 mayo 2015

La enésima reinvención de Alicia


ALERTA SPOILERS: ¿Sabéis qué opina Alicia Florrick de la nueva decisión política de su marido? ¿Habéis visto la despedida definitiva de Kalinda? Sólo entonces podéis seguir leyendo.

La sexta temporada de "The Good Wife" ha sido un poco una montaña rusa para sus fans. Empezó con Diane incorporándose a Florrick, Agos & Associates y con Cary enfrentándose a la cárcel si no testificaba contra Lemond Bishop, que ha acabado siendo el villano de la temporada. Tuvimos después esa etapa intermedia de la campaña de Alicia para fiscal del distrito y, cuando eso terminó de la peor manera posible, la señora Florrick vuelve a reinventarse y decide regresar un poco a sus orígenes como abogada. La aparición de Louis Canning con la oferta de ser su socio abre nuevos-viejos interrogantes, pero aquí todo se reduce a lo que siempre se ha reducido: ¿qué quiere Alicia de verdad?

El énfasis en la gran protagonista ha marcado la trama final de esta entrega de la serie, eso y la despedida de Kalinda. Los rumores de una mala relación entre Julianna Margulies y Archie Panjabi han coloreado casi todo lo que se ha escrito sobre el retrato de sus dos personajes en estas últimas dos temporadas (hasta un nivel en el que daba un poco de vergüenza ajena leer algunas cosas), y el intento de los King de cambiar un poco la estructura de la serie en la sexta temporada ha dejado fríos a unos cuantos seguidores. ¿Realmente "The Good Wife" ha caído en picado, como decían en Salon? No, pero es cierto que la trama política de Alicia ha hecho que el lado legal quedara un poco más descuidado. De repente, los guionistas tenían que mantener en marcha tantas historias independientes al mismo tiempo, que casi parecía un capítulo de "Juego de tronos", y el acento en las triquiñuelas políticas, en lugar de en la parte glamourosa, hizo que los espectadores perdieran el interés.

Es curioso, porque "The Good Wife" nunca ha sido una serie coral; siempre ha sido la historia de Alicia, pero es verdad que personajes como Cary o la misma Kalinda han estado a la deriva. La intrépida investigadora, al menos, ha tenido una despedida acorde con su carácter y con el punto débil que ha sido siempre Alicia para ella (un buen adiós, por muy conspiranoicos que queramos ponernos), y los dos últimos episodios no sólo han servido para presentar una protagonista revigorizada después del mazazo que fue su dimisión forzada antes siquiera de poder tomar posesión como fiscal del distrito, sino para revitalizar también la serie.

Ese penúltimo capítulo nostálgico, en el que la señora Florrick recuerda sus inicios en Lockhart & Gardner, le da un impulso al cierre de "The Good Wife" que bien podría mantenerse en la próxima temporada, una séptima de la que no se sabe aún si, como piensan todos sus fans, será la última. En toda serie que gire alrededor de un personaje central fuerte, el reto es manejar a los secundarios de tal modo que no se queden arrumbados en los márgenes, que tengan algo interesante que hacer. La nueva configuración de la serie determinará si los King son capaces de mantener el equilibrio entre la nueva etapa vital de Alicia y sus antiguos compañeros de trabajo.

11 mayo 2015

De Gotham a Silverhöjd

Cuando "Gotham" arrancó, su promesa de que iba a contar cómo una ciudad en decadencia podía haber acabado dando vida a Batman picó la curiosidad de los espectadores. Sí, teóricamente íbamos a ver los esfuerzos de Jim Gordon por "limpiar" la ciudad de la corrupción rampante y, de paso, ir ascendiendo hasta ser comisionado de policía, pero muchos pensaron que no podía hacerse una serie sobre la ciudad de Gotham sin traer a colación a Batman, incluso aunque Bruce Wayne no sea más que un niño que acaba de perder a sus padres. La decepción con "Gotham" empezó muy pronto (tal vez, demasiado pronto), y no ha conseguido darle la vuelta a esa percepción. El final de su primera temporada, de hecho, confirma algunas de las peores tendencias de la serie, como empeñarse en meter demasiadas tramas y demasiados personajes en cada episodio y tener a Gordon permanentemente cabreado e intenso.

Hasta las maniobras del Pingüino por iniciar una guerra entre Maroni y Falcone para acabar siendo él el dueño de la ciudad han acabado agotando. Puede ser el personaje al que los guionistas le pillaron más rápido el punto, pero ha estado también dando muchas vueltas sobre sí mismo, mientras Fish Mooney ha estado constantemente en su propio spin-off dentro de "Gotham". Al final, lo que parecía que podía ser el gran lastre de la temporada, que era la investigación del joven Bruce Wayne de la muerte de sus padres, y de lo que está haciendo de verdad Wayne Enterprises, haya sido lo que ha dejado un mejor sabor de boca. Bruce, Alfred y Selina Kyle han tenido una dinámica muy entretenida de ver, y han estado mejor retratados y dibujados que buena parte de los demás personajes. Hasta Harvey Bullock, que prometía grandes cosas, ha quedado más como una caricatura. Lo que sí merece la pena destacar es el aspecto visual de la serie; ahí sí que han acertado siempre de pleno.

Parece que las series nórdicas nunca dejan de sorprender. Después de haber obsesionado a medio mundo con sus policíacos, la televisión sueca ha decidido hacernos un regate totalmente inesperado con "Jordskott", una sorprendente serie que ha empezado a llamar la atención en el resto de Europa, como viene siendo habitual últimamente, a partir de su emisión en el Reino Unido. Quienes han visto sus diez capítulos la definen como un título de misterio sobrenatural imprevisible y difícil, en realidad, de adscribir a un género concreto, y se resisten a decir mucho más para no estropear la diversión de verla. Comparada con "Expediente X", lo cierto es que "Jordskott" empieza de una manera que la sitúa en la línea del popular nordic noir, con unos niños desaparecidos en un pueblo maderero, y da un giro de 180º a mitad del primer capítulo que casi te deja al borde del sofá.

Lo que se puede contar es que su protagonista, Eva Thörnblad, regresa a Silverhöjd, su pueblo natal, para poner en orden los papeles de su padre, que acaba de morir, y con el que no se hablaba desde que desapareció su hija, siete años atrás. Eva (que lleva una chaqueta que Pere Solá comparó con la de Ryan Gosling en "Drive") alberga la esperanza de poder investigar, precisamente, la desaparición de su hija, pues otro niño está perdido en el pueblo. Y es verdad que lo mejor es dejarlo aquí. "Jordskott" sabe crear una atmósfera inquietante y transmitir la sensación de que en Silverhöjd está pasando algo malsano, que el bosque es, como ocurría también en "Twin Peaks", un lugar que alberga una gran oscuridad. En realidad, a lo que puede recordar más esta serie es a "El silencio del bosque", un libro de la escritora estadounidense Tana French. Su protagonista, Adam Ryan, es un policía dublinés que acarrea con él un trauma ocurrido veinte años atrás, cuando se adentró en el bosque junto a su casa con otros dos amigos. Iban buscando hadas y duendes, y ninguno de los tres regresó para cenar. Sólo volvió a aparecer Adam, varias horas más tarde, conmocionado y con las zapatillas manchadas de sangre. Y dos décadas después, aparece muerta una niña sobre una piedra celta de ese mismo bosque. La investigación policial puede ser más o menos convencional, pero la atmósfera que crea cada vez que el libro habla de ese bosque es realmente inquietante.

Música de la semana: Un día más tarde de lo habitual, vamos a dedicarle la selección musical a "Agents of SHIELD", que de vez en cuando se marca unas simpáticas escenas en las que vemos a algún personaje empezar su día a los sones de una canción que siempre les va que ni pintada. La semana pasada, ese personaje era el (los) interpretado por Patton Oswalt, y el tema en cuestión era "Robot tourist", de Tam Nightingale.

08 mayo 2015

Es la hora de las tortas

Acción en televisión no suele hacerse al mismo nivel que el cine porque, para conseguir una pelea realmente buena, hace falta tiempo, y eso es justo algo de lo que la televisión siempre anda corta. Si un capítulo se rueda en ocho días, cómo máximo, no puedes tardar dos en filmar un combate mano a mano en un bar de seis minutos en el que se utilicen las sillas, las botellas, un revólver, las paredes y hasta otros clientes del bar como "armas". Simplemente, no hay tiempo para ello. Sin embargo, a veces se consiguen escenas de acción bastante imaginativas en televisión, y esta temporada ha habido varios ejemplos de ello.

Para algunos espectadores, el estándar en esto lo pone "Banshee", violenta y sangrienta como sólo puede serlo una serie producida por gente salida de "True Blood" (entre ellos, Alan Ball), y otros recordarán cómo "Burn notice" conseguía darle una vuelta de tuerca a algo ya tan visto como las persecuciones de coches. Pero en el viejo arte hollywoodiense de las peleas a puñetazo limpio, hay series que buscan el modo de aprovechar al máximo las restricciones de su medio. Por ejemplo, "Arrow" se beneficia de tirar de escenas nocturnas, y de la iluminación verde que las impregna, para sacar adelante peleas en las que lo más habitual es que Oliver Queen y sus ayudantes se enfrenten a rivales más fuertes que ellos. Esta serie utiliza bastante el espacio alrededor de los luchadores, y esta temporada consiguió una pelea bastante lograda cuando enfrentó a Oliver con Barry Allen en su primer crossover con "The Flash".

