30 septiembre 2009

Formulación magistral

Procedimental. A veces usamos esa palabra como si fuera el peor agravio que se le puede hacer a una serie. Es cierto que, desde que "CSI" revolucionó el género introduciendo el elemento novedoso del seguimiento del procesado de las pruebas recogidas en la escena del crimen, han proliferado como setas todo tipo de supuestos herederos que pierden de vista que un procedimental no es sólo un caso aparente, rodado con una fotografía saturada de color, que se resuelva en un único episodio para facilitar que muchos millones de espectadores puedan seguirte con más o menos regularidad, seguros de que, si se pierden un capítulo, no van a sentirse totalmente confusos cuando sintonicen de nuevo la serie a la semana siguiente.

Con esos mimbres (y un reparto que no sea más que parte del mobiliario) no sólo se hace un procedimental mediocre, es que se hace una serie mediocre. No por ser procedimental se es una serie de menor calidad. De hecho, toda serie lleva implícita su propia fórmula, incluso las más serializadas. A algunas se les nota más que a otras. En "The Wire" puede ser contar en paralelo las historias de dos personajes; en "Los Simpson", iniciar el capítulo con una trama que, al cabo de cinco minutos, da paso a otra que es la verdadera historia que se quiere contar; en "El prisionero" son los diferentes intentos de escapar de Número 6, o los planes de Número 2 para romper su silencio sobre las razones detrás de su dimisión. Lógicamente, es en las policíacas donde la fórmula es más evidente, porque empiezan con un crimen que los protagonistas deben resolver (o si son abogados, un juicio que deben ganar).

Estamos de acuerdo en que, en el fondo, el esquema básico de las series de policías es el mismo para todas. A no ser que sean "Canción triste de Hill Street", "Policías de Nueva York" o "Southland", el objetivo en todas es averiguar quién es el muerto del principio y quién, y por qué, lo mató. Pero las diferencias entre ellas radican justo en lo mismo que separa un drama familiar de otro, o una sitcom de otra: sus personajes. Preguntad a los fans de "NCIS" (aunque a mí no me guste), de "Ley y orden: UVE", de "Bones" o de "House" por qué siguen esas series claramente procedimentales y, en lo formal, esclavas de una fórmula, y todos os responderán lo mismo: por sus personajes. Unos personajes creíbles (y unos actores bien elegidos y con buena química entre ellos) son más que suficientes para hacer que una serie del montón pase a ser algo más interesante.

De hecho, lo procedimental a veces disfraza otras cosas que, en realidad, son lo importante de la serie, lo principal que nos quiere contar. "Medium" es un drama familiar; "Bones", una comedia; "House" usaba los casos médicos, sobre todo al principio, para enzarzar a sus personajes en unas discusiones éticas a veces muy sorprendentes para una serie de prime time en abierto; algunas series de abogados acaban siendo reflexiones sobre el funcionamiento del sistema legal, y un policial tan ortodoxo en la forma como "Principal sospechoso" ofrece una radiografía de la sociedad británica. Lo procedimental no es un insulto, a no ser que esté mal hecho.

29 septiembre 2009

El saber (curioso) no ocupa lugar

Una de las características que distinguen a los telefrikis en modo avanzado del resto (y que quizás hacen que debieran vigilar su salud mental) es la capacidad de leer y ver todo lo que se publica por ahí sobre sus series favoritas. Sólo así se puede acumular una amplitud de conocimientos que, en realidad, no valen para nada, más que para estas rondas de curiosidades.

1.- Muchas veces, los guionistas aprovechan los muchos talentos que tienen algunos de los actores de sus series y los adaptan al personaje en cuestión. De todos es conocido que, cada vez que House toca el piano o la guitarra, es el propio Hugh Laurie el que lo hace. También es divertido que se saque partido de las herencias familiares de esos actores. A Sarah Shahi, por ejemplo, la hicieron hablar farsi en un par de episodios de "Life", aprovechando que ella lo habla gracias a su familia, iraní. Pero lo de Laurie es más divertido de ver en directo, sobre todo cuando es un sketch de "A bit of Fry and Laurie" con una canción titulada "I'm in love with Steffi Graff".



2.- Me he quedado muy sorprendida cuando he visto que Stana Katic ("Castle") habla francés, italiano, casi todos los idiomas de las antigua Yugoslavia y, encima, canta (según Imdb, es alto-mezzosoprano. Ahí es nada). Sin embargo, la alusión más divertida de esa serie creo que va a llegar, si se confirma, en su capítulo de Halloween, cuando parece que Richard Castle se disfrazará, ni más ni menos, de un browncoat de "Firefly", muy parecido en el vestuario a Malcolm Reynolds. Esto promete más que el episodio de Halloween de "Bones" de la tercera temporada. Blast from the past, Nathan!

3.- No sabemos cómo evolucionará "FlashForward", pero mi lado telefriki se pasó un buen rato, después de ver el piloto, no pensando en las visiones o en el giro del final del capítulo, sino en los nombres que aparecieron por ahí. "D. Gibbons", que Joseph Fiennes tiene en el corcho de su despacho, hace referencia casi seguro a Dave Gibbons, dibujante de "Watchmen" y "V de Vendetta". Tienen un personaje que se llama Al Gough, como uno de los productores ejecutivos de "Smallville" durante ocho temporadas, y la agente de Scotland Yard con la que hablan por teléfono (además de ser Alex Kingston, alias la doctora Corday de "Urgencias" y River Song en "Doctor Who") comparte el apellido con Iain M. Banks, autor británico de ciencia ficción. También hay otro personaje apellidado Kirby (como el dibujante de "Superman" "Los Cuatro Fantásticos") y uno, Wedeck, como un medievalista estadounidense que estudió, sobre todo, el ocultismo y la brujería.

4.- De casualidad, el otro día descubrí que, en aquel estupendo final de la segunda temporada de "Verónica Mars", había un personaje que se llamaba Hart Hanson, igual que el creador de "Bones". De hecho, es uno de los amigos de Cassidy Casablancas. Hanson fue uno de los guionistas de la primera versión de "Cupid", creada por Rob Thomas, junto con el creador de la extinta "Kings", Michael Green.

5.- Aún no he comentado nada de "House" y su estreno de sexta temporada con evidentes alusiones a "Alguien voló sobre el nido del cuco". Y tampoco lo he hecho sobre cierto spoiler (no sigáis leyendo) de la marcha de un personaje regular para los sweeps de noviembre. Creo que no se iría, sino que pasaría a ser recurrente, pero ya lo lleva siendo desde la cuarta temporada. Si se cumple este spoiler, lo raro es que hayan esperado tanto para que esto pase.

28 septiembre 2009

Caníbales (II)

Cuando The CW canceló "Verónica Mars", una de las razones que buscábamos los fans detrás de una tercera temporada por debajo de lo esperado era que Verónica era demasiado grande para el resto de la serie. Ninguna trama estaba a su altura y, aunque Kristen Bell es otra 27% de las de no perderle la pista, se dio un caso de "canibalismo" de una serie por parte de su personaje central prácticamente de libro. Esto no quiere decir que dicho personaje deje de merecer un huequecito en nuestros corazones teléfilos, sino que es tan awesome, como diría Barney, que los guionistas no saben cómo rodearlo de secundarios y tramas a su altura, y el conjunto se resiente a la fuerza.

Ahora mismo, el mayor "caníbal" del prime time estadounidense yo diría que es Nathan Fillion encarnando a Richard Castle. Con una primera temporada tan corta, no les ha dado tiempo a que el resto de "Castle" se ponga a su altura ("Life" sufrió este mismo problema al principio, y no empezó a corregirse hasta el octavo capítulo, o así), y mientras él se dedica a derrochar encanto por las esquinas, a fotografiarse con modelos explosivas en la comisaría, a infiltrarse en partidas de póker clandestinas con mafiosos rusos, a dar su opinión sobre la moda de remakes de Hollywood y a lanzar réplicas ingeniosas sólo porque puede, los demás detectives siguen tan planos como al principio (aunque, gracias a Dios, Beckett ya va vestida como una persona normal, y no como una supermodelo infiltrada en la policía, incluso a pesar de inventarse de la nada un vestido sexy con una rebeca). El estreno de la segunda temporada se ve menos forzado y un poco más natural, pero Castle sigue siendo mucho Castle para el resto (excepto para su madre y su hija). Por supuesto, por ver a Nathan Fillion en acción merece la pena ver la serie, porque él siempre es muy divertido (el perfil de Twitter del personaje, @WriteRCastle, también es un punto. No, no lo escribe Fillion, él ya tiene el suyo).

Este mismo problema se ha ido difuminando, no sin esfuerzo, en "In plain sight", en la que llegó un punto que todo se quedaba pequeño al lado de Mary, Marshall y sus discusiones bizantinas. "El mentalista" camina también por una línea muy, muy fina, sobre todo cuando la segunda temporada ha empezado dejando que el lado oscuro de Patrick Jane aflore más de la cuenta. Nos permite ver las grietas en su fachada de optimismo, unas grietas que muestran un interior peligroso sobre todo para sí mismo. Es muy interesante para el desarrollo de Jane como personaje, pero acarrea el riesgo de empequeñecer todo lo demás. Por lo menos, parece que va a tener un "enemigo" a su altura (que no es Red John, tranquilidad, que eso va para largo). El canibalismo es, de hecho, un peligro coyuntural a los procedimentales, que tienen en sus personajes centrales la manera más sencilla de diferenciarse de los demás. Las excentricidades del detective interpretado por Vincent D'Onofrio eran lo que daba su personalidad a "Ley y orden: Acción criminal", y yo no puedo soportarlo, pero Horatio es "CSI: Miami". ¿O no?

P.D.: Ya que hablábamos de "Castle", sus partidas de póker con otros novelistas policíacos famosos han vuelto, pero han sustituido a James Patterson por Michael Connelly. Stephen J. Cannell sigue ahí, pero digo yo que estaría bien introducir una voz femenina, ¿no? Desde aquí lanzo una campaña para que tengamos crossover fugaz con "Bones" y Brennan participe en una de esas partidas. Al fin y al cabo, le han regalado un Rolex por las ventas de su último libro.

27 septiembre 2009

La batalla del jueves

El jueves es el día más importante en la televisión estadounidense. Es la noche en la que se anuncian las películas que van a estrenarse al día siguiente y la última de las noches de la semana con grandes audiencias, porque el viernes empieza el fin de semana y se da por sentado que hay menos gente viendo la tele (esta semana, entre "Entre fantasmas" y "Medium" le dieron la noche del viernes a la CBS sin llegar a los 9 millones de espectadores, que es lo que hace el programa en tercer lugar cualquier otro día de la semana). Los anunciantes se dejan sus buenos millones en los programas del jueves, que se enfrentan a una dura competencia pero, al mismo tiempo, reciben un importante espaldarazo promocional por emitirse ese día. Desde hace tres temporadas, además, el jueves es el día en el que "Anatomía de Grey" y "CSI" dirimen el liderazgo entre lo que en ese momento se veía como la pujante y joven ABC y la más mayor y predecible CBS. Luego se ha visto que "CSI", aunque sufre el desgaste lógico de 10 años en antena, sabe reciclarse mejor en su fórmula que la serie de Shonda Rhimes en su sexta temporada.

De todo esto, hace tiempo que la NBC se quedó excluida. Los jueves es su noche de las comedias ("Comedy Night Done Right", la llaman ellos), y nadie olvida que, durante muchas temporadas (desde 1982, de hecho), recibía el apodo de "Must See TV" (aquí tenéis un recorrido histórico de todo lo que había ese día en la parrilla de la NBC). Ese día triunfaron, y dieron prestigio a la cadena del pavo, entre otras, nada menos que "Canción triste de Hill Street", "El show de Bill Cosby", "Cheers", "La ley de Los Ángeles", "Juzgado de guardia", "Loco por tí" y, durante buena parte de los 90, la mera mención del quinteto "Friends", "Will y Grace" "Frasier", "Seinfeld" y "Urgencias" inspiraba terror entre sus competidores, porque era imbatible. Pero ya sabemos del declive del canal tras el final de todas esas series y de su decisión de eliminar, en lo que a series se refiere, el mítico horario de las 10 de la noche. La guerra, ahora, está entre ABC y CBS, y luego tenemos a Fox y The CW que intentan arañar por ahí las migajas que puedan.

La lucha esta temporada promete ser muy interesante, casi tanto como el drama de los viernes. En la primera semana oficial de la temporada de otoño, la ABC aprovechó el estreno de la muy publicitada "FlashForward" a las 8 para vencer a un veterano reality de la CBS que dominaba ese horario sin apenas despeinarse, "Survivor: Samoa" (12,4 milones frente a 11,8). Lógicamente, la prueba de fuego vendrá con los dos siguientes episodios, y más porque la tercera en discordia, aunque a bastante distancia (8,8 millones), es "Bones", el experimento de Fox que les ha salido realmente bien. De hecho, cuando dejan a los cerebritos del Jeffersonian durante cierto tiempo en el mismo horario van ganando audiencia, así que no hay que subestimarlos. Y The CW puede estar contenta con "The Vampire Diaries", que se quedó a menos de un millón de espectadores de otro experimento, éste en la NBC, como es emitir el "Weekend Update" de "Saturday Night Live" en una edición especial del jueves durante cuatro semanas, algo que funcionó muy bien durante las elecciones presidenciales del año pasado.

A las 9 tenemos la pista principal de este circo, con una "Anatomía de Grey" que aprovechó muy bien el cliffhanger de la quinta temporada y todo el revuelo organizado en verano alrededor de T.R. Knight y Katherine Heigl para que su premiere doble se llevara por delante a toda la competencia. "CSI", con algo más de 15 millones de espectadores, no puede negar que le costará mantener el ritmo, pero es dudoso que los cirujanos del Seattle Grace mantengan siempre esos 17 millones una vez pasada la expectación del estreno. Como otros años, la carrera volverá a igualarse, o a lo mejor la marcha de Grissom es de verdad un obstáculo insalvable para "CSI" y los rumores sobre su próximo fin terminan haciéndose realidad. La pena de esto es que la principal damnificada es "Fringe", que Fox movió a este horario para darle más visibilidad, y que fue superada hasta por "The Office", que con 7,3 millones de espectadores es la reina del jueves en la NBC. "Sobrenatural" juega en otra liga, pero si sigue oscilando entre los 2,5 y los 3 millones, seguirá siendo de lo más exitoso de The CW, y más después de una cuarta temporada que ha elevado hasta su prestigio entre los críticos.

Y a las 10, la semana que viene llegará "Sin cita previa" a la ABC e intentará hacerle pupita a "El mentalista", que se posiciona como la próxima ocupante del hueco de "CSI" en la CBS. Es mucha competencia para "Community", que ya puede mejorar si no quiere desaparecer de la parrilla de la NBC. En cuanto a "The Jay Leno Show", en alguna parte he leído que incluso con un índice de 1,5 en el target demográfico entre los 18 y los 49 años (que lleva a cualquier serie a la cancelación), la cadena sale ganando, así que no esperéis que recuperen las 10 de la noche para las series. Eso sí, reconforta ver que "Medium" ha dado el salto a la CBS mejorando los datos que tenía en la NBC y hasta superando la audiencia que heredaba de "Entre fantasmas". Tampoco se debe subestimar nunca a los DuBois.

Música de la semana: Por culpa del capítulo de "Glee" de esta semana (en el que empezamos a ver cierto desarrollo de los personajes que puede ser interesante), no puedo sacarme de la cabeza "Single ladies", de Beyoncé. A ver si "No surprises", de Radiohead, que suena en la debut de la sexta temporada de "House", puede obrar el milagro.

26 septiembre 2009

Abogados y "videntes"

1.- ¿Qué hay de malo en que "The good wife" acabe derivando al drama legal? De hecho, puede ser un buen drama legal, de los que presentan casos interesantes, en los que los abogados tienen una vida que no resulta tan fácil separar del trabajo y en los que, por supuesto, hay un par de jueces de los de vitorear con los pompones del equipo de animadoras de Sue Sylvester. "Ally McBeal", "El abogado", "Raising the bar", creo que hasta "La ley de Los Ángeles" y una que vi hace mucho tiempo en La 2 (y que no sé si alguien más recuerda) que se llamaba "Dudas razonables", tenían todas un personaje recurrente en forma de juez que tenía los mejores one-liners y que robaba limpiamente el show siempre que aparecía en pantalla. En el caso de "The good wife" ha sido su señoría Richard Cuesta (tremendo David Paymer) el que ha puesto en su sitio a todo el mundo y el que ha hecho que el regreso de Alicia Florrick al trabajo, tras 15 años dedicada a cuidar de sus hijos y apoyar la carrera de su marido en la Fiscalía del Distrito, sea a la vez más fácil y todo un choque con la realidad.

La secuencia inicial de "The good wife", con la rueda de prensa en la que el marido de Alicia anuncia su dimisión por un escándalo político que mezcla prostitución y malversación de fondos (no muy diferente de los de Eliot Spitzer y otros políticos estadounidenses, incluyendo las infidelidades de Bill Clinton que casi le cuestan un impeachment bastante incomprensible fuera de EE.UU.), es un comienzo sencillo y muy eficaz, quizás uno de los mejor presentados de los estrenos de esta temporada, y también es el punto de inflexión en la vida de Alicia, que ahora debe tomar el timón y dejar de ser "la esposa de", aunque el escándalo de su marido la persigue a todas partes. Julianna Margulies puede perfectamente sostener toda la serie, tanto en el frente doméstico como en el laboral, donde sus compañeros de bufete aprovecharán la mínima oportunidad para tirársele a la yugular (sobre todo el personaje de Matt Czuchry). La serie puede convertirse en algo sólido derive hacia donde derive, porque apunta a unos personajes bien construidos e interesantes, como la investigadora, interpretada por una Archie Panjabi que entre "Oriente es Oriente", "Quiero ser como Beckham" y la "Life on Mars" original está por todas partes.

2.- Uno de los problemas que se le pueden encontrar al piloto de "FlashForward", y que señalan en "Tuned In", es que parte de un concepto interesante y tiene una trama con suficiente intriga para querer ver más capítulos, pero sus personajes, de momento, son bastante planos e intercambiables. Todo esto puede cambiar, claro, pero Poniewozik también apunta un dato interesante sobre todas esas series que la ABC ha intentado vender como "la nueva Perdidos" y que han fracasado estrepitosamente. Todas partían de una historia interesante (el día que se repite sin cesar en "Day break" o la invasión extraterrestre de "Invasión"), pero se enredaban en giros de guión muy aparentes perdiendo de vista que lo que enganchaba de "Perdidos" en el piloto, y en los primeros episodios, eran sus personajes. Enseguida te preguntabas qué habría hecho Kate, le tomabas cariño a Hurley y querías saber más de Locke, y gracias a eso, más adelante, "Perdidos" se permitió el lujo de los cliffhangers y las vueltas de tuerca locas en la trama.

"FlashForward" promete, aunque sea, un nivel de adicción potencial como el de la primera temporada de "Prison Break", en el que la trama te llevaba de un capítulo a otro sin pensarlo, pero vamos a necesitar (yo por lo menos) unos personajes un poco más interesantes. Por ahora, el misterio de qué significan todas esas visiones y qué las ha causado y la intriga por ver si el futuro está escrito o no pueden funcionar, y tengo curiosidad por ver cómo sigue todo. No puedo evitar acordarme de otra serie con un concepto interesante que luego se quedó por debajo de lo que prometía, como "Los 4.400" (o incluso "Kyle XY"), pero no es plan de ponernos negativos sólo con el piloto, aunque al accidente múltiple en el puente sólo le faltara el doctor Jack Shepard corriendo por ahí. El misterio central es atrayente y con unas implicaciones éticas interesantes. Hay que ver cómo se desarrolla para decidir si de verdad estamos ante una sucesora de "Perdidos" u otro quiero-y-no-puedo.

25 septiembre 2009

El almacén de los juguetes rotos

ALERTA SPOILERS: No sé cuántos de vosotros habéis seguido "Warehouse 13", pero resulta difícil hablar sobre el final de su primera temporada sin soltar algún spoiler. Como cuál ha sido su cliffhanger final...

En Syfy están la mar de contentos porque "Warehouse 13", la serie con la que estrenaban su nueva denominación allá por el mes de julio, se ha convertido en la más vista de sus 17 años de historia, consiguiendo también unos buenos datos entre el público femenino que reafirman a los responsables del canal en que su idea de cambiar su estrategia de marca ha sido acertada. Lo cierto es que se ha situado, junto con "Eureka", entre las posesiones más preciadas de la cadena, y ha seguido en parte el manual de esa serie para terminar con un hecho más serio y que puede cambiarlo todo su primera temporada, 13 episodios que han ido dejando de lado progresivamente el esquema del "artefacto de la semana" para seguir una trama continuada sobre la venganza del ex agente del almacén, y antiguo compañero de Artie, James McPherson.

Éste es un villano bastante convincente. Como en las historias de superhéroes, es uno de los buenos que, un día, debe afrontar una decisión trágica que le lleva a ser expulsado del Almacén y a convertirse en un paria, si bien es un paria inteligente, resentido y con muchos recursos para vengarse de Artie, de la señora Frederic y esos misterios "regentes" que controlan la instalación. Tener un malo así siempre da puntos extra, así que no es de extrañar que lo que parece la consumación de su venganza cierre el último episodio de la primera temporada: Artie parece haber volado por los aires, entre y él y la traidora de Leena alejan a Claudia del Almacén y Bering y Lattimer se quedan solos para reconstruir desde las ruinas. Dudo mucho que se permitan el lujo de perder a Saul Rubinek, así que veremos qué truco se sacan la chistera para justificar su milagrosa salvación (¿regresaría la señora Frederic a tiempo?¿O lo haría Claudia?)

Excepto por los dos o tres últimos capítulos, "Warehouse 13" ha mantenido siempre el mismo tono ligero, de entretenimiento estival para pasar el rato. Se han dejado caer cositas aquí y allá de que trabajar en el Almacén acaba pasando factura, y tanbién se han insinuado las consecuencias nefastas que el uso de un artefacto puede tener para su propietario. Pero sólo se han tocado de pasada. Lo serio estaba reservado para la subtrama con McPherson, que seguro que será recurrente en la segunda temporada y hasta en la tercera, si mantienen el éxito que han cosechado este verano. Quizás hasta dén un salto cualitativo en los nuevos episodios. Pete y Myka ya funcionan como un equipo (y sin TSNR ni maniobras para intentar forzarla, como intentaron en la primera temporada de "Castle") y resultan entretenidos de ver, pero también es verdad que han cedido parte del protagonismo a Artie y a la señora Frederic. Al final, eran más unos secundarios resultones que otra cosa, que dan un paso atrás cuando la trama se pone seria (excepto en un par de ocasiones, como el capítulo del espejo de Lewis Carroll o el de la familia de Myka), y tal vez deberían recuperarlos como protagonistas para la nueva entrega.

Siendo una serie de verano cortada por el patrón de "Eureka", no vamos a pedirle que, de repente, se ponga a la altura de la oscura tercera temporada de "Torchwood", pero no estaría mal que tocara un poco más ese lado oscuro de los artefactos del Almacén, ese riesgo inherente que implica cualquier objeto con poder (el del fénix, por cierto, me ha recordado a "Pushing daisies" y el don con doble filo de Ned). También deberían rebajar un poco el tono en los intercambios más humorísticos entre Pete y Myka, pero da la sensación de que no van por mal camino, por lo menos paar hacernos pasar unos buenos ratos en las noches de verano.

24 septiembre 2009

El futuro según Schrödinger

El otro día vi por televisión un anuncio de "Next", una película protagonizada por Nicolas Cage sobre un cuento de Phillip K. Dick en el que su personaje principal tiene visiones que le permiten ver dos minutos en el futuro. El trailer no diferenciaba la película de cualquier otra de acción de las que últimamente hacen Cage y su colección de peluquines, pero había una frase en él que me llamó mucho la atención: sólo con ver el futuro, ya estás cambiándolo. ¿Schrödinger y sus teorías sobre la mecánica cuántica en una película de Hollywood? El físico austríaco estableció, en su famoso experimento del gato que está a la vez vivo y muerto, que un observador que estudie un sistema, por el mero hecho de observarlo, ya está introduciendo en él una variable, un cambio. Es un desarrollo muy interesante de cualquier historia que implique visiones del futuro porque quiere decir que eso que has visto ya no va a pasar así, simplemente porque lo has visto (interesante pero un poco lío, ¿eh?).

Con el estreno de la inevitable "FlashForward", los críticos estadounidenses han vuelto a poner de relieve uno de los temas que tocan tanto "Perdidos" como "Galáctica", y que no es otro que el del destino y el libre albedrío (la predestinación es una creencia muy calvinista). En "Perdidos", además, tenemos a Desmond, que tiene breves visiones del futuro más inmediato, mientras que en "FlashForward" están las que ven todos los habitantes de la Tierra durante los dos minutos en los que se desmayan a la vez. En ambos casos, los "visionarios" se enfrentan al dilema de no hacer nada, porque ya has visto lo que va a pasar y nada de lo que tú hagas lo cambiará, o actuar para evitar que eso que has visto ocurra. Es un clásico de la ciencia ficción que está visto que nunca pasa de moda.

Si introducimos la variación propuesta en el trailer de "Next" (no he visto la película, así que no sé si desarrollan de verdad esa idea), de repente se abre todo un mundo de posibilidades. Acabamos con algo más parecido a los sueños de Allison DuBois en "Medium". No es que cambien sólo porque ella los ve, sino que ella nunca sueña la historia completa. Sólo recibe fragmentos, fogonazos, piezas inconexas que ella debe interpretar. Por eso, Allison muchas veces se equivoca (si no, resolverían los misterios antes de los títulos de crédito). Con un futuro que cambia por el mero hecho de verlo, entra en juego una incertidumbre que lleva a que tus acciones estén menos dirigidas, a que tengas que vigilar más el curso de los acontecimientos para ver dónde pueden desembocar. Tampoco hay que desmerecer las obras que van por el otro lado, pero ésas funcionan mejor cuando se apuntan al existencialismo. Y eso resulta un poco deprimente.

23 septiembre 2009

Somos novios

ALERTA SPOILERS: Chicos, la quinta temporada de "Cómo conocí a vuestra madre" ya está aquí. Como siempre, absteneos de seguir leyendo si no habéis visto el primer episodio, o caerá sobre vosotros un latigazo como los que daba Indiana Jones.

Hay tres cosas que nunca fallan en un capítulo de "Cómo conocí a vuestra madre": Lily en plan manipulador, Marshall en plan niño grande mejor niña, pero no tocaba esta vez) y Barney y Robin juntos haciendo las cosas que mejor saben hacer (además de mentir); inventarse normas estúpidas para no tener novia y sacar el ramalazo supercanadiense en un deporte tan poco femenino como el hockey sobre hielo. Carter Bays y Craig Thomas han decidido que esos dos personajes se lancen por el camino de Mónica y Chandler en "Friends" (con una Lily a lo Phoebe, cambiando aquel mítico "¡Mis ojos, mis ojos!" por un sonorísimo "Woooo"), por el de Sam y Diane en "Cheers", si queremos remontarnos a los clásicos más clásicos. Esa maniobra nos va a permitir ver mucho más a Robin, la gran "desconocida" de la serie, y la que se reveló en las dos últimas temporadas como una garantía de diversión a la altura (e incluso más) de Barney.

Después de pasarse toda la cuarta temporada dando vueltas alrededor del Robingate, la resolución de este primer episodio de la quinta promete baches y chistes varios a costa de las dudas y del miedo a perder su propia independencia de esos dos. Es muy probable que, cuando lleguemos al final, acaben más o menos establecidos como una pareja y vivan la "mentira" que le cuentan a Lily para que los deje tranquilos, y eso no tiene por qué ser malo. Lily y Marshall han tenido grandes momentos después de casados y, siguiendo con la comparación con "Friends", lo mismo ocurrió con Chandler y Mónica. Sólo hay que mantener el núcleo del personaje intacto (las neurosis de Mónica, por ejemplo), así que no hay de qué preocuparse. Que Barney y Robin se dediquen a estar juntos pero en realidad no estarlo puede convertirse en una de las mejores subtramas de esta temporada, si siguen compartiendo habanos y lanzando chistes sin parar.

Y Ted también va a seguir el librillo de los chicos del Central Perk y se convierte en un Ross que da clases de arquitectura (todos estos homenajes se entienden mejor al ver a Greg Malins, uno de los guionistas de "Friends", entre el equipo de "Cómo conocí a vuestra madre"). Dejó un momento a lo Indiana Jones estupendo con el sombrero y el látigo que le regala Marshall, y tengo curiosidad por ver cómo se comportará cuando Barney (o Robin) vayan a contarle sus problemas o sus dudas. Estamos en el camino de que esto sea algo realmente interesante.

P.D.: Sí, el título hace referencia a cierto bolerillo que Luis Miguel "asesinó" en su momento.

22 septiembre 2009

Jay Bikila

Si hay un programa vigilado de cerca en este principio de temporada en Estados Unidos, ése es "The Jay Leno Show". Que ocupe el otrora sacrosanto horario de las 10 de la noche en la NBC, ahorrándole a la cadena unos cuantos millones de dólares al día, era visto casi como el signo del Apocalipsis para la ficción televisiva estadounidense. ¿Y si Jay Leno se convertía en el dominador de la audiencia, como había sido durante los 15 años que estuvo al frente de "The Tonight Show"? Su competencia a las 23 (ó 23:30, nunca me acuerdo) eran otros talk shows, principalmente el de David Letterman. Pero ahora, una hora antes, se tiene que enfrentar a las series estrella de las demás cadenas. Eso implica, por ejemplo, verse las caras los lunes con "CSI: Miami", los jueves con "El mentalista" y los viernes con "Numb3rs" (sí, son todas de la CBS), y estar sujeto a muchos vaivenes de audiencia dependiendo de los invitados que tenga (otra como tener a Kanye West después de la que montó en los MTV Video Music awards no le va a pasar), de si las series tienen capítulos nuevos o repetidos, de si Fox empieza con los play-offs del béisbol...

Como no se cansan de repetir en "Tuned In", esto es un maratón, y un talk show diario es muy difícil de juzgar por sus audiencias de sólo una semana. Como era de esperar, Jay Leno debutó arrasando, con más de 18 millones de espectadores, para luego perder gas rápidamente y, además, quedarse con un target demasiado envejecido. Anoche tuvo una caída desde la cima espectacular, quedándose creo que en unos siete millones. Hay que tener en cuenta que su lead-in del lunes es "Héroes", quizás el más flojo de toda la parrilla de la NBC, y terminó enfrentándose también al final de la premiere de la sexta temporada de "House", que duró dos horas. Pero esto puede ser el signo de lo que espera el resto de esta semana, que es la que inicia oficialmente la nueva temporada en EE.UU. y en la que se estrena el 98% de las series del otoño. Tal vez en cuanto se pase la expectación por ver los estrenos y los regresos repunte un poco, pero la NBC va a tener que buscar la lectura positiva en otra cosa que no sean los espectadores totales (ni el target demográfico entre los 18 y los 49, sospecho).

Esto acaba de empezar. El funcionamiento de "The Jay Leno Show" no podrá medirse con algo de propiedad tal vez hasta que no llegue el hiato navideño. Entonces se verá si mejora los datos que la NBC solía tener otros años en ese horario o no, si es un problema para "The Tonight Show" (que parece que resiste la competencia interna de Leno, cuyos fans odian muy intensamente a Conan O'Brien por presentar ese programa) y si deja una audiencia decente para que los informativos locales que las cadenas afiliadas emiten después puedan lograr buenos datos, algo clave para ellas (algo de esto se explica aquí). Lo que está claro es que, teniendo en cuenta la situación desesperada de la NBC y la pérdida de audiencia total que se espera este año en todas las cadenas, la cadena del pavo hará como dijo Nina Tassler, presidenta de la CBS, en los upfronts, y ya se buscará el modo de que su experimento leniano sea presentado como un éxito.

21 septiembre 2009

Los Emmy horribles

Sí, debería darme vergüenza utilizar una alusión tan fácil en el titular, pero es que la parte en la que el Dr. Horrible intentó sabotear la ceremonia de los Emmy ha sido, con diferencia, el momento más destacado en todos los resúmenes y críticas de la gala, junto con el número musical inicial, obra de nuevo de Marc Shaiman y el mismo equipo que organizó las canciones en los premios Tony que también presentó Neil Patrick Harris (galligante para él por conseguir colar creo que el 95% de las cadenas estadounidenses al final de la canción). Harris volvió a triunfar como presentador (igual que Ricky Gervais) y ya se posiciona para presentarlo todo junto con Hugh Jackman (y Conan O'Brien, Whoopi Goldberg y, en el caso de ceremonias en las que haya que limar alguna que otra aspereza, Ellen DeGeneres).

Casi todos los críticos coinciden en que, a pesar de ciertos aspectos inherentes a los Emmy que no se pueden cambiar (los mismos ganadores una y otra vez, una sección muy lenta con las categorías de miniseries y programas de variedades...), la gala este año ha sido más dinámica y ha mejorado el desastre de los cinco presentadores de reality del año pasado. Además, incluso se ha permitido unos pocos ganadores que se han salido del guión. Ejemplo, una emocionadísima Kristin Chenoweth, vencedora a la mejor secundaria de comedia por "Pushing daisies" ("Gracias por reconocer una serie que ya no se emite", dijo) y una rutilante Toni Collette, que desbancó a Tina Fey del premio a la mejor actriz de comedia con su trabajo en "United States of Tara", y que yo creo que era más favorita de lo que parecía (en el piloto, que fue el capítulo que envió a los Emmy, interpreta a tres de las cuatro personalidades de Tara). También fue una sorpresa relativa la victoria de Jon Cryer (que llevaba un chaleco a lo Provenza muy feo) como secundario de comedia por "Dos hombres y medio". Al fin y al cabo, era su cuarta nominación por una serie muy querida por los Emmy (que no por los críticos), así que tenía que aprovechar la ausencia de Jeremy Piven.

El resto de ganadores en las categorías principales fue un viaje en el tiempo a 2008 y, en algunos casos, a 2007. Glenn Close ("Daños y perjuicios") y Bryan Cranston ("Breaking Bad") reeditaron sus victorias como actriz y actor principal de drama, Alec Baldwin hizo lo propio como actor de comedia por "30 Rock" (aunque afirmó que cambiaría el trofeo por verse más como Rob Lowe, que entregó la estatuilla), y tanto "Mad Men" como la serie creada por Tina Fey volvieron a ganar como mejores drama y comedia. Fey, por cierto, volvió a clavarla en su discurso de agradecimiento, agradeciendo a la NBC que los mantuviera en el aire a pesar de ser mucho más caros que un talk show (ouch, Jay Leno). Sin embargo, en los secundarios de drama sí hubo caras nuevas. Michael Emerson sucedió a Terry O'Quinn como ganador por "Perdidos", y un ganador muy merecido, y Cherry Jones resultó reconocida por su papel en "24".

En el resto de categorías tampoco hubo mucho misterio. "Grey Gardens" arrasó como mejor película para televisión, mejor actriz (Jessica Lange) y mejor secundario (Ken Howard), Brendan Gleeson fue agraciado como mejor actor por hacer de Winston Churchill en "Into the storm", "Little Dorrit" ganó como mejor miniserie (ni con la guerra de Irak David Simon tiene suerte en los Emmy) y Shoreh Agdhasloo hizo que el retato de la familia de Saddam Hussein de "House of Saddam" le granjeara un premio a la mejor secundaria. Poco más.

Bueno, si nos ceñimos a la ceremonia en sí, porque si pasamos a los trapitos (lo estábais deseando, reconocedlo), podemos destacar la pareja Michael Emerson-Carrie Preston, sobre todo porque ella está irreconocible sin el pelucón de su personaje de "True Blood"; el extraño peinado de Lisa Edelstein (aunque acertara con el vestido); el moño a lo boda de Rociíto de Padma Lakshmi, una de las presentadoras de "Top Chef"; la pareja de guapos Amaury Nolasco-Jennifer Morrison; lo bien que ha crecido Hunter Parrish, con flequillo a lo Tintín; Alyson Hannigan en plan estrella elegante (pero con melena un poco de culebrón de los 80, perdonadme); la extraña combinación de traje y pajarita de Johnny Galecki; David Boreanaz a lo James Bond; Sandra Oh, más comedida que de costumbre y, para ir terminando, las tres "vencedoras" de la alfombra roja: una clásica Rose Byrne, una espectacular Anna Torv y una Olivia Wilde que deja babeando a medio público masculino, aunque el vestido a mí no me convenza nada (¿no parece una versión más classy y sin cisne de aquello terrible que Björk llevó a una gala de los Oscars? Oh, bueno, y el matrimonio Bacon-Sedgwick, porque ellos lo valen.

20 septiembre 2009

Entre muertos y universitarios

Esta semana han empezado, con cuentagotas, los regresos de series a las parrillas estadounidenses, como un pequeño aperitivo de la avalancha que nos espera a partir de mañana. Con sólo un episodio es muy difícil hacerse una idea del camino que van a seguir las nuevas temporadas, o los nuevos estrenos, así que lo más que se puede intentar es ofrecer unas pocas impresiones, con spoilers, eso sí. Así estamos ya todos avisados.

1.- Todo el jaleo alrededor del final de la cuarta temporada de "Bones" no se ha apaciguado durante el verano, como era de esperar. Los escépticos respecto a ese "sueño" de Booth en su coma, mezcla del libro que Brennan está escribiendo, seguramente no verán con agrado el derrotero que toma la historia en el principio de la quinta temporada, pero a mí me da la sensación que, efectivamente, la relación entre Booth y Brennan cambiará al final de esta entrega de episodios. No sé si para bien o para mal, pero apostaría la colección de bichos del despacho de Grissom a que así va a ser. Aunque le digan a Booth que su "enamoramiento" de Huesos puede ser un mero daño colateral de su coma, está muy claro que no puedes soltar la bomba y luego hacer como si no fuera contigo. Por lo demás, el capítulo fue entretenido, con una Cindy Lauper en su papel, una esperadísima aparición de Patricia Belcher (que también he visto en "Community") y la sensación de reencontrarte con una panda de tarados que se lo pasan bien entre ellos y con los que se pasa un buen rato. A mí me sirve.

2.- Hay curiosidad por ver cómo le funcionará a Fox ese combo del jueves por la noche que forman "Bones" y "Fringe". Con ésta, la expectación está en ver cómo continuarán la trama que abrieron en el final de su primera temporada, y me alegra que ver que no sólo no abandonan la sombra de "Expediente X", sino que hasta tienen a su propio cazador de recompensas alienígena y mutante, y lanzaron dos estupendos guiños a la serie de Chris Carter (este easter egg y una mención a la "antigua denominación X" en un comité del Senado también muy del estilo de los que Mulder y Scully tenían que hacer frente). Desde luego, hay guerra entre las dos dimensiones, y Olivia parecer ser la única que puede pararla, o inclinar balanza de nuestro lado. Walter Bishop, por su parte, no hace más que agrandar su figura. Ahora, muchas de sus excentricidades hacia Peter no son más que sus intentos por hacer que ese hijo que trajo de la otra dimensión sea como el que perdió. ¿Cuánto tardará Peter en averiguarlo?

3.- La NBC ha añadido a su parrilla de comedias de los jueves "Community", una historia ambientada en un "community college", que creo que es algo así como un centro universitario público de titulaciones técnicas y diplomaturas, al que acude gente que no terminó los estudios, o que quieren sacarse un título a una cierta edad. Ahí debe volver Jeff Winger después de que se descubriera que su título de Derecho es falso, y ahí se encuentra con un grupo de estudiantes de lo más variopinto. El piloto no es suficiente prueba de si puede ser una comedia a la altura de sus compañeras de programación, pero puede prometer. Abed parece un trasunto del Sheldon de "The Big Bang theory", menos friki, y está la curiosidad de un recuperado Chevy Chase haciendo de las suyas. Joel McHale, su protagonista, da bien el tipo de caradura, y es además presentador de "The Soup", un programa muy corrosivo sobre los reality shows y la cultura de los famosos.

4.- Esta noche, HBO estrena "Bored to death", una comedia sobre un escritor en horas bajas que, después de que su novia lo deje e impulsado por sus lecturas de "Adiós, muñeca", pone un anuncio en Craigslist en el que ofrece sus servicios como detective privado. Junto a él tenemos a su mejor amigo, un escritor de cómics con problemas sentimentales, y su editor, un tipo que añora la juventud y la vida que cree que el escritor está viviendo. El protagonista es una especie de alter ego del novelista Jonathan Ames, un tipo bastante peculiar, y los dos secundarios (Zach Galifianakis y Ted Danson) tienen el potencial de asegurar buenos ratos, pero Jason Schwartzman me ha dejado un poco fría, como el resto del piloto. He leído por ahí que el segundo capítulo es mejor, pero no sé si le encontraré el truco a su sentido del humor.

5.- Ya no es un estreno, porque el piloto se vio en mayo, pero "Glee" está consolidándose como una fuente de diversión asegurada gracias a la gran Jane Lynch, cuya Sue Sylvester es, de largo, lo mejor de la función. Es cierto que la serie camina por una fina línea, siempre al borde del ridículo y de que la sátira se pase de la raya, pero de momento resulta entretenida, con algunos buenos hallazgos ("oleos las axilas, ése es el olor del fracaso") y unos números musicales que cumplen su función (y no suelen ir a lo obvio. ¿Quién pensaba que traerían de vuelta a Salt'n Pepa?). Será interesante ver su evolución, porque es bastante diferente del resto de propuestas en la tele en abierto estadounidense.

Música de la semana: Hablando de "Community", hay que darles puntos extra por colar varias menciones, y una cita de un diálogo, de "El club de los cinco", ese clásico teen de John Hughes, a quien está dedicado el piloto de la serie. Van tan lejos como terminar el capítulo con una versión de "Don't you forget about me", de Simple Minds, con la que se abría y se cerraba la película de Hughes. Ahora que ha vuelto "El día después", tampoco está de más recordar que, en su última etapa, utilizaba de sintonía otra canción de ese grupo, "Alive & kicking".

19 septiembre 2009

El poder del fandom

Más de una vez se ha comentado y discutido hasta qué punto tienen los fans poder sobre una serie; no ya para influenciar a sus responsables en llevarla por una o por otra dirección, sino simplemente para presionar a la cadena para mantenerla en antena. La respuesta a esa cuestión es relativa. Si los fans se dejan dinero comprando los packs de DVDs, o adquiriendo los capítulos sueltos en iTunes, la cadena puede replantearse la situación. Así se salvaron de la quema "Padre de familia" y "The Office", por ejemplo. Fox le concedió la gracia de una segunda temporada a "Dollhouse", en parte, por los buenos datos de reserva del DVD de los primeros episodios (y porque Whedon se ha comprometido a reducir su presupuesto), y las ventas del DVD ayudaron mucho a que el propio Whedon consiguiera el OK del estudio para rodar "Serenity" y poder darle un cierto cierre a "Firefly".

Sin embargo, cuando los fans se han movilizado sin un potencial monetario detrás, el tema no ha sido tan sencillo. Una de las campañas más espectaculares seguramente fue la que intentó que "Everwood" sobreviviera a la fusión entre The WB y UPN, y que llevó a sus seguidores a montar una noria en las afueras del estudio. No tuvo éxito. Los fans de "Chuck" consiguieron el apoyo de muchos críticos de televisión, que no dejaron de pedir a la NBC, por activa y por pasiva, una tercera temporada de la serie. La cadena no se decidió hasta que Subway no puso sobre la mesa un contrato de patrocinio, y hasta que no se dieron ciertas circunstancias en las negociaciones de la NBC con Warner sobre la situación de otras series. El rechazo a "Legally mad" parece que provocó una onda expansiba que afectó a media parrilla de la cadena.

Las movilizaciones de fans que logran su objetivo luego llevan a plantearse la cuestión de si no tendremos que ser más cuidadosos con lo que deseamos. La CBS canceló "Jericho" tras una única temporada (poco interesante, a mi parecer) en la que fue perdiendo audiencia progresivamente desde su estreno. No obstante, los hinchas se dedicaron, con encomiable tenacidad, a enviar cacahuetes a la cadena para intentar convencerla de que merecía la pena concederle una segunda entrega. La CBS accedió, sorprendentemente, porque unos cuantos platós estaban a punto de ser desmantelados y medio reparto estaba desperdigado por ahí. Sin embargo, la resurrección de "Jericho" cosechó los mismos pobres datos de audiencia que la primera temporada, así que aurrevoir.

El fandom puede organizar mucho jaleo por Internet y hacer mucho ruido, pero a veces olvidamos que no somos tantos con respecto al resto de la audiencia total de televisión. Y que la televisión es un negocio, y unas cuantas toneladas de cacahuetes no tienen porqué convertirse en millones de dólares que convenzan a un canal de merece la pena mantener en antena una serie minoritaria.

18 septiembre 2009

Casi famosos (XXI)

En el mundo anglosajón, esta sección ya sería mayor de edad para irse al pub y pedirse legalmente una pinta de Guinness. Pero es responsable y no va a irse de fiesta con sus amigotes, sino que va a presentar algunos de esos trabajitos anteriores a su momento de mayor fama con los que algunos actores pagaban el alquiler.

Gracias a que AgenTV está viéndose la "Melrose Place" original en las mañanas de Cuatro, tenemos a Néstor Carbonell en prácticamente su debut como actor (aparte de una aparición en, cómo no, "Ley y orden"), mucho antes de que el eyeliner de Richard Alpert nos obnubilara en "Perdidos". Sin embargo, Carbonell empezó a hacerse conocido bastante antes de que lo ficharan Carlton Cuse y Damon Lindelof, en una sitcom a medida de Brooke Shields que se llamaba "De repente, Susan". Por ahí andaban también la cañera Kathy Griffin y Judd Nelson, entre otros, y un joven actor llamado David Strickland, que parecía listo para el estrellato gracias a un papel en "Las fuerzas de la naturaleza" (una comedia romántica con Sandra Bullock y Ben Affleck), y cuyo suicidio sacudió los cimientos de la serie con fuerza.

Yo diría que fue Quentin Tarantino quien propulsó a Tim Roth a lo más alto, primero en "Reservoir dogs" y luego en "Pulp Fiction", y lo colocó en el camino que ha recorrido antes de protagonizar "Lie to me". Pero claro, tampoco había salido de nada, y en su haber anterior se cuenta "Rosencrantz y Guildenstern han muerto", una película de Tom Stoppard en la que éste adaptaba su propia obra de teatro, una revisión de "Hamlet" desde el punto de vista de dos personajes secundarios como esos dos. El que está al lado de Roth (que era Guildenstern), es Gary Oldman.

Los fans de Joss Whedon quizás recuerden el principio de "Serenity", donde asistimos a una clase en la que nos explican buena parte de la historia en la que se ambienta el universo de "Firefly". La maestra que da esa clase (ficticia) es Tamara Taylor, que tiene a sus espaldas un montón de series de televisión. Ya hizo de doctora en "City of Angels" y tuvo una aparición secundaria en "Cinco en familia", además de ser, claro, la madre de "Waaaalt" en "Perdidos". Eso fue antes de seguir el papel de divertido straight man en "Bones".

Con la muerte de Patrick Swayze, se ha recordado en muchos sitios "Norte y Sur", aquella miniserie de los 80 que seguía a Orry y George, dos amigos de West Point que acaban luchando en bandos opuestos cuando estalla la Guerra de Secesión. Tuvo tanto éxito que conoció dos continuaciones, "North and South Book II" y "Heaven and hell", en la que apareció por allí un jovencito Kyle Chandler. Sólo dos años más tarde, en 1996, le llegaría su ascenso a la fama con "Edición anterior". Para el reconocimiento crítico ha tenido que esperar a "Friday Night Lights".

Finalmente, he aquí el papel por el que más se recuerda en EE.UU. a Kristin Chenoweth es por Glinda, del musical "Wicked", que le valío ser nominada a un Tony. Ella e Idina Menzel fueron las que interpretaron primero a las dos protagonistas de esta vuelta de tuerca a "El mago de Oz".

17 septiembre 2009

A tiempo

Con la muerte de Patrick Swayze, ha sido bastante habitual leer recordatorios de la carrera del actor que hablaban del impacto que podía producir en una adolescente el visionado por primera vez de "Dirty Dancing". No les interesaba comentar sus posibles virtudes artísticas (o mencionar la presencia de dos grandes secundarios como Jerry Orbach y Kelly Bishop), sino recalcar que es una película de las que hay que ver a cierta edad para darse cuenta, siempre a posteriori, del indeleble recuerdo que dejan. Esas historias de amor de verano (efímeras por su propia definición) que superan todo tipo de adversidades y hacen crecer al protagonista llegan más cuando se ven a determinada edad que diez años más tarde, cuando a lo mejor ya sabemos más por viejos que por diablos, y no le vemos la gracia al invento.


Hay muchos ejemplos de películas, series o libros cuyo impacto disminuye si nos enfrentamos a ellos unos años más tarde de cuando es recomendable. "El guardián entre el centeno" puede ser fundamental si lo leemos siendo unos adolescentes, pero Holden Caulfield quizás nos parezca insufrible cuando entremos en la veintena. Este verano, desde "Diamantes en serie" pedían consejos sobre series para ver y, al llegar a "Buffy", se preguntaban si no habría demasiada distancia generacional para disfrutarla en condiciones. Más que a "Buffy", me da la sensación de que eso podría aplicarse a "Es mi vida", una serie mítica entre quienes éramos adolescentes a mediados de los 90. Yo no he vuelto a verla desde que Canal+ la emitió en su momento, y sospecho que si hiciera una revisión ahora, gran parte de su encanto se perdería. Su captación de la angustia generacional, de las dudas e inseguridad que implican dejan atrás la infancia y adentrarse en un mundo adulto que a veces no se comprende, la presencia de Jordan Catalano... No sé cómo habrá respetado el paso del tiempo todo eso.

También hace poco, con el estreno de la película de "Harry Potter y el misterio del príncipe", comentaba con otra fan de la saga que da la sensación de que los filmes no consiguen trasladar a la pantalla el espíritu de los libros. Si eres un fan de los que ha ido leyéndolos según salían, los personajes han ido creciendo contigo y las tramas han ido evolucionando según los lectores se hacían mayores. Las películas parecen haberse quedado estancadas, o ésa es la sensación que me da a mí, desde "El prisionero de Azkaban", que sigo considerando la mejor.

15 septiembre 2009

La asignatura pendiente

Preparaos para asistir, en estos próximos días, a un buen vapuleo por parte de algunos medios de la lista de películas entre las que la Academia de Cine decidirá cuál de ellas intenta colarse en las nominaciones al Oscar a la mejor película extranjera. El trío está formado por "El baile de la victoria", de Fernando Trueba (que se verá en el próximo Festival de San Sebastián), "Gordos", de Daniel Sánchez Arévalo (que participó en el Festival de Venecia) y "Mapa de los sonidos de Tokio", de Isabel Coixet (que creo que se vio en el Festival de Cannes). Se les criticarán sus logros artísticos, su posible gafapastismo, su recaudación en taquilla (alquien habrá que traiga a colación las inevitables subvenciones), pero pocos intentarán discernir lo que de verdad importa; si alguna de las tres tiene opciones de hacerse en EE.UU. con una maquinaria promocional que le dé el empujón definitivo.

O, más concretamente, cuál de las tres tiene detrás un equipo dispuesto a patearse las alfombras rojas, los screenings varios y los encuentros con críticos, expertos y público escogido de la temporada de premios de Hollywood para intentar arañar esa nominación. Ahí está el quid de la cuestión. No hace falta que Oprah Winfrey diga que es la mejor película que ha visto ese año (aunque a "Crash" le vino muy bien), pero no se puede desdeñar que los Oscars, ante todo, son un negocio y un gran escaparate promocional. Punto. El amigo Harvey Weinstein domina esos entresijos a la perfección, y así hizo que "Shakespeare in love" sea una de las ganadoras al Oscar a la mejor película más incomprensibles de los últimos tiempos.

No recuerdo qué director español, con película aspirante a ser nominada al Oscar, despreció directamente todas esas maniobras publicitarias cuando le preguntaron qué le parecía tener esa posibilidad. Creo que hasta llegó a afirmar que ni siquiera iba a ir a Los Ángeles a presentar la cinta. Así, desde luego, no vamos a ninguna parte. Y aunque los tiempos han cambiado (esto fue a mediados de los 90), seguimos perdiendo de vista que la promoción es sumamente importante de cara a los Oscars. De entre la marea de posibles candidatas, destacan las que hacen más ruido mediático, y ésas no siempre son las mejores. Llega un punto, de hecho, que cansa que los periodistas expertos en los premios empiecen a hacer quinielas en el Festival de Toronto (que está celebrándose ahora).

El problema que tiene el cine español este año es que, si quitamos "Los abrazos rotos", no ha habido ninguna película con la repercusión internacional de "Volver", "El laberinto del fauno" o "Mar adentro". Como no es plan de enviar todos los años a Almodóvar, las opciones que la Academia ha elegido deberían jugar otras bazas. Trueba ya ganó por "Belle epoque" (con el mejor discurso de agradecimiento que yo recuerdo), así que se conoce algo el percal aunque ya haya llovido bastante desde entonces. Isabel Coixet estuvo el año pasado haciendo promoción de "Elegy" (en especial orientada a las interpretaciones de Ben Kingsley y Penélope Cruz) y Sánchez Arévalo, que es el más nuevo, vio también el año pasado cómo su opera prima, "Azuloscurocasinegro", tenía un estreno reducido en EE.UU.

Ahora, la opción de "Mapa de los sonidos de Tokio" debería vigilar las normas para presentarse al Oscar (como bien apuntaba @freddyvoorhees por Twitter). La categoría es película en habla no inglesa, y la cinta de Coixet alterna japonés e inglés. Creo que, con el último cambio de normativa, no le pasará como a "Caché", la película de Michael Haneke que no pudo competir por Austria porque estaba rodada en francés. Haneke, por cierto, y su "Das weisse band" ya figuran para los expertos como nominados seguros. Veremos.

14 septiembre 2009

La cuestión sucesoria en la ABC

Aunque lo parezca, no vamos a ponernos las corbatas horrendas de Peñafiel y a lanzarnos a la yugular de Letizia Ortiz simplemente porque sí, no. Ese debate casi nunca lleva a ninguna parte, así que centrémonos en otro más divertido referido a la televisión estadounidense y que, por una vez, no hace referencia a "The Jay Leno Show" (aquí, si queréis, se explayan mucho mejor sobre ese tema): ¿Será "FlashForward" la sucesora de "Perdidos", como la ABC espera y pretende? La cadena propiedad de Disney se encontrará en mayo en la misma encrucijada en la que se ve ahora Syfy tras el final de "Galáctica", en la que estuvo HBO entre el fin de "Los Soprano" y el advenimiento de "True Blood" y en la que la NBC se ha hundido como una piedra después de perder "Friends", "Frasier" y "Seinfeld". Su serie estrella (o una de ellas) se acaba. Fue decisiva para que el rumbo de las audiencias virara en beneficio de la ABC, y también le concedió cierto prestigio. Desde hace tres temporadas, la cadena sabe que mayo de 2010 es una fecha clave; la fecha en la que la sucesora de "Perdidos" debería recoger su antorcha y mantener al canal en la posición que tanto le costó conseguir.

"FlashForward" es la apuesta para ocupar ese trono. También tiene un reparto coral (y comparte a Sonya Walger y Dominic Monaghan con la isla misteriosa), toques de ciencia ficción y un misterio central que se debe resolver, y que tal vez llegue hasta el final de la serie. En lugar de ser una especie de adaptación mejorada de "Supervivientes", "FlashForward" se basa en un libro de Robert J. Sawyer, y la maquinaria promocional de la cadena se ha puesto en marcha para que no queden dudas de cuál es su estreno estrella de la temporada. Alcanza incluso a AXN y Cuatro, las dos cadenas que la emitirán en España, que ya están presentando el piloto a la prensa, piloto que los afiliados a ABC Inner Circle ya han visto. La táctica debería ir generando buzz entre el público potencial, confiando que éstos arrastren a una audiencia mayor al estreno de la serie. Las primeras críticas hablan bien de ella, así que la jugada puede salir bien.

El problema es que "FlashForward" debe luchar contra la mala suerte que la ABC ha tenido hasta ahora buscando a su "Perdidos 2.0". "Invasión" y "The nine" intentaron utilizar a los náufragos de lead-in, con resultados nefastos. En ese aspecto, por lo menos, la serie puede alegrarse de debutar en octubre y no compartir noche con Jack, Kate y compañía. De hecho, tendrá unos cuantos meses para irse haciendo un hueco por su cuenta (sirviendo de aperitivo a "Anatomía de Grey") antes de que "Perdidos" comience su sexta y última temporada, ya en mid-season, y se intensifiquen las inevitables comparaciones entre ellas. Aunque lo divertido sería que, en lugar de "FlashForward", fuera "V" la que terminara convirtiéndose en "LA" serie de la ABC, sobre todo por eso de ser un remake de una vieja serie de ciencia ficción.

13 septiembre 2009

La luz de los secretos

¿Qué pasa si cruzamos "Twin Peaks" con las series policíacas inglesas y las historias de Patricia Highsmith? Que tenemos algo muy parecido al piloto de "Durham County", una serie canadiense muy breve ambientada en un pueblo dominado por un bosque de torres de alta tensión y de chimeneas de centrales eléctricas. La producción tuvo dos temporadas a la inglesa, de seis episodios cada una, la primera emitida en 2007 y la segunda, este pasado verano. Con el estreno de esos seis capítulos iniciales en Estados Unidos, en el canal por cable Ion, ha adquirido cierta relevancia por la blogosfera, siempre ávida de nuevas cosas qué ver. En este caso, "Durham County" es peculiar porque, en lugar de buscar referentes al sur de la frontera de Canadá, los ha buscado al otro lado del Atlántico, en casi cualquier autor de novela negra del norte de Europa que queráis escoger.

Aunque tenemos un detective de homicidios como figura central, Mike Sweeney, el enfoque es más amplio. Todos en la ciudad guardan secretos y frustraciones cuyo escape a su control puede generar el caos, incluido Sweeney, y en el piloto apenas tenemos una presentación de gran parte de esos secretos y, sobre todo, la construcción de una atmósfera realmente malsana y opresiva (este año, justo ha sido "Red riding", una miniserie inglesa, la que mejor ha logrado una sensación semejante). Eso es lo que importa, el retrato de todos esos personajes vigilados por las torres de alta tensión, porque del crimen que abre la serie conocemos al autor desde el principio, y vamos a ir viéndolo perder el control progresivamente. Todo se mueve más por el estudio del por qué que por la averiguación del quién.

Y es mejor no decir nada más. Como suele ocurrir cuando se habla de alguna serie, o se recomienda, sin darnos cuenta contamos demasiadas cosas, cosas cuya gracia está en descubrirlas por uno mismo (como cierta nota diferenciadora de la familia de Sweeney). Baste con decir aquí que, por lo visto en el piloto, "Durham County" apunta a algo más que una mera serie de policías y, desde luego, no tiene nada que ver con las que se están haciendo en Estados Unidos ahora. De hecho, incluso series criminales inglesas más convencionales, como "Testigo mudo", se diferencian de las estadounidenses por esa atmósfera áspera y sobria. Las que mejor la consiguen son las que no nos dan la mano para guiarnos por todos esos secretos y mentiras, sino las que sueltan en medio del embrollo y dejan que vayamos encontrando solos el camino para salir del laberinto. Veremos si "Durham County" mantiene el pulso.

Música de la semana: Como la nueva temporada ya está aquí, muchas cadenas han hecho promociones más o menos curiosas de algunos de sus grandes estrenos. Lo curioso es que Fox lo ha hecho de "Bones", que se ha hecho mayor en ese aspecto para la cadena. Pero, lógicamente, sabiendo cómo son en esa serie, no podía ser una promoción normal, así que se han marcado un videoclip realmente simpático que gana puntos por utilizar de banda sonora "Dead man's party", de Oingo Boingo, que sonaba en la comedia ochentera "Regreso a la escuela", con un imberbe Robert Downey Jr. (y que en parte es como el vídeo original de esa canción). Oingo Boingo fue, a principios de los 80, un grupo que se ganó el reconocimiento participando en un montón de películas, y adaptando para los yanquis la New Wave y el ska que se hacían en el Reino Unido. Lo mejor es que su vocalista era Danny Elfman, que luego se dedicaría a componer bandas sonoras, y como curiosidad, algunos de los miembros del grupo participaron en la grabación de la banda sonora de la serie "Galáctica" (la de 2003, y han dado varios conciertos de Halloween con Bear McCreary homenajeando a Oingo Boingo). Por estos lares, el grupo a lo mejor nos suena por "Weird science", la sintonía de la serie "Una chica explosiva" (que primero fue una película del recientemente fallecido John Hughes).

12 septiembre 2009

Amigos como éstos

En el submundo youtuberil de los créditos-crossover entre un par de series, me he dado cuenta de que siempre hay tres o cuatro sintonías que se utilizan mucho. Por lo general, suelen ser las de clásicos de los 80, "Embrujadas", "Buffy", