31 mayo 2013

Viernes musical (31): "Ugly Betty"



Entre 2006 y 2010, la parrilla de la ABC albergó un pequeño rayo de encanto, humor y parodia de las telenovelas en la forma de "Ugly Betty", la adaptación estadounidense de "Betty, la fea" que hizo famosa a America Ferrera, dio a Vanessa Williams un papel de villana absolutamente genial y descubrió a Becki Newton y Michael Urie. Sin embargo, en aquella historia del pez fuera del agua que era Betty Suárez trabajando en una importante revista de moda neoyorquina, hubo un personaje que terminó casi eclipsándolos a todos los demás; Justin, el sobrino de Betty, un niño que desde el principio  se convirtió en uno de los mejores tratamientos de un joven gay en la televisión (y bastante antes de que llegaran "Modern family" y "Glee"). Justin, desde el principio, se declara fan de los musicales, y una de sus tramas de la primera temporada involucraba que fuera con su madre y su padre, al que ve muy poco, a ver "Hairspray". Como llegan tarde al teatro, el joven Mark Indelicato se canta parte de "Good morning, Baltimore" en el metro, para que su padre la escuche. Y no sería esa la única vez que un musical de Broadway tuvo importancia en una trama de "Ugly Betty". En la segunda temporada, buena parte de los personajes acaba yendo a ver "Wicked", y hasta terminan "participando" en él. ¿Y sabéis que es lo más divertido de todo? Como por entonces la serie aún se rodaba en Los Ángeles (se mudaron a Nueva York en la tercera temporada), grabaron las escenas del musical con la compañía que estaba representándolo en la ciudad californiana, en la que quienes interpretaban a Elphaba y Glinda eran Eden Espinosa, que había sido la suplente de Idina Menzel durante el estreno en Broadway, y Megan Hilty, que sustituyó a Kristin Chenoweth cuando ésta se marchó.

30 mayo 2013

La conspiración de Megan Draper

ALERTA SPOILERS: Como no sé si esto puede considerarse spoiler o no (aunque puede leerse en el 95% de los blogs televisivos), debo avisar que se van a desvelar teorías locas (o no) sobre el destino de algunos personajes de la sexta temporada de "Mad Men". O lo que es lo mismo, ¿va Matthew Weiner a marcarse un Kyle Bishop?

Una de las historias relacionadas con Hollywood más macabras e inquietantes, y más sangrientas, es la del asesinato de Sharon Tate, el 9 de agosto de 1969, en su casa junto a otras cuatro personas. Tate, casada entonces con Roman Polanski, estaba embarazada de ocho meses y medio, y los culpables pertenecían a lo que se denominó la Familia Manson, una especie de secta alrededor de Charles Manson y sus alucinaciones de que se avecinaba una guerra racial. Entraron en la casa de Tate pensando que viviría allí todavía otra persona con la que Manson se había enemistado, pero eso no les detuvo. ¿A qué viene este recordatorio de la leyenda negra de Polanski? A los paralelismos que bastantes fans de "Mad Men" han empezado a encontrar esta temporada entre Megan Draper y la malograda Sharon Tate.

La culpa de todo la tuvo esta camiseta con una estrella roja que Megan llevó en el último capítulo, "The crash". En cuanto se supo que no era una casualidad que la señora Draper llevara la misma camiseta que Sharon Tate en una foto publicitaria, Internet estalló en todo tipo de teorías conspiratorias sobre la posibilidad de que esa muerte que lleva sobrevolando "Mad Men" desde el primer capítulo de esta sexta entrega fuera la de ella. Ha habido fallecimientos de familiares, el ataque al corazón de un portero, un apuñalamiento accidental... En la quinta temporada ya hubo un montón de alusiones a la muerte (y hasta se trató tangencialmente un célebre caso de asesinatos en serie ocurrido en Chicago), y al final cayó Lane Price. ¿Se repetirá el esquema ahora? Matthew Weiner no está siendo demasiado sutil con sus simbolismos, así que no sería nada extraño.

Ahora, ¿realmente se encamina todo hacia el asesinato de Megan Draper? En 1968, al parecer, Nueva York vivió un surgimiento de la delincuencia, y en ese mismo año fueron tiroteados Martin Luther King y Robert Kennedy. Las comparaciones de Megan con Tate ya se hicieron cuando se publicaron las primeras fotos promocionales de la sexta temporada, cuando muchos estilistas comparaban su peinado y sus vestidos con el estilo californiano, casi setentero, de la propia Tate. Y ya sabemos que Weiner no deja nada al azar (Dios le libre de los accidentes felices), así que los fans se han vuelto más locos que cuando aún no teníamos ni idea de qué era el humo negro de "Perdidos". Teniendo en cuenta que a la seruie sólo le queda una temporada más antes de despedirse definitivamente, es perfectamente posible que ésta vaya a terminar con algún momento realmente impactante, que sacuda el mundo de Don de una vez por todas.

Ahora igual os preguntaréis dónde están los paralelismos entre Megan Draper y Sharon Tate, aparte de en la ropa. Básicamente, están en que las dos eran jóvenes actrices emergentes (Tate ganó, creo, un Globo de Oro por "El valle de las muñecas") que se casaron con hombres con gran éxito en sus carreras, y con fama de mujeriegos. ¿Es una conexión demasiado endeble? Puede ser. Pero eso no ha impedido que, además del misterio alrededor de Bob Benson, no haya sido el tema más tratado en los blogs en los últimos dos días. Hasta que "Juego de tronos" emita su próximo capítulo el domingo.

29 mayo 2013

Cómo saber si una serie será buena

Las presentaciones de las nuevas series para la próxima temporada en los upfronts de hace un par de semanas nos han llevado a muchos a empezar a ver trailers y promos y a preguntarnos si algunas de ellas valdrán la pena o no. Un trailer de dos minutos no suele ser un buen indicativo de la calidad del piloto, y ya sabemos que, después, el piloto no tiene por qué ser indicativo de la calidad de la serie, pero a veces hay pistas en ese capítulo, que tiene que presentar el mundo de esa serie al espectador, que nos llevan a ver más. Si llegamos al final de la primera temporada, también podemos preguntarnos si hay ahí potencial para que el programa dé un salto cualitativo de cara a la segunda, algo que bastantes series han hecho al encontrarse mucho más cómodas con sus personajes y sus historias; ahora saben cómo funciona todo y pueden dedicarse a probar cosas nuevas. Aprovechando el final de la temporada televisiva, en "io9" han intentado establecer una guía de indicaciones que pueden ayudarnos a ver si una serie tiene capacidad de mejorar en su segundo año.

Por supuesto, estas indicaciones no son infalibles ni siguen ningún método científico, pero a veces es cierto que ayudan a que sigamos con una serie a lo mejor más tiempo del que pensábamos inicialmente. Tal vez el ejemplo más claro, entre los estrenos de este año, de un título que tiene ese margen de mejora sea "Arrow". En el último "Yo disparé a JR" comentábamos que tenía todas las piezas para cuajar en algo que fuera más allá de la mera serie de aventuras de The CW, y que podía aspirar al título de "jugador más mejorado" el año que viene. Tienen un protagonista que da bien el pego como superhéroe, una mitología de fondo interesante, el final de temporada puso las semillas para que en la segunda entrega pudieran introducir cambios que hicieran crecer la serie y las dinámicas entre unos cuantos personajes son, al menos, simpáticas y entretenidas de ver. Estas son algunas de las señales que "io9" establece como indicadores de existe potencial para un salto de calidad, pero hasta que no veamos su regreso, el próximo mes de septiembre, no sabremos si decidirán aprovecharlas.

En mi caso, la química entre los personajes suele ser una buena razón para continuar viendo una serie que podría haber abandonado de otro modo. El lunes regresó a A&E, por ejemplo, "Longmire", un procedimental protagonizado por un lacónico sheriff cincuentón de Wyoming que, al principio, no parecía que fuera a aportar gran cosa. Pero ocurrió con ella algo que también puede apuntar a esa mejora en su segunda temporada, y es que, conforme veía más capítulos, más me entretenía, y la relación entre Walt Longmire y su ayudante, la impetuosa Vic Moretti, se convirtió poco a poco en una razón de peso para volver todas las semanas al condado de Absaroka. El primer capítulo de su regreso se adentra un poco más en los fantasmas de Walt (algo que los libros de Craig Johnson en los que se basa la serie exploran bastante), y parece decirnos que sí, que "Longmire" está dispuesta a mejorar lo que nos ofreció en sus diez episodios inaugurales.

Ejemplos de estos saltos de calidad de la primera a la segunda temporada hay unos cuantos, siendo "Justified" y "Fringe" los que vienen ahora a la memoria como casos más recientes y notables. A veces, ese calificativo de "buena" podemos cambiarlo simplemente por "divertida", como le pasó a "Warehouse 13", y en realidad, lo que viene a decir es que, tal vez, si encontramos esos signos en una serie que nos entretiene, pero no nos apasiona, igual nos interesa ser un poco más pacientes con ella. A lo mejor nos llevamos una sorpresa agradable.

28 mayo 2013

Un género para adolescentes

Una consecuencia del final de "Smash" y de las entrevistas que Josh Safran ha estado dando estos últimos días a propósito de él (y perdonad el monotema), es la conversación sobre si el género musical en televisión sólo puede triunfar en formato reality o, si es ficción, si va dirigida a un público muy joven, mayoritariamente adolescente. Safran es muy categórico al respecto, y cree que lograr la atención de los jóvenes acostumbrados a bajarse canciones y buscarlas en iTunes es fundamental para que una serie de esas características pueda sobrevivir más allá de los primeros trece episodios. "Creo que el problema es que la música es inherentemente joven en el aspecto de que las descargas, actualmente, son cosa de los jóvenes", son sus palabras, y encuentran algo de razón en el fenómeno en el que se convirtió la primera temporada de "Glee"; además de tener buenos índices de audiencia, donde fue todo un bombazo fue en la compra de sus versiones en iTunes, hasta el punto de que puede haber gente a la que le resulte extraño saber que, antes que en el piloto de "Glee", "Don't stop believing" se encargó de cerrar una serie tan venerada, y tan exitosa, como "Los Soprano".