Durante bastante tiempo, "Arrow" se ponía como la serie de superhéroes mejor engrasada de las que había en emisión, pero una tercera temporada más irregular y un salto de calidad en las producciones televisivas de Marvel le ha hecho ver amenazado su "trono" en esto de la acción. "Agents of SHIELD", por ejemplo, ha mejorado bastante este año no sólo en cuanto al retrato de sus personajes o sus tramas, sino también en su personalidad visual. En ese aspecto se incluyen las peleas, que suelen ser más bien tirando a genéricas, pero que han ganado algo de chispa con la inclusión de Bobbi Morse y, sobre todo, con dos escenas que merecen estar entre las mejores peleas televisivas de esta temporada; el enfrentamiento May contra May (sobre todo el golpe final) y esa entrada a tiros de Skye en un laboratorio de Hydra, rodada en plano secuencia y que parece sacada de un FPS. El responsable de ambas escenas es el director Kevin Tancharoen, hermano de una de las showrunners de la serie y responsable de, atención, el remake de "Fama" y una secuela directa a vídeo de "Mortal Kombat".

Esa pelea en un sólo plano de "Agents of SHIELD" se vio semanas después de que el final del segundo capítulo de "Daredevil" generara otra vez un nivel de conversación similar (que no igual) al del famoso plano secuencia de "True Detective". Esa pelea a lo asiático en un pasillo, con gente entrando y saliendo de las puertas en los laterales, contribuyó a llamar más la atención sobre la serie de Netflix, pero también hay que tener en cuenta que ésta podía permitirse unas escenas de acción más elaboradas porque sus episodios se rodaban en entre doce y 14 días. Ya sabéis, para todo hace falta tiempo. Hasta para las peleas animadas de "The legend of Korra". Las escenas de acción de esa serie son de lo mejor que ha dado la tele estadounidense últimamente.

07 mayo 2015

No es fácil ser Iris West

ALERTA SPOILERS: ¿Cómo vais con "The Flash"? ¿Habéis visto a Grodd en acción? ¿No? Pues no sigáis leyendo.

Hace algún tiempo hablamos sobre cómo "Arrow" había hecho evolucionar a Laurel Lance y cómo, a veces, mantener en secreto las identidades superheroicas de los protagonistas de estas series acababa haciendo más daño que siendo una mina de historias. Podríamos llamarlo el Paradigma de Laurel Lance, y hasta podríamos identificar a una gran damnificada por él; Iris West. El interés amoroso de Barry Allen en "The Flash" ha sido un personaje con poco qué hacer durante buena parte de la primera temporada. Iba investigando las apariciones del superhéroe por todo Central City y, cuando empezó a trabajar de reportera, fue ganando un poco más de peso al seguir la investigación de su compañero sobre Laboratorios STAR y Harrison Wells, pero ha sido más un lastre que otra cosa para la serie.

El principal problema era que hasta Eddie Thawne, su novio, sabía que Barry era Flash, pero ella no, y la testadurez de los personajes en mantenerla apartada del equipo del superhéroe la marginaba aún más. El tema estaba volviéndose un poco ridículo, y hasta había algunos fans que ya no soportaban más a Iris. ¿Cómo podía ser que no se diera cuenta de quién era Flash en realidad? ¿Qué pretendían los guionistas hacer con ella? Afortunadamente, aquella revelación que parecía borrada por el viaje en el tiempo de Barry no estaba olvidada, y aunque lo descubre de una manera un poco fortuita, Iris al fin sabe la verdad.

En "The Flash" y en "Arrow", que los personajes conozcan las identidades de Oliver Queen y Barry Allen los ayuda a hacerlos un poco más interesantes. Pueden integrarse mejor en las tramas y pueden resolverse todos los inconvenientes y las críticas que la propia Iris les arroja a Barry y a su padre cuando no sólo descubre la verdad, sino que se entera que han estado ocultándosela durante meses. El primer paso hacia la rehabilitación del personaje, y hacia un mejor uso de él, ya está dado. Ahora, las implicaciones que puede tener el intento de Wells-Eobard de volver a su tiempo, y de esa portada de periódico futura, serán más interesantes porque todo el mundo es consciente de con quién se están jugando los cuartos.

"The Flash" ha sido una de las series más entretenidas de la temporada por su mezcla entre la diversión tirando a friki, el misterio sobre la muerte de la madre de Barry y un manejo de sus capítulos de mitología bastante acertado. Hasta han logrado que los villanos (que sobre el papel sonaban bastante cursis) tuvieran o un toque irónico para superar su lado tontorrón, o fueran un poco más amenazantes para dar a Flash rivales un poco más a su altura, aparte de Harrison Wells. Cómo ha ido desvelándose el misterio ha estado bien llevado, y sus crossovers con "Arrow" han sido realmente divertidos. Y una vez que han metido a Iris en el círculo de confianza, pueden dar un salto interesante para la próxima temporada.

06 mayo 2015

Los tabúes del "personaje femenino fuerte"

Durante la promoción de una temporada de "Mujeres desesperadas" (ahora mismo no recuerdo cuál), Felicity Huffman era preguntada en un late show por sus hijas con William H. Macy y por sus sentimientos personales hacia la maternidad, teniendo en cuenta que Lynette Scavo, su personaje, al principio de la serie se sentía culpable por no soportar a sus revoltosos hijos y por querer volver a trabajar. Huffman decía que era un tabú que cualquier madre reconociera que eso, ser madre, no le parecía tan maravilloso y que aspiraba a algo más en la vida, y apuntaba su propio sentimiento de culpa al respecto; creía que, por decir que a veces sus hijas la volvían loca, el resto de la gente la juzgaba automáticamente como una mala madre. Y eso, en la sociedad estadounidense, es el peor insulto que podían lanzarle.

En el último año, o a lo mejor un poco más, los blogs y webs dedicados al cine y la televisión en Estados Unidos han estado debatiendo con bastante asiduidad el representación de los personajes femeninos en la industria del entretenimiento, y se ha tocado en varias ocasiones ese arquetipo del "personaje femenino fuerte", comentándolo como la única opción que había, hasta ahora, de ver en televisión y en el cine a mujeres que no fueran simplemente las novias, las madres de los protagonistas (masculinos) o las damiselas en apuros. Ese arquetipo suele englobar a mujeres de personalidad muy marcada y, a veces, hasta físicamente fuertes, capaces de desenvolverse ellas solas en cualquier situación arriesgada y, a veces, bordeando la caracterización de la Mary Sue, la mujer perfecta e infalible en todo.

Por supuesto, tener un protagonista carismático, que sostenga por sí mismo el entramado de la serie o la película a su alrededor, independiente y, digámoslo, fuerte ayuda enormemente a que el producto audiovisual enganche a la audiencia y sea entretenido. Pero ha surgido una corriente en los últimos meses que, aunque considera que está muy bien, y es necesario, tener personajes femeninos así, no pueden quedarse sólo en eso. Katniss Everdeen, por utilizar un ejemplo de gran éxito reciente, es un personaje femenino fuerte en el sentido de que tiene recursos propios, es la heroína de "Los juegos del hambre", pero también se han preocupado de darle otros matices que no la encasillen sólo en eso; Katniss está traumatizada, propulsada a un papel de símbolo revolucionario que representa a regañadientes, cuando lo único que ella quiere es proteger a su familia. Eso la lleva a tomar decisiones equivocadas, a confiar en quien no debe, y ayuda a presentar un retrato suyo más completo.

Las voces que han ido surgiendo sobre esta tema apuntan todas lo mismo. Si de un protagonista no se dice que es un "personaje masculino fuerte" para describirlo, quizás debería ir retirándose esa caracterización de los femeninos para ir consiguiendo que tuvieran una representación más de igual a igual. No es un asunto sencillo, pero realmente es interesante de analizar. Tomemos como ejemplo el jaleo que se ha organizado alrededor de la Viuda Negra en "Vengadores. La era de Ultrón" (el "problema de la Viuda Negra", como lo han llamado en Entertainment Weekly). Sin desvelar la escena en concreto que ha suscitado las críticas (por eso de los spoilers), se ha acusado a Whedon de debilitar la caracterización de Natasha Romanoff, de hacerla de menos ante el resto de los superhéroes por su dinámica con Bruce Banner y por la manera en la que se ve afectada por un aspecto concreto de su pasado (curiosamente, esas críticas las sufrió también, por lo mismo, Robin Scherbatsky en "Cómo conocí a vuestra madre").

Aquí hay opiniones para todos los gustos. Se puede ver como una profundización de la Viuda Negra (que es como yo lo vi) o como una depreciación del personaje, y los defensores de uno y otro lado se han pasado desde el viernes tirándose los trastos a la cabeza en todas las redes sociales posibles. En el centro del debate parece estar otro de esos tabúes que persiguen a los personajes femeninos; si son heroínas de acción, no pueden poseer otros rasgos más femeninos, y si su característica principal es ser muy femeninas, Dios les libre de que les gusten los videojuegos. Cuando hay personajes tridimensionales y complejos, con sus virtudes y sus defectos, las series y las películas son más interesantes, pero es inevitable que surjan las críticas de quienes creen que se está debilitando a esos personajes. Mostrar que Alicia Florrick es ambiciosa no la debilita; la acerca más a una mujer normal.