Quizás sea esa la razón por la que las series musicales no acaban de cuajar en televisión, o quizás haya otras, pero lo cierto es que no es un género que tenga demasiada suerte en los últimos tiempos. En el cine, donde fue uno de los principales baluartes de los estudios hasta los años 70, más o menos, se producen muy pocos porque son caros, complicados de rodar y no está garantizado que vayan a atraer al público (el próximo será "Into the woods", dirigido por Rob Marshall), por mucho que "Chicago" ganara un Oscar y que "Los miserables" tuviera una buena taquilla el año pasado. Y en cuanto a televisión, si descontamos "Glee" y las series adolescentes de Disney Channel, de "Hannah Montana" a la serie de películas de "High School Musical", es cierto que no han tenido demasiado éxito. Cuando se anuncia la llegada de un musical a televisión (o se anunciaba, más bien), los periodistas estadounidenses siempre sacan a colación "Cop Rock", uno de los mayores fracasos de la historia de la ficción televisiva o, si no quieren remontarse hasta los 90, "Viva Laughlin", aquel intento de remake de una serie inglesa a cargo de la productora de Hugh Jackman, y que CBS canceló al tercer capítulo, si no recuerdo mal. Pero es que el original, "Blackpool", ya era algo bastante particular, porque sus actores ni hacían versiones ellos mismos, ni hacían playback, sino que cantaban por encima de la canción.

Curiosamente, esta temporada han coincidido varias series musicales, o con toques musicales, en las parrillas estadounidenses, y ninguna de ellas ha resultado ser un éxito masivo. Tienen su público, que a veces es suficiente para que sean renovadas, y a veces no, pero como destacan en este artículo de Gonzoo, no parece que el género haya echado raíces en televisión. Si descontamos "Glee", renovada por sorpresa por dos temporadas más y que ya no es el fenómeno que fue en sus dos primeras temporadas, las demás sobreviven amarradas a su nicho de fans como clavo ardiendo, y otras ya han mordido el polvo, como "Smash". Ésta y la serie de Ryan Murphy son, quizás, las que entran más claramente en la definición de "musical", pues las canciones y sus interpretaciones son tan importantes como cualquier conversación importante entre dos personajes. Las otras tres integran la faceta musical de manera diferente, siendo más un drama con canciones que otra cosa.

"Nashville", por ejemplo, sigue esa línea, que es un poco la que marca también "Treme" (que es la mejor de todas, y la menos vista). Lo que vemos es la vida de los músicos de esa ciudad y, en teoría, la ciudad es tan protagonista como ellos. En "Nashville" no sé hasta qué punto eso será cierto, porque no he visto más que el piloto, pero en "Treme" es evidente que Nueva Orleans es un personaje más de la serie, probablemente el más importante. La música no es lo que define a los capítulos, pero los músicos son una parte integrante del show, como los policías, los cocineros o, simplemente, la gente de a pie que se vio afectada por el huracán Katrina, y en todos los episodios vemos a músicos tocando, ya sea en la calle o en algún local. Además, el espectro musical va bastante más allá del jazz, haciendo hueco al hip-hop, el funky y hasta el metal en la última temporada. Y lo que sí distingue a "Treme" es que sus actuaciones musicales están grabadas en vivo.

Y luego tenemos "Bunheads", en la que lo que prima es el baile. Eso le impide apoyarse en la estrategia iTunes para buscar el tirón entre el público joven, a pesar de que cuatro de sus actrices son todas adolescentes. Se permiten de vez en cuando alguna canción, que por algo tienen como principal protagonista a una veterana de Broadway como Sutton Foster, pero lo suyo también es más un drama con toques cómicos que, de vez en cuando, tiene secuencias de baile, y algunas de las más peculiares que se han visto este año en televisión. Al igual que el resto, tampoco ha sido un éxito (su futuro en ABC Family está en el limbo desde hace meses, pero parece claro que se la puede dar por cancelada), y las razones por las que no lo ha sido son igualmente variadas, y no sólo achacables a que la música era muy importante en ella. ¿Va a ser verdad que la única manera de ver series musicales es si tienes once años y eres fan de Disney Channel?

P.D.: Por cierto, para ver lo diferentes que son todas estas series entre sí, vamos a dejar algunos ejemplos: "Don't stop believing", de "Glee"; "Let's be bad", de "Smash"; "No one will ever love you", de "Nashville"; "Feel like funking it up", de "Treme", e "It's oh so quiet", de "Bunheads".

27 mayo 2013

Broadway, aquí estoy

Destrozar "Smash" es demasiado fácil. La serie nos ha dado tanta munición para ello en sus dos únicas temporadas, que ya hasta ha dejado de ser divertido hacerlo (mucho más desde que sus audiencias acabaron siendo material de sábado por la noche). Desde los giros de guión de telenovela de tres al cuarto, a tener una protagonista sin carisma que, en teoría, debería ser lo mejor que los teatros de Nueva York han visto desde la invención del telón, a telegrafiar dónde van a acabar sus tramas diez episodios antes de que ocurra, a desperdiciar toda la promesa y la buena disposición por parte de crítica y público de su piloto... Las críticas que se pueden hacer a "Smash" son muchas y variadas, y también está esa sensación de que la presión en NBC por crear un drama adulto de éxito (y que fuera un éxito ya) coartó cualquier intento de que aquello fuera a cuajar alguna vez. Ni los cambios en el equipo creativo (con un nuevo showrunner que habla aquí del final de la serie), ni los retoques delante de la cámara, con personajes descartados y la introducción de otros nuevos, ni el intento por reenfocar la serie en lo que se le da mejor, que es el backstage de Broadway, obró el milagro de resucitar "Smash" en la segunda temporada, ni en el aspecto crítico ni ante el público.

Pero todo esto estamos ya hartos de leerlo en todos los balances que se han hecho de los últimos dos episodios (que yo aún no he visto, por cierto). Lo que puede resultar más interesante es acercarse a las cosas que sí funcionaban en la serie (al menos, en su mayor parte), las cosas que hacían que algunos masoquistas siguiéramos con ella y, como notan en esta entrada de BuzzFeed, que nos llevaban a que termináramos hablando más sobre si Jimmy era al final gossip girl y queríamos matarlo, o si Ivy merecía una serie para ella sola, que sobre las últimas puñaladas, reales y figuradas, asestadas en los salones de la Fortaleza Roja de Desembarco del Rey. Es cierto que los despropósitos eran mucho más divertidos de comentar que los aciertos (y hasta cosas locas como el cameo de Liza Minnelli terminaban teniendo cierto encanto), pero "Smash" ha tenido algunos aspectos que podrían haberla transformado en algo más decente, si hubieran superado a aquellos que nos recordaban que seguía existiendo ese "Rent" de segunda llamado "Hit List" (del que soy incapaz de recordar su trama, pero que sí tiene una canción que prometía algo interesante, esa "Broadway, here I come" que da título a esta entrada).

En general, casi todo lo relacionado con "Bombshell" ha sido de lo más entretenido de ver, por muy ligero que quedara todo. Las maniobras de Eileen para darle visibilidad a la obra y mantenerla en cartel, al menos lo suficiente para que los votantes de Tony pudieran verla, redimieron un poco a un personaje cuyas tramas amorosas fueron uno de los principales errores de la primera temporada, y las diferentes tribulaciones profesionales de Tom y Ivy también aportaban más interés. El carisma de Christian Borle sacaba adelante casi cualquier cosa que tuviera que hacer, y Safran y compañía parecieron darse cuenta por fin de lo que tenían entre manos con Megan Hilty, dándole más números musicales variados para sacarle más jugo (un ejemplo, la canción humorística de ese fallido musical de "Las amistades peligrosas"). Incluso la relación de Tom y Julia ha tenido sus momentos porque estaba siempre anclada en su trabajo, a pesar de que, como muchas críticas han apuntado con acierto, le habría venido mejor algo más de tiempo para desarrollar algunos de sus giros. Aunque "Hit List" tiene sus fans, como demuestra esta entrada de "¡Vaya Tele!", era "Bombshell" donde pasaban las cosas con más miga, y quizás si se hubieran centrado en él, estaríamos hablando de otra segunda temporada. Aunque para eso tendrían que haber tratado algo la sustitución del actor que interpreta a Joe DiMaggio, una subtrama del año pasado con la que han aplicado fanesia.

El musical sobre Marilyn, por ejemplo, dejó el mejor episodio que han hecho desde, probablemente, el piloto, "The dress rehearsal", en el que el ensayo general y los primeros preestrenos de "Bombshell" obligaban a Tom y a Ivy a tomar varias decisiones importantes sobre el trabajo que estaban haciendo, y en "Opening night", el seguimiento a las dudas que todos sienten ante la noche del estreno de la obra dejaba también momentos bastante conseguidos y que tenían su interés (como el de este gif). Y además, qué demonios, todos los exteriores de la serie eran una guía turística de Nueva York por la que merecían la pena algunas escenas entre Karen y Jimmy, salvadas sólo por tener de fondo el skyline de Manhattan visto desde Brooklyn. Siempre supieron sacarle provecho a rodar en Times Square, o en el parque delante del edificio Flatiron, o a la fachada del teatro Lyceum, rebautizado como Lily Hayes para que acoja "Bombshell". Eran tomas muy a lo "White Collar", pero le daba un aire muy neoyorquino a la serie que no habría podido adquirir de otro modo. ¿A cuántos actores de "Smash" repescarán "Ley y orden: UVE" y "The good wife"?

Música de la semana:  Como estábamos hablando de "Smash", vamos a rescatar una canción que Josh Safran contó en esta entrevista que iba a ser, originalmente, el inicio de la segunda temporada, en lugar del número de "Bombshell" que terminamos viendo. Es una elección sumamenye curiosa porque es "New York groove", un tema que incluyó en su disco en solitario de 1978 Ace Frehley, guitarrista de KISS.

22 mayo 2013

La carrera de los críticos



Desde hace tres años, puede decirse que la carrera de los Emmy empieza oficialmente en cuanto los Critics' Choice anuncian sus nominaciones. En cine se jactan de predecir mejor que otros premios a los ganadores de esa edición de los Oscar, pero en televisión el panorama es más complicado. Los Emmy tienen unas inercias y unas idiosincrasias muy particulares, y los galardones Critics' Choice se ajustan más a las sensibilidades de unos críticos con una mentalidad más abierta que los académicos. Por lo menos, en sus nominaciones suele haber siempre opciones diferentes y refrescantes, y son bastante más proclives a reconocer a series y actores que nunca entran en el radar de los Emmy. Luego, en los premios acaban ganando los de siempre, pero la lista de candidatos, al menos, es interesante y curiosa. La de este año, que podéis ver completa en "TV Line", deja, por ejemplo, un hecho que puede ser significativo de cara a mediados de julio; ni "Mad Men" ni "Modern family" figuran entre los nominados a mejor drama y mejor comedia.

El declive de la primera en lo relacionado con los premios ya casi ni es una sorpresa. La derrota a manos de "Homeland" hace ya dos ediciones de los Globos de Oro ya presagiaba que el idilio de "Mad Men" con los galardones tocaba a su fin (que no con la crítica, ojo), pero lo realmente destacable es cómo la comedia de ABC sólo tiene una candidatura a estos Critics' Choice, y es toda una novedad; la de Sarah Hyland como mejor secundaria. "The middle", "New Girl" y "Girls" (a pesar de que ésta se ha quedado fuera de mejor comedia) han acabado expulsando a "Modern family", y "The americans" puede muy bien haber ocupado el hueco que otros años tenía "Mad Men" entre los dramas, porque ni "Downton Abbey", ni "Juego de tronos" ni "The good wife" se han caído. Es muy curioso, también, que a pesar de todo el hype que rodeaba a "House of cards", sólo Kevin Spacey ha conseguido estar incluido entre los nominados a mejor actor dramático. Y Corey Stoll, como mejor secundario, encabeza un nutrido grupo de actores que se estrenan en estas candidaturas, algunos de ellos, además, como sorpresas realmente interesantes.

Por ejemplo, ver a Tatiana Maslany entre las actrices de drama nadie se lo esperaba, y más por el género de ciencia ficción en el que se encuadra "Orphan Black" que porque ella no pueda interpretar convincentemente a varios personajes al mismo tiempo, y también resulta muy notable que haya sido Alex "Ray" Karpovsky, y no Adam Driver, el nominado a secundario de comedia por "Girls". Vera Farmiga convierte en candidatura todos los elogios que ha recibido por "Bates Motel" (casi los únicos para la serie) y Sutton Foster da una de las sorpresas más agradables al ver reconocido su trabajo en "Bunheads" con su inclusión entre las actrices de comedia. Los mayores fenómenos pop del año, como son "Juego de tronos" y "The Walking Dead", han corrido suerte desigual. La segunda sólo tiene la nominación de Andrew Lincoln; para la primera, serie, Nikolaj Coster-Waldau, Emilia Clarke y Diana Rigg (como actriz invitada) se reparten las candidaturas. Clarke competirá en mejor secundaria, además, con Abigail Spencer, la revelación de "Rectify".

En los apartados de miniseries y tv movies hay un poco de todo, pero todos los favoritos están ahí, empezando por "American Horror Story: Asylum" y terminando con "Top of the lake". En la primera está nominado prácticamente todo el mundo, y es muy interesante ver las nominaciones para "Behind the candelabra", la película que HBO estrena el domingo pero que esta semana se ha visto en el festival de Cannes (en Europa, de hecho, se estrenará en cines). Este año, da un poco la sensación de que los Critics Choice están bastante abiertos, por lo que quienes quieran seguir por Ustream, el 10 de junio, la ceremonia igual pasan un rato más entretenido que de costumbre. Sus nominaciones son variadas y recogen buena parte de las cosas sobre las que los críticos han estado hablando sin parar durante toda la temporada. ¿Servirán de algo de cara a las candidaturas a los Emmy?

P.D.: Este blog se va a ir de puente extraoficial hasta el domingo. Sed buenos.

21 mayo 2013

Desnudas

ALERTA SPOILERS: Este aviso es sólo para curarnos en salud, por si hay alguien especialmente sensible a que le desvelen cualquier cosa del capítulo de esta semana de "Juego de tronos", "Second Sons". Creo que no se va a contar nada clave, pero esto va por si alguien considera que desvelar quiénes acaban desnudos en el capítulo se considera spoiler.

Cuando coinciden al mismo tiempo la emisión de "Mad Men" en AMC y de "Juego de tronos" en HBO, Internet explota con la cantidad de artículos que podemos encontrar sobre el tratamiento de las tensiones raciales de los 60 en la primera o sobre el modo en el que muestra las escenas de sexo la segunda. De hecho, ese debate sobre el sexo y los desnudos en "Juego de tronos" nunca se apaga y, a veces, ni siquiera evoluciona, anclado en la "sexposition" de la primera temporada. La serie ha abandonado casi esa práctica y, ahora, esas escenas están, en su gran mayoría, justificadas por la historia o por el desarrollo de los personajes y ya no se ven como algo gratuito, puesto ahí porque es HBO y pueden hacerlo. El octavo capítulo de la tercera temporada tiene una escena de este estilo con Daenerys que ejemplifica bastante bien ese nuevo empleo de los desnudos en la serie, y también cómo cuesta sacudirse de encima un preconcepción aceptada como norma por casi todo el mundo.

La crítica, para lectores de los libros, que "The AV Club" tiene de ese episodio representa la dualidad de las reacciones hacia la dosificación de la desnudez en esta entrega. Sí, la hemos tenido muy concentrada en estos últimos tres capítulos (sobre todo en el sexto, si yo no recuerdo mal), y sí, aunque hemos visto unos cuantos culos masculinos, la mayoría de la piel que nos han enseñado ha continuado siendo de mujeres (lo que al mismo tiempo es un reflejo de cómo funciona ese mundo pseudo-medieval de Poniente); pero se podría decir que, en su gran mayoría, todas esas escenas ha tenido un propósito muy definido dado por la historia, incluida aquella con Theon que por Twitter alguien comparó con una película de Pajares y Esteso, si la hubiera dirigido Michael Haneke, supongo. Teóricamente, y si viéramos aún "Juego de tronos" con los ojos de la primera temporada, deberíamos criticar ese momento saliendo de la bañera de Dany delante de Daario Naharis como totalmente gratuito (más todavía por el modo en el que la cámara nos muestra el cuerpo de la khaleesi), pero su explicación es muy clara; Daenerys ya no se arruga ni se deja intimidar por nadie, ni siquiera por un mercenario que aparece con las cabezas de los compañeros los que ha traicionado y que, evidentemente, la desea desde el primer momento en el que la vio.

Dany es cada vez mejor jugadora en este ajedrez porque sabe utilizar las armas de las que dispone, ya sean sus dragones o la imagen de niña ignorante que sus enemigos pueden tener de ella. Esa desnudez saliendo de la bañera es más una armadura que una muestra de sumisión o debilidad, mientras el momento en el que Sansa empieza a quitarse su vestido de novia en su noche de bodas con Tyrion busca todo lo contrario. Jamás se desnuda por completo, pero es suficiente para que veamos su vulnerabilidad, y para que toda esa escena se haga muy incómoda hasta el momento en el que él le pide que pare. Por suerte, Tyrion conserva todavía la decencia que ni su padre ni su sobrino tienen. Y en cuanto a Melisandre, ahí sí podríamos quejarnos de cierta gratuidad en su seducción de Gendry, pero funciona a la perfección. El cordero queda listo para ser sacrificado y nunca ha visto el cuchillo.

Confieso que a veces tengo una perversa satisfacción al leer reseñas de espectadores que no han leído los libros y que, por ejemplo, en algunas ocasiones temen que esta temporada no tenga un cierre tan espectacular como las otras dos, que no haya en ella una ejecución de Ned Stark, o un nacimiento de dragones o una batalla naval a gran escala. Ya comentamos en otra ocasión que la paciencia era un requisito para disfrutar mejor "Juego de tronos", para no intentar llegar antes de tiempo a conclusiones que luego no son tales. Y también hemos señalado alguna que otra vez que si esta tercera temporada se está viendo mejor que las otras (o yo eso creo), no es tanto porque el material que adaptan es el del mejor libro, sino porque David Benioff, D.B. Weiss y compañía saben perfectamente cómo dirigir este barco y lo hacen con gran seguridad. Ahora mismo, hay pocas series visualmente tan bonitas, simplemente, como ésta, y no ya por sus paisajes, sino por sus encuadres. estos dos últimos capítulos, dirigidos por Michelle McLaren, han sido un buen ejemplo de ello.

P.D.: Por cierto, que al ver la escena de la bañera de Daenerys no pude evitar recordar cierta "polémica", por llamarla de algún modo, que hubo el mes pasado, mientras Emilia Clarke estaba en Broadway representando "Desayuno con diamantes". Tenía un, al parecer, breve desnudo saliendo precisamente de una bañera, y algunos periodistas decían que había habido algunos problemas porque parte del público había intentado sacar fotos. Clarke le quitó importancia al asunto en varias entrevistas apuntando que el público no tenía más que buscar en YouTube algunas de sus primeras escenas en el piloto de "Juego de tronos". Y en todo este asunto de los desnudos, resulta curioso que un capítulo de "Smash", "The dress rehearsal", lo afrontara de un modo bastante interesante, al menos para esa serie.

20 mayo 2013

La Starbuck de "Defiance"

ALERTA SPOILERS: ¿Habéis seguido viendo "Defiance"? ¿Sabéis qué le pasó a Irisa cuando era una niña y qué tiene que ver todo esto con la teniente Kara "Starbuck" Thrace? Si la respuesta es negativa, igual no queréis seguir leyendo.

Los personajes con los que nos introdujimos en el mundo de "Defiance" desde el piloto eran Nolan e Irisa, ese par compuesto por el ex soldado humano y su "hija adoptiva", la alienígena irathient con un genio demasiado vivo. Las interacciones de ambos con los habitantes de esa ciudad fronteriza nos permitieron ir conociendo al resto de personajes y a la estructura social del lugar, y también nos fueron ofreciendo algunos vistazos hacia la relación que los une y hacia sus propias personalidades y formas de ver ese nuevo mundo. Por lo que habíamos visto hasta ahora, Nolan es un poco Han Solo y, por muy duro que parezca, siempre acaba ayudando a alguien que lo necesite. Irisa, por su parte, se nos presentaba como más cínica y fría, más preocupada por su propia supervivencia, y era uno de los personajes a los que costaba más pillar el truco en los primeros episodios. Sólo sabíamos que Nolan la había rescatado de sus padres y que vivía con el fantasma de un pasado que se presuponía difícil, pero poco más.

Y así llegamos a "The serpent's egg", el capítulo de la semana pasada, que intercala una clásica trama de western de "emboscada a la diligencia" con Irisa, teóricamente, perdiendo los papeles y secuestrando a un castithan que cree que es el tipo que la torturó cuando era pequeña en aras de una inquietante secta religiosa, y al que la vendieron sus padres. La lectura entre líneas que se hace de lo que Irisa pudo sufrir en manos de esa secta es suficientemente malsana para que no tengan que hacerla explícita, y al mismo tiempo que sabemos cómo Nolan la rescató, la tenemos también preparada para acabar convertida en lo más parecido a la Starbuck de "Battlestar Galactica" que puede tener "Defiance". No es casualidad que los guionistas de este capítulo fueran David Weddle y Bradley Thompson, que se encargaban en "Galáctica" de escribir casi todos los episodios centrados en Kara Thrace. Y Kara tenía traumas como para que HBO llenara siete temporadas de en "En terapia".

Así entendemos un poco mejor su testarudez al proteger al desertor castithan que Datak Tarr quería someter a la versión alienígena del potro de tortura, y también nos hacemos una mejor idea de por qué es así. Por supuesto, sus visiones no se van a quedar como algo anecdótico y, teniendo en cuenta todos los potenciales problemas para la ciudad que se han introducido en estos cinco capítulos, puede darse por casi seguro que van a ganar más protagonismo más adelante. No obstante, por ahora, es su mayor desarrollo como personaje lo que nos interesa. Con la revelación de la semana anterior de que es a la mujer de Datak Tarr a la que hay que vigilar muy de cerca y no a él (algo que se veía venir en cuanto ficharon a Jamie Murray para el papel), "Defiance" va no sólo ampliando su mundo, sino profundizando en él y tejiendo las relaciones que deben elevar el nivel de la serie o dejarla como sólo una de aventuras de ciencia ficción del montón.

Potencial para dar un salto cualitativo hay, y aunque estemos viendo muchas tramas que ya conocemos de otras historias de ciencia ficción y del Oeste, en su ejecución y desarrollo es donde "Defiance" puede demostrar que es algo más que un experimento transmedia utilizado para dar más visibilidad a Syfy, al menos momentáneamente. La gradual profundización en Irisa, las oscuras insinuaciones sobre el pasado de la ciudad que tenemos de vez en cuando, la sensación de que Defiance está a merced de muchos enemigos interesados en arrasarla o someterla pueden contribuir a que el nivel de la serie suba de un aceptable a algo mejor, a ese título de ciencia ficción más serio que hace mucho tiempo que el canal no tiene. Aún no ha llegado ahí, pero puede hacerlo, si nosotros vemos más allá del CGI barato y los maquillajes de los alienígenas.

P.D. podcastero: Esta semana, en "Yo disparé a JR" contamos con la presencia de Montse Cebrián, de ByTheWay, para comentar el final de la séptima temporada de "Doctor Who", pero tenemos más temas, claro.



- 0': Las series que más nos llaman la atención para 2013/14
- 9': "The Goodwin Games"
- 17': "Cómo conocí a vuestra madre" (spoilers de la octava temporada)
- 30': "Arrow" (spoilers de la primera temporada)
- 45': "Doctor Who" (spoilers de la séptima temporada)
- 70': "Scandal" (spoilers de la segunda temporada)

19 mayo 2013

Apuestas, arqueros de cómic y chicas imposibles

No hay que subestimar una serie que sabe lo que es y cuáles son las aspiraciones que puede cumplir. "Arrow" es una de esas series, un título muy consciente de sus limitaciones de presupuesto y artísticas, y que juega con ellas para no tener que renunciar a malos realmente megalómanos, o a peleas con cierto espectáculo, o a entregar un final de temporada muy comiquero en el que no todos los buenos logran lo que pretendían. El camino hasta llegar aquí no ha sido sobresaliente, pero al menos ha sido coherente con lo que nos presentaron en el piloto, que no es algo que puedan decir todas las series. La introducción de ese villano que está relacionado con el pasado familiar de Oliver Queen ha permitido que las acciones del Encapuchado tuvieran otro peso, y aunque ha habido tramos a mitad de la entrega en la que parecía que la trama no avanzaba demasiado, al menos sus últimos capítulos han dado un salto adelante interesante.

La historia que hemos visto en la primera temporada parece cerrada, en su mayor parte, así que será interesante ver el camino que "Arrow" toma en la segunda. Toda la trama de la isla está lejos de estar resuelta, por otro lado, y no sería nada extraño que los hechos del último episodio tengan repercusiones más adelante. Además, también es de esperar que se desarrolle un poco más a personajes como Felicity, la ayudante friki (o la versión CW de lo que es una friki) de Oliver, y que ha resultado una de las revelaciones de la temporada. El suyo es un personaje también muy de cómic de superhéroes, pero aporta cierto toque de ligereza y humor que viene bien en una serie como ésta. "Arrow" no ha sido un exitazo para la cadena, pero sí tiene margen de mejora tanto en el aspecto creativo como entre el público. Y con el estreno de "Agents of S.H.I.E.L.D." en ABC en septiembre, puede venirle bien eso de "yo ya estaba aquí antes".

 Sobre el final de la séptima temporada de "Doctor Who" no vamos a extendernos demasiado porque ya lo he hecho para "¡Vaya Tele!", pero sí es interesante detenernos un poco más en el tono que ha tenido esta segunda parte, ya liberada del peso de tener que despedir a Amy y Rory y, sobre todo, de la extraña fascinación que esos dos ejercían tanto en buena parte del público como en la propia serie. Estos últimos episodios han sido más autoconclusivos, con muchos guiños hacia toda la historia pasada de la serie, y la explicación final de quién es Clara ha sido sencilla y sin buscar los giros y revueltas de la trama que lastraron el final de la sexta temporada, por ejemplo. Con la nueva acompañante, hemos recuperado un poco las aventuras por el mero hecho de que "molan" (como la idea de llevarse a los niños que cuida Clara a ese parque de atracciones planetario que, por supuesto, no es lo que esperan), y no porque haya un sentido último que pretenda darle un nuevo significado a la relación del Doctor con sus acompañantes. A veces, estos capítulos recordaban un poco a la primera temporada, la del Noveno Doctor, en la que la serie se dejaba llevar por el sentido de la maravilla que podía proporcionar una nave capaz de viajar a cualquier lugar del tiempo y del espacio.

Lo siguiente que veremos de "Doctor Who" será el especial por su 50º aniversario, que se emitirá el próximo 23 de noviembre, y para el que "The name of the Doctor" planta ya las primeras semillas. ¿Será el lado oscuro de nuestro protagonista el centro de ese capítulo? No sería la pimera vez y de hecho, en estas ocho temporadas, eso ha dejado alguno de los mejores episodios. Habrá mucha especulación y rumores de aquí al otoño, y probablemente la mitad de lo que leamos estará equivocado. Eso sí, no esperéis que nos digan cuál es su nombre. Ese "Who?" de su título es una pregunta cuya respuesta es más compleja, y se acerca más a quién es de verdad este Señor del Tiempo al que muchos en el universo temen por haber hecho cosas terribles, y al que Martha Jones comparó una vez con el fuego; brillante y atractivo, pero que te quema si te acercas demasiado a él.

El año pasado, el podcast "Del sofá a la cocina" organizó una especie de liga fantástica con todas las series nuevas presentadas durante los upfronts de 2012, en la que los participantes tenían que apostar qué series eran canceladas y cuáles eran renovadas. El augurio del futuro nunca ha sido mi fuerte (última, he quedado), pero eso no va a impedir que participe otra vez este año. En esta entrada se explica la mecánica de particpación. Si vuelvo a ser la última el año que viene, exijo premio, que no es tan fácil como parece. De los proyectos nuevos para la próxima temporada también hablamos en el programa de esta semana de "Adictos al espectáculo", en el que andamos por ahí una servidora, Miriam Lagoa, Mariló García y Alberto Rey.

Música de la semana:  Esta vez, la elección estaba clara, "Simple song", de The Shins, que acompañaba los últimos momentos de la octava temporada de "Cómo conocí a vuestra madre". Y no vamos a decir nada más para que no podáis acusarme de espoilear nada.

17 mayo 2013

Viernes musical (30): De los Tony a la tele

 No es que sea una novedad, pero en los últimos años ha resultado muy curioso encontrar el pasado en los musicales de Broadway de bastantes actores que ahora se han hecho famosos gracias más a sus papeles en diferentes series de televisión. Resulta mucho más divertido cuando esas series son grandes dramas familiares, o policiacos muy intensos, y luego comprobamos que, sobre las tablas, esos actores se dan más  a la comedia, por ejemplo. Así que esta semana variamos un poco el esquema de los viernes musicales con una lista, inspirada por una idea de capricano28, de unos cuantos actores televisivos que son viejos conocidos de los teatros de Nueva York (y algunos, en Los Ángeles). Faltan muchos, por supuesto, y con algunos la calidad de los vídeos no es la mejor, pero así además aprovechamos para animar a más gente a que participe en una porra de los próximos premios Tony, organizada por verleh y pilartaratoruga, antes de que Neil Patrick Harris vuelva a presentar la gala de entrega, el próximo 9 de junio. Por si no controlais mucho el mundillo de Broadway, en YouTube hay muchos breves vídeos de las obras nominadas, como éste de la adaptación musical de "The mistery of Edwin Drood", que Charles Dickens dejó inacabada al morir y que tiene pinta de ser divertida porque, al final., el público elige al asesino.

- Sara Ramírez: "Diva's lament" ("Spamalot")
- Alan Cumming: "Wilkommen" ("Cabaret")
- Michael C. Hall: "All I care about" ("Chicago")
- John Barrowman: "You're the top" ("Anything goes")
- Colin Donnell: "De-lovely" ("Anything goes")
- Christine Baranski: "I'm still here" ("Follies")
- Christian Borle: "Chip on my shoulder" ("Legally blonde")
- Stockard Channing: "Bewitched, bothered and bewildered" ("Pal Joey")
- Kristin Chenoweth: "Popular" ("Wicked")
- Megan Hilty: "Diamonds are a girl's best friend" ("Los caballeros las prefieren rubias")
- Cristin Milioti: "Falling slowly" ("Once")
- Audra McDonald: "Summertime" ("Porgy & Bess")
- Andrew Rannells: "I believe" ("The book of mormon")
- Jesse Tyler Ferguson: "I'm not that smart" ("The 25th Annual Putnam County Spelling Bee")
- Lea Michele: "Mama who bore me" ("Spring awakening")
- Matthew Morrison: "You've got to be carefully taught" ("South Pacific")
- Kelly Bishop: "At the ballet" ("A chorus line")
- Anika Noni Rose: "Another hundred people" ("Company")
- Jane Krakowski: "A bushel and a peck" ("Guys and dolls")
- Sutton Foster: "I know it's today" ("Shrek")
- Mandy Patinkin: "Bali Ha'i" ("South Pacific")
- Michael Cerveris: "Pinball wizard" ("Tommy")
- Nathan Lane: "The king of all Broadway" ("Los productores")
- Neil Patrick Harris: "What you own" ("Rent")
- Victor Garber: "The ballad of Booth" ("Assassins")
- Kristen Bell: "To hear you say my name" ("The adventures of Tom Sawyer")

16 mayo 2013

El asesino de Belfast

¿Cuántos títulos centrados en la persecución de un asesino en serie llevamos esta temporada? Los hemos tenido que tiraban del efectismo y los giros gratuitos de guión ("The Following"), los que apuestan por una atmósfera inquietante de película de terror ("Hannibal") y los que torturan a los espectadores todas las semanas ("Mentes criminales"). Ahora, con un considerable retraso desde que empezó a promocionarse y meses antes de que se estrene la tercera temporada de "The Killing", con su centro en un psicópata, llega a BBC Two "The Fall", una miniserie de cinco episodios en la que los policías de turno deben perseguir a, efectivamente, otro asesino en serie, esta vez en Belfast. Sin embargo, el punto de partida de su primer capítulo es ligeramente diferente a lo habitual porque, desde el principio, sabemos quién es el asesino y lo seguimos en su vida diaria, ya sea en su trabajo o espiando a su próxima víctima. Y la acción no arranca con el hallazgo del primer cadáver, sino que entramos en el caso a la vez que lo hace Stella Gibson, superintendente de Scotland Yard que va a Belfast a realizar una revisión de los primeros 28 días de la investigación.

Su tarea es comprobar que se han seguido todos los pasos adecuados en la búsqueda del asesino de la hija de un importante político norirlandés, y ofrecer posibles pistas de por dónde puede continuar el trabajo de la policía, que se reconoce estancada. No obstante, también desde el principio vemos que Gibson es una mujer un poco peculiar, con una historia pasada con el jefe de los detectives de Belfast que sólo se insinúa, y parece que la serie nos va a mostrar en paralelo sus actividades con la del asesino, para que veamos que, en el fondo, se parecen bastante más de lo que se podría sospechar a simple vista. Es un truco bastante manido, pero que aquí no funciona del todo mal. Es de esperar que, conforme pasen los capítulos y veamos que la caída del título se aplica a los dos personajes, esos paralelismos le concedan más fuerza a la miniserie.

De momento, no han hecho más que presentarnos la situación que Stella Gibson se encuentra a su llegada a Belfast, la fachada cotidiana del asesino y la propia fachada externa, muy compuesta, eficiente y hasta distante, de la superintendente. Ambas fachadas ocultan sus propios demonios y obsesiones, y ya irán agrietándose más adelante. Con lo que sí cuenta "The Fall" es con un reparto interesante que puede elevar la respuesta que tengamos hacia ella. Gillian Anderson y Jamie Dornan dan vida, respectivamente, a la policía y al asesino que debe cazar, y por ahora ella transmite algo más que bajo su exterior hay cierta oscuridad que él. También hemos visto a John Lynch, que ya trabajó con Anderson en "Bleak House", y que es el jefe de la policía de Belfast, y más adelante veremos a Archie Panjabi como la forense. El primer capítulo no busca engancharnos mediante giros de guión o sorpresas, sino que intenta que nos intrigue ese retrato del día a día del cazador y su presa, ya sean el asesino y sus víctimas o la policía con el asesino. Tendremos que esperar al final para comprobar si esta miniserie aporta algo nuevo al género o no.

P.D.: Hay una lectura interesante alrededor de "The Fall" que cuenta The Guardian, y es el modo en el que la programación de la BBC en Irlanda del Norte se vio sujeta a grandes presiones desde todos los lados durante los 70 y los 80,  en las peores épocas de atentados del IRA y acciones represivas del ejército británico. El diario se pregunta si la miniserie podrá retratar, dentro de las constricciones de su género, la sociedad de Belfast en toda su complejidad. Los detalles del coche blindado y las alusiones a "mi dios es mejor que el tuyo" ya apuntan un poco hacia dicha complejidad.

15 mayo 2013

El tren de Farhampton

ALERTA SPOILERS: ¿Habeis visto el final de la octava temporada de "Cómo conocí a vuestra madre"? Si no es así, y no sabéis qué tienen en común la boda de Robin y Barney con "Once", en versión musical de Broadway, es mejor que dejéis esta entrada para cuando lo sepáis.

Hace unos meses, Josh Radnor pasó por España para presentar su segunda película como director, "Amor y letras", excusa perfecta para que el Birraseries tuviera un breve encuentro con él en el que, por supuesto, no pudo librarse de las inevitables preguntas sobre "Cómo conocí a vuestra madre" y, en concreto en qué momento íbamos a conocerla. Radnor, que debe de haber escuchado esa pregunta unos dos billones de veces en los ocho años que la serie lleva en antena, respondió que la comedia no se llamaba "Cuándo conocí a vuestra madre", sino "Cómo", y que eran las vivencias de Ted hasta llegar a ese punto lo que importaban. Es cierto que ocho temporadas son muchas para poder llevar un juego del despiste como el que Craig Thomas y Carter Bays llevan desde el piloto (reconocen que tenían originalmente un plan que llegaba hasta la cuarta temporada, plan que tuvieron que descartar y cambiar), pero resulta muy curioso, desde hace ya bastante tiempo, cómo los espectadores prácticamente sólo le piden una cosa a la serie: que desvele a la Madre, como si fuera el humo negro de "Perdidos".

Pues bien, ya la hemos visto. El último episodio de la octava temporada finaliza con la visión de una chica que no hemos visto hasta ahora, comprando un billete para el tren a Farhampton, y armada con un paraguas amarillo, unas botas como las que Lily había descrito minutos antes y una guitarra. Aún no sabemos cómo se llama ni cómo empezará a salir con Ted, pero la serie ya puede quitarse ese peso de encima. El MacGuffin ya se ha materializado. Es interesante leer el proceso de búsqueda de la actriz, Cristin Milioti (nominada a un Tony el año pasado por "Once", y con una memorable aparición en la quinta entrega de "30 Rock"), y cómo Bays y Thomas buscaban a alguien poco conocido que Ted y la audiencia viera por primera vez, de manera similar a lo que pasaba con Cobie Smulders en el piloto de 'HIMYM'. Al igual que nosotros, Ted no la conoce de antes y tiene que pasar tiempo primero con ella antes de enamorarse y decidir que, esta vez sí, ella es su futura mujer. Pero esta revelación de última hora, en la última escena, no es lo más importante del capítulo, que parece tomar la ruta de "Friends" de enfrentar a todos sus personajes a importantes decisiones precisamente al final de la temporada.

Robin tiene dudas sobre su matrimonio con Barney, Ted quiere irse a Chicago porque cree que no puede soportar verla casada con Barney, y Marshall y Lily están a punto de mudarse un año a Roma cuando a él le ofrecen ser juez. Es todo material clásico de cierre de entrega en una sitcom, y material que parece que llevará su tiempo resolver. Según han contado los responsables de la serie, pretenden que la novena temporada cuente el fin de semana de la boda de Barney y Robin. No sabemos cómo pretenden hacerlo, Pero una cosa sí hay que decir de todo esto, y es que los sentimientos sin resolver entre Robin y Barney sí son un problema mayor que si alguna vez íbamos a conocer a la Madre o no. Es cierto que, en la vida real, es algo que ocurre muy habitualmente, pero para una serie como 'HIMYM' la hace parecer estancada e incapaz de continuar adelante. Es algo con lo que muchos títulos se enfrentan en su octava temporada, el volver a tramas que les funcionaron en el pasado, pero es un recurso que muchas veces no acaba de cuajar.

Revelaciones de identidades aparte, esta entrega de "Cómo conocí a vuestra madre" ha tenido momentos buenos y momentos malos, y ha reservado toda la trama romántica, que antes tenía Ted, para Barney y Robin, que en general han resultado muy entretenidos de ver. La recta final, en su mayor parte, ha tenido más altos que bajos y si te la tomas simplemente como una comedia sobre varios amigos a la que le encanta jugar con los tiempos de la narración, aún puede darte ratos divertidos. Hay curiosidad, por supuesto, por ver cómo van Bays y Thomas a continuar jugando en esa novena temporada en la que Barney y Robin tienen que casarse y Ted tiene que empezar a conocer a la Madre. Y, desde luego, tengo mucha curiosidad por ver si la última escena de la serie involucra a los hijos de Ted sentados todavía en el sofá.

14 mayo 2013

El regreso de la miniserie

"Serie limitida". "Serie evento". Todas esas denominaciones no son más que otras maneras de llamar a una miniserie, una historia que se cuenta a lo largo de unos pocos episodios y que no tiene continuación más allá. Era un género que las televisiones "practicaban" a menudo hasta, más o menos, finales de los 90, que les permitía adaptar best-sellers o probar suerte con tramas muy serializadas que no tenían que mantenerse durante siete temporadas, sino que empezaban, se desarrollaban y terminaban en diez capítulos (o en seis, o en quince). La pujanza de HBO y otros canales por cable, que se animaron inicialmente a las tv movies y las miniseries como paso previo a la producción de sus propias series, fue haciendo que las networks se desinteresaran  de ellas. Además, habían descubierto los realities, que resultaban más baratos de producir y daban, por tanto, mayores dividendos. Pero como el negocio televisivo está cambiando tan rápido, era inevitable que las cadenas estadounidenses acabaran volviendo a las miniseries para intentar programar contenido original durante todo el año y no tener que depender de repeticiones, que cada vez atraen menos a la audiencia.

Los upfronts acaban de empezar, y ya puede decirse que la vuelta de este género es la historia más comentada entre los periodistas, sobre todo por culpa del anuncio de Fox de "resucitar" "24" como una miniserie de doce capítulos. Sus responsables llevan años intentando poner en marcha una película, pero parece que no consiguen plasmar el rasgo más identificativo de la serie (que la acción transcurra en tiempo real, contando todo un día en 24 episodios) en formato cinematográfico, así que han optado por la miniserie. Y no va a ser la única que se vea en el canal durante la próxima temporada, porque también lo hará un thriller de M. Night Shyamalan llamado "Wayward Pines", y que ha debido ser una de las mayores sorpresas de todas las novedades anunciadas en estos días. Fox ha explicado esta decisión como un esfuerzo por tener contenido original todo el año, verano incluido, aunque luego este esfuerzo no termina nunca de materializarse del todo.

Que las cadenas en abierto vuelvan a fijarse en las miniseries es curioso porque hasta el cable había empezado a pasar de ellas. A no ser que estuvieran producidas por Steven Spielberg y Tom Hanks, y trataran sobre la Segunda Guerra Mundial, HBO prefería dedicarse a las tv movies o a participar en proyectos de la BBC, y parecía que sólo Syfy se animaba todavía a hacer alguna de vez en cuando, reimaginando "El mago de Oz", "Alicia en el País de las Maravillas" o, más recientemente, "La isla del tesoro" (aparte de comenzar "Battlestar Galactica" con una miniserie, y de dejar cosas tan entretenidas como "The lost room"). La televisión inglesa sí que continúa produciéndolas, y no sólo de adaptaciones literarias, pero tampoco se libra de que algunas de ellas terminen convirtiéndose en serie si tienen mucho éxito. "Broadchurch" ha sido el último ejemplo. Sin embargo, que cada vez más canales se animen a la ficción de producción propia, como Sundance Channel o los diversos servicios de streaming tipo Netflix, han llevado que las miniseries vuelvan a parecer atractivas.

Como recuerdan algunos críticos estadounidenses, algunas historias se benefician mucho de tener un final ya con fecha prevista en el horizonte, y pueden ser una buena manera de "rellenar" los hiatos de las series sin que los espectadores se vean obligados a huir por la acumulación de reposiciones o realities chuscos. Y, además, los Emmy podrán nominar con mayor coherencia a las candidatas a mejor tv movie o miniserie, sin tener que considerar series canceladas que se convierten en miniserie a la fuerza, por ejemplo. Estas categorías este año van a ser muy interesantes.

13 mayo 2013

Las series no se dirigen solas

El cine es un medio de directores. La televisión es un medio de guionistas. O esa es la preconcepción más extendida. El crítico de televisión de "Vulture", Matt Zoller Seitz, escribía ayer un largo artículo cuya finalidad era, precisamente, rebatir esa afirmación en lo concerniente a las series. Es cierto que el showrunner y creador, en conjunción con el director del piloto, el que marca el estilo visual de la serie, pero eso no quiere decir que los siguientes realizadores no tengan cierto margen para dejar cierta impronta propia, dentro de los límites impuestos por el tono de cada título. Además, no deja de ser curioso como cada vez parfece haber más directores cinematográficos ganándose el pan en la televisión, y ya no hablamos sólo de Juan José Campanella y la coincidencia de que ganara el Oscar a mejor película extranjera por "El secreto de sus ojos" mientras estaba rodando un episodio de "House".

Nombres como Thomas Schlamme y Alex Graves, por ejemplo, son tan responsables de crear el "walk-and-talk" como el propio Aaron Sorkin, y con ver apenas media hora de "Defiance" se nota que Michael Nankin, responsable de varios capítulos, fue uno de los directores de referencia en "Battlestar Galactica" porque traslada allí el mismo estilo de inmediatez y cámara en mano. Seitz nombra varios ejemplos de series en las que su dirección es tan distintiva como sus guiones, series como "Los Soprano", "A dos metros bajo tierra", "Breaking Bad", "Boardwalk Empire" (cuyo piloto estuvo dirigido por Martin Scorsese), "Justified", "Mad Men", "Sons of Anarchy" o las muy recientes "American Horror Story" y "The Americans". Todas ellas han utilizado a veces a cineastas como Rian Johnson (en la tercera), John Dahl (en "Justified") o Michael Lehmann (en "AHS"), por ejemplo, y resulta curioso echarle un vistazo a la página de IMDB de Lesli Linka Glatter, porque su currículum es de lo más variado. Lo mismo dirige un capítulo de "Pretty little liars" que de "The Walking Dead", "Last resort" o "Boss", y suyo fue "Q&A", el capítulo del interrogatorio entre Brody y Carrie de la segunda temporada de "Homeland".

Hasta en series que, a priori, deberían ser más genéricas, como "The Good Wife", han desarrollado un estilo de dirección propio, con esos planos detalle tan simétricos o esos seguimientos tan claros y firmes de los personajes por los pasillos del bufete o del tribunal. En las networks, de hecho, está una de las series que más cuida la dirección y el aspecto visual actualmente, "Hannibal", cuyo director principal es David Slade pero por la que han pasado también James Foley o el director de fotografía Guillermo Navarro, que tiene un Oscar por "El laberinto del fauno". Y qué decir de "Juego de tronos", que empezó muy tímida en este aspecto pero que luego adquirió una identidad visual propia y característica gracias al trabajo de veterano realizadores televisivos como Tim Van Patten, David Nutter o Alan Taylor, para el que la serie fue el trampolín para encargarse de la secuela de "Thor". Por supuesto, no nos olvidamos de que Neil Marshall le sacó todo el jugo posible a "Aguasnegras".

Seitz apunta que, en cuanto al reconocimiento del autor, las series de televisión están en el mismo punto en el que se encontraba el cine a mediados de los 50, cuando los jóvenes críticos de "Cahiers du Cinema" empezaron a aplicar ese término a directores clásicos de Hollywood a los que, hasta el momento, no se les había visto más que como otra parte del engranaje de los estudios, ya fueran Howard Hawks o el mismísimo Alfred Hitchcock. No le falta parte de razón, pero mientras a los guionistas ya se les reconoce esa autoría desde hace tiempo, ahora está empezando a reconocerse el trabajo de los directores también. Hasta las series más "convencvionales" están pensadas en ese aspecto, y si no, no hay más que acordarse de "CSI: Miami" y su saturada fotografía, que lograba transmitirte el calor tropical de esa ciudad.

P.D. podcastero:  En "Yo disparé a JR" entramos en la semana de los upfronts, de las presentaciones de la nueva programación de las cadenas estadounidenses para la próxima temporada. Eso implica que es también el momento en el que se anuncian renovaciones y cancelaciones, cuyo comentario se come la mitad de un programa que toca estos otros asuntos:



- 0’: Renovaciones y cancelaciones cadena a cadena
- 50’: La cuarta temporada de "Glee"
- 67’: La primera temporada de "The Carrie Diaries"

- 80’: "Mad Men" (spoilers hasta el 6x07)

12 mayo 2013

El día de las series de prestigio

¿En qué momento decidieron todas las cadenas que el domingo era el mejor día para emitirlo absolutamente todo? Ya sabemos que la noche más preciada en Estados Unidos es la del jueves porque es cuando los estudios de cine anuncian sus estrenos para el fin de semana, y se considera que es la última noche en la que los jóvenes están viendo la tele y no por ahí de fiesta, pero desde hace unos años, parece que el domingo se reserva para los títulos de calidad, o los que puede ver toda la familia junta antes de que llegue el lunes y cada uno vuelva a sus horarios habituales. No sé si gue HBO la que convirtió el día del Señor en el día en el que se emiten las series de calidad o, al menos, las que más prestigio o mejor imagen dan a sus canales, pero lo cierto es que lo parece. De hecho, en 1998 lanzó un eslogan que buscaba identificar esa noche de la semana con el canal, "Sunday is HBO", aprovechando que, en las networks, el domingo lo que más suele verse es el fútbol americano.

No es que los canales en abierto no programaran nada interesante ese día ("Expediente X" se consolidó como fenómeno esa noche, después de abrirse camino en la del viernes), pero probablemente HBO decidió situar sus series ahí  (que al principio no eran tantas) porque tenía menos competencia, aunque "The Larry Sanders Show" se emitió primero los sábados y, después, los miércoles. Y a partir de ellos, el resto de canales de cable que se lanzaban a la arena de la ficción de producción propia han terminado programando esa noche sus series más importantes, menos FX, que las reparte por toda la semana (aunque creo recordar que sí emitían "Damages" en domingo). Sin embargo, AMC terminó programando el domingo "Mad Men" (que se estrenó originalmente el jueves, creo), y Showtime ha situado ahí también "Dexter" o "Shameless" (no sus dramedias femeninas, esas se han visto otras noches). Probablemente, al haber en teoría menos series programadas el sábado y el domingo, que se vieran allí las series del cable les daba una mayor visibilidad, pero hemos llegado a un punto en el que el último día de la semana está casi tan saturado como si fuera un jueves.

En otoño, por ejemplo, puedes juntarte con "The good wife", "Boardwalk Empire", "The Walking Dead", "Revenge", "Downton Abbey" y alguna otra que me dejo por el camino, y varias de ellas son competencia directa en horarios. Ahora mismo, "Mad Men", "Juego de tronos", "Los Borgia", "Continuum" en Canadá, "Nurse Jackie", "Veep", "Once upon a time" y las series animadas de Fox se emiten todas la misma noche (unas cuantas a horas distintas), y en el caso de las de cable, da la sensación de que se ven en domingo porque la noche tiene cierta connotación de ser el hogar de los títulos adultos de calidad. Lo que hay al final es saturación de series compitiendo por atraer la atención de los espectadores. El domingo se puede sobrevivir con una audiencia algo más baja que otros días (aunque el "suelo" sigue estando en el viernes), pero tanta competencia por colocar ahí a los títulos preferidos de los votantes de los Emmy no hace más que darnos sensación de que, la mitad de las veces, utilizas la semana para ponerte al día sólo con las series  emitidas esa noche.

Música de la semana: Después de que The National se encargara de poner música a "The rains of Castamere" en la segunda temporada de "Juego de tronos", fueron The Hold Steady los que hicieron lo propio con la otra canción más popular de la saga, "The bear and the maiden fair".

11 mayo 2013

Crónicas de cancelaciones anunciadas

Estos últimos dos días han hecho que las parrillas de las cadenas estadounidenses parezcan la entrada del grupo de Rick en la cárcel al principio de la tercera temporada de "The Walking Dead". Casi todas las series que estaban en la burbuja han recibido el hachazo de la cancelación, y los canales parece que han decidido encomendarse a sus nuevos proyectos antes que seguir arrastrando otros que perdieron en invierno la poca tracción que habían ganado en otoño, por ejemplo, que es lo que les ha pasado en NBC a "Go on" y "The new normal". De hecho, la midseason en esa cadena ha sido tal desastre, que su parrilla casi podía declararse zona catastrófica, con sólo el clavo ardiendo de "The Voice" al que agarrarse. No obstante, la cadena tiene tres pequeñas sorpresas que le han funcionado, seguramente, mejor de lo que esperaba con "Parenthood", "Grimm" y "Chicago Fire" (que hasta va a tener un spin off), pero el fracaso de "Smash" va a perseguir a Bob Greenblatt, su presidente de entretenimiento, durante estos próximos meses. Pero como de esa serie ya hablaremos cuando termine, mejor lo dejamos en que ha debido ser la cancelación menos sorprendente de todas.

Ni siquiera ABC ha tenido compasión de series como "Happy endings", que era un poco su "Community" particular, pero si ésta va a tener una quinta temporada en NBC, la otra tendrá que conformarse con intentar buscar un nuevo hogar en el cable básico (se rumoreaba que USA, aunque no es fácil). Lo de "Community", de todos modos, lleva a preguntarse si habría sido posible si Dan Harmon aún siguiera al frente de las operaciones. Cuando fue despedido el año pasado, se decía que era algo que Sony y NBC habían acordado para poder llevar la comedia más cerca de la sindicación, en plan "queremos continuar con la serie, pero no queremos seguir tratando con Harmon", y por ahora la estrategia marcha, aunque sus audiencias sigan siendo igual de mediocres y muchos fans se hayan pasado toda la temporada quejándose de que esto ya no es, lógicamente, lo mismo.

La cadena más interesante cuando llega esta época es CBS. Prácticamente toda su parrilla funciona, y llegado el momento de soltar lastre, además de los fracasos evidentes se opta también por algún título que, aunque no esté funcionando del todo mal, ya es demasiado "viejo" y caro para seguir siendo rentable. Este año, esa serie ha sido "CSI: NY", que llevaba dos temporadas salvándose in extremis de la guillotina (pero si en 2012 cayó "CSI: Miami", ésta tenía ya las horas contadas). Su muerte no sorprende; abandonada un poco a su suerte en los viernes, donde sólo aguanta una "Blue bloods" que se ha emitido ahí desde su debut, era inevitable que fuera desgastándose poco a poco. Lo que sorprende es que Mac y su equipo hayan sobrevivido más que Horatio Caine, que era más insoportable pero que tenía una personalidad propia, y diferente de "CSI", mucho más marcada.

Y en cuanto a sorpresas, la renovación de "The Carrie Diaries" bien pùede haber sido una de las más destacadas de estos días. Por sus cifras de audiencia no parecía que fuera a sobrevivir, y más teniendo en cuenta que The CW parece estar virando hacia el género de la ciencia ficción juvenil con sus nuevas series para la próxima temporada, pero si renovaron "Beauty and the Beast", también con audiencias risibles, tenían que darle una segunda oportunidad a esta serie. Y eso que el buzz que pudo tener cuando se estrenó en enero, por eso de ser la precuela de "Sexo en Nueva York", se diluyó con bastante rapidez. De todos modos, la duda en esta cadena es si funcionará "The Originals", el spin off de "The Vampire Diaries".

10 mayo 2013

Los colores de "Dick Tracy"



A veces, se da una conjunción de casualidades que te lleva a recordar, por ejemplo, películas que a principios de los 90 lo fueron todo y que, ahora, parecen haber caído un poco en el olvido. Todavía recuerdo cuando ponían por televisión cada dos por tres "Desafío total" (la de Arnold Schwarzenegger") o "Dick Tracy", que llegaba a los cines en 1990 aprovechando el enorme éxito que el "Batman" de Tim Burton había tenido el año anterior. Aquel verano fue uno de los taquillazos del año, pero lo que al final la ha traído de vuelta ha sido una mezcla entre esta entrada de "Blog de cine" y esa inexplicable afición mía por "Smash" y, especialmente, las canciones escritas por Marc Shaiman y Scott Wittman. La culpa de todo la tuvo Bernadette Peters, que en "Smash" es la madre de Ivy Lynn y que, hace ya veinte años, dio un concierto en Londres sobre el repertorio de Stephen Sondheim, toda una leyenda viva del teatro musical, en el que cantó "Sooner or later". Esa canción era una de las cinco que Sondheim escribió para "Dick Tracy", y es también su único Oscar en esa categoría (sólo por curiosidad, sus competidores eran Bon Jovi por "Blaze of glory", de "Intrépidos forajidos", Shel Silverstein por "I'm checking out", que Meryl Streep cantaba en "Postales desde el filo", Carmine Coppola y John Bettis por "Promise me you'll remember", de "El padrino III", y "Somewhere in my memory", la canción que John Williams y Leslie Bricusse compusieron para "Solo en casa").

"Dick Tracy", que adaptaba un cómic de los años 30, era un proyecto personal de Warren Beatty, su director y protagonista, que llevaba intentando rodarlo desde mediados de los 70. Beatty, que creo que Terenci Moix decía que "yo" era el tema de todas sus películas, se ponía tras las cámaras sólo por tercera vez, y nueve años después de "Rojos", tiró la casa por la ventana para llevar al detective del abrigo y el sombrero amarillos a la gran pantalla. Contrató a Al Pacino, William Forsythe, Mandy Patinkin o James Caan para dar vida a los gangsters, y luego los dejó irreconocibles debajo de un maquillaje que acercaba su apareciencia a los dibujos del cómic (y que ganó también un Oscar), y que permitió a Pacino dar rienda suelta a todo el histrionismo del que es capaz, que es mucho. Encomendó a Vittorio Storaro una fotografía que jugaba con las luces de las viñetas y con los colores básicos utilizados en ellas, contrató a Sondheim para las canciones y a Danny Elfman para la banda sonora y, de remate, "enchufó" a su novia de entonces, Madonna, para que interpretara a la femme fatalle de la cinta, una cantante con el genial nombre de Breathless Mahoney.

Justo es en la parte técnica y visual donde "Dick Tracy" destaca con fuerza. Traslada la sensación y el aspecto de los cómics a la pantalla sin dejar de ser cine, y los juegos de luces están realmente muy logrados. Las críticas de la época fueron menos benévolas con el guión y las interpretaciones (Beatty quizás está demasiado acartonado), pero eso no impidió que la película se llevara unas cuantas nominaciones al Oscar (Pacino incluido) y tres premios (dirección artística, maquillaje y canción). Visualmente, es realmente muy interesante, y lo mismo musicalmente. La banda sonora de Elfman sigue un poco la línea de la que compuso para "Batman", y las canciones de Sondheim están, en su mayoría, a la altura de lo que se espera de él. Madona sacó un disco, "I'm breathless", e hizo una gira que sirvió para apoyar al mismo tiempo el estreno de la cinta, y en ese disco mezclaba las canciones de "Dick Tracy" con otras como "Hanky Panky" y, curiosamente, "Vogue". Aún más curioso es el dueto que se marcaba en la película con Patinkin, que ya sabemos que es todo un veterano de Broadway.

09 mayo 2013

Cuando el sexo no es especial

 
Hasta no hace tanto tiempo, toda serie familiar o de instituto que se preciara tenía que incluir un capítulo en el que su protagonista (si era chica, sobre todo) se planteaba dar el gran paso de acostarse finalmente con su novio, o planeaba perder la virginidad en el baile del promoción. Sus padres se enteraban y, de resultas, tenían La Conversación, la famosa charla sobre sexo que toda serie de este estiño debe incluir, a ser posible en un episodio especial que signifique el cambio de bastantes cosas para las tramas (no vamos a decir que sea un game-changer, pero algo así). Los títulos de los 80 y los 90 (y de principios de los 2000) casi anunciaban esos capítulos con luces de neón, en plan "El episodio de La Charla sobre el sexo", con lo que llegó un punto en el que esa trama se convirtió en el mayor cliché de las series con adolescentes.

Sin embargo, los cambios en el modo de presentar algunos temas en televisión también han terminado alcanzando al sexo, y no sólo por cosas como "Skins" y su tratamiento más bien descarnado del tema. Series familiares y blancas, o aparentemente blancas, han variado el punto de vista desde el que se abordaba el asunto y, ahora, ya no es algo que merezca un capítulo especial (tipo el dedicado a Madonna en la primera temporada de "Glee"), sino algo perfectamente natural que se trata como algo normal y lógico. Las Conversaciones han variado del "cuidado con querer hacerlo, espera a alguien especial" a "ya que lo haces, toma precauciones". Todavía quedan charlas de ese estilo en las series, claro, pero su tratamiento también es diferente, como bien demostraron Tami y Julie Taylor en "Friday Night Lights".

Dos de los mejores ejemplos de esta nueva manera de mostrar el sexo en series con adolescentes son "Bunheads" y "Awkward". La primera lo ejemplificó en su penúltimo capítulo, "It's not a mint", en el que Michelle encuentra un condón en el vestuario de la academia de baile. Esto, en otra serie, habría dado para un episodio que girara enteramente alrededor de la duda de quién podía ser su propietaria y el enfado de Michelle porque alguna de ellas estuviera pensando en perder la virginidad, pero en realidad, lo que acabamos viendo son las dudas de Sasha sobre si debe hacerlo o no, dudas que afronta con la decisión de leerse todos los libros que pueda sobre el tema y, así, tomar una decisión informada, lo que acaba confundiendo todavía más a las chicas. La puntilla la da Boo al reconocer que lo primero que hizo su madre al saber que tenía novio fue darle condones y pedirle que tuviera cuidado si no quería acabar como ella, con un montón de niños pequeños que la llevan por la calle de la amargura. La culminación de todo esto sería esa escena final entre Ginny y Michelle en el último capítulo (después de una descacharrante charla de Fanny sobre plátanos).

En cuanto a "Awkward", ya empieza con Jenna habiéndose acostado con Matty en el campamento de verano, por lo que todo el tema del sexo para la serie es bastante más casual. Está pasando, y no hay que darle más vueltas. Lo que sí es simpático es ver la reacción de los padres de Jenna al enterarse, sobre todo teniendo en cuenta que su madre la tuvo cuando tenía 16 años. Más que echarle la bronca y amenazar casi con desheredarla, pasada la sorpresa inicial de todo padre, optan también por la política de hechos consumados, como quien dice; ya que practicas sexo, hazlo seguro. Que la moralina ya no sea lo predominante en estas series al tratar este tema es todo un logro. Incluso otra con un tratamiento de este asunto un poco más convencional, como "The Carrie Diaries", tampoco lo ha dado una importancia excesiva, o no más de la cuenta en una serie que no deja de ser una precuela de "Sexo en Nueva York".

08 mayo 2013

El riesgo de convertirse en la NBC

El lunes empiezan los upfronts, las presentaciones que las cadenas estadounidenses hacen de sus nuevas programaciones para la próxima temporada, con la esperanza de "cazar" a todos los anunciantes que puedan, así que es normal que en bastantes sitios estén empezando a hacerse previas de los pilotos con mejor pinta o de la situación en la que cada network llega a esa semana. Vulture está analizando a cada una de las cadenas en abierto y sus previsiones de futuro a corto plazo, y resulta curioso cómo la NBC parece haberse convertido en la moraleja, el cautionary tale de lo que los canales no deben hacer si quieren seguir contando algo en un panorama televisivo muy fragmentado, y en el que sólo CBS parece anclada, en cuanto a audiencias, en 2005. La cadena del pavo ha salvado el año porque el fútbol americano de los domingos y "The Voice" les ha permitido subir a la tercera posición en la demográfica por debajo de los 50 años, pero incluso lo que parecían éxitos en otoño, como "Revolution" o "The new normal", se han quedado en algo más mediocre al llegar a primavera. Las únicas sorpresas son "Grimm" y "Parenthood", que sin ser nada del otro mundo en cuanto a ratings, sí son consistentes y mantienen un nivel decente, al menos.

La web de la revista "New York" identifica a ABC como la que está en mayor riesgo de convertirse en la nueva NBC, especialmente por haber sido superada por ella en la demo, pero también recuerda que la NFL "adultera" un poco los datos. La cadena de Disney puede presumir de tener a la revelación de la temporada, "Scandal", y de tener dos de los realities que menos desgaste de audiencia han sufrido esta temporada, "The bachelor" y "Shark Tank" (éste, hasta ha subido), pero el desplome de "Dancing with the stars" y su incapacidad de estrenar ningún éxito son puntos en contra. Entre sus series nueva sólo parece que va a salvarse "Nashville" y, en cuanto a audiencia, debe andar en unos niveles equiparables a los de la primera temporada de "Smash". ABC ya se salvó de una situación parecida a la actual de NBC en 2004, cuando "Perdidos" y "Mujeres desesperadas" se convirtieron, probablemente, en los últimos grandes fenómenos de audiencia lanzados por las networks, pero una década casi son millones de años en el negocio televisivo. Los 20 millones de espectadores de la primera temporada de "Perdidos" casi son una quimera para nada que no sea "The Walking Dead" o una miniserie histórica de History (que, aún así, se quedan en catorce).

Lógicamente, hay curiosidad por ver qué pasa con la serie sobre S.H.I.E.L.D. (como quiera que vaya a llamarse ahora), y si los taquillazos de las películas de los Vengadores, juntos y por separado, se trasladan a la pequeña pantalla, pero quizás la cadena en una situación más interesante ahora mismo es Fox, cuyo gran éxito de la última década, "American Idol", empieza finalmente a mostrar unas grandes grietas en su armadura. El plan de utilizar "The X Factor" como posible sustituto no va a ser factible porque ese programa se ha visto ensombrecido constantemente por "The Voice", y no parece que "picar" a Mariah Carey y Nicki Minaj para que estén peleándose todo el día haya tenido ningún beneficio para "Idol". Sus series nuevas tampoco han sido especialmente destacables, con la única excepción de una "The Following" de la que veremos el año que viene si su audiencia era de hate-watchers que sólo tenían paciencia para su primera temporada. La pujanza del cable básico ha trastocado el panorama de las networks quizá hasta más que Netflix, Amazon y sus series en streaming (que inicialmente hacen más pupa al cable premium, tipo HBO y Showtime), y esa revolución en el modelo de negocio que se lleva anunciando ya varios años parece que, ahora sí, va a empezar a verse con todas sus ventajas y problemáticas.

07 mayo 2013

Dos maneras de viajar en el tiempo

 
Ocho minutos al pasado dentro de un mismo evento. Eso es todo lo que puede viajar en el tiempo el personaje de Jake Gyllenhaal en "Código fuente", la segunda película como director de Duncan Jones, hijo de David Bowie y que sorprendió con aquella cinta de ciencia ficción muy setentera llamada "Moon". Su segunda obra, estrenada en 2011, pasó en España bastante desapercibida y, aunque sus últimos cinco minutos (que son algo así como un segundo final añadido) estropean buena parte de lo que se ha logrado antes, merecía mejor suerte. Es una historia con evidentes aspiraciones palomiteras en las que el viaje "al pasado" (que no es tal) del personaje de Gyllenhaal tiene un objetivo muy concreto, que es averiguar todo lo que pueda sobre una bomba en un tren de cercanías de Chicago. También tiene un tiempo ya establecido para lograrlo y otra serie de condicionantes que, por supuesto, no vamos a desvelar porque son parte de los giros de la película.

Pero ésta no es complicada ni es un puzzle dentro de otro a lo "Origen". Es una historia que hasta sus últimos minutos, como decimos, mantiene siempre una lógica y una coherencia que ayudan a seguirla sin mayores problemas, y avanza siempre con ritmo, logrando crear sus momentos de tensión y hasta construyendo un personaje (que tampoco vamos a desvelar, por si acaso) que se enfrenta a un interesante dilema ético. Es entretenida y una historia de ciencia ficción original e interesante (y con aparición de Vera Farmiga, que tiene ahora muchos fans gracias a "Bates Motel"), por lo menos hasta su epílogo, que es una concesión a su lado más comercial que no hacía falta.

En la serie canadiense "Continuum", sin embargo, sí que hacen un viaje al pasado en toda regla, desde 2077 hasta 2012, y en su segunda temporada es posible que aprendamos algo más del verdadero plan detrás de ese viaje (desde este momento va a haber SPOILERS de los tres capítulos emitidos hasta ahora, por si acaso).

Por ahora, la caza de los terroristas de Liber8 se está llevando casi todo el foco de atención (más después de que veamos cómo se dividen tras la muerte de Kagame), pero está empezando a ganar más importancia aquella revelación que nos hicieron al final de la primera temporada de que hay más viajeros de 2077 pululando por 2012. El misterioso vagabundo que habla con Kiera está adoptando más relevancia (¿Por qué "alucina" Alec con él? ¿Qué relación tiene con su familia?), y ahora que sabemos que el Sadler del futuro pretende realmente cambiar la historia, ¿qué papel juega la agente Cameron en esto? Ella no quiere cambiar el futuro porque no sabe si, entonces, cuando logre regresar a 2077 estarán allí todavía su marido y su hijo, pero hace tiempo que yo sospecho que su marido está implicado en la conspiración de Sadler, y que el punto de vista de Kiera terminará cambiando. Parecía que iba a pasar al final de la anterior entrega, pero de momento ella está más centrada que nunca en perseguir a los pocos miembros de Liber8 que quedan.

Esa no es la trama más interesante de la serie, aunque sea la que explicita más la idea política y social de base, y no lo es porque el detective Fonegra y el resto de los policías de Vancouver siguen siendo demasiado convencionales. Ni tener a Nicholas "Krycek" Lea intentando desenmascarar a Kiera les ha dado más interés. Sin embargo, el acercamiento entre Alec y Kellogg y la relación entre el joven genio y la propia Kiera sí son más entretenidos y tienen más potencial para evitar que "Continuum" caiga en el "mal del segundo disco". Las razones detrás del viaje en el tiempo son las que distinguen a la serie de cualquier otro título de policías, aunque también es curioso ver cómo algunas cosas del futuro empiezan a abrirse paso en el presente, como esa droga que parecía sacada de "Días extraños". Esta segunda entrega va a tener trece capítulos (tres más que la primera) y está todavía muy al principio, así que veremos por dónde termina moviéndose la historia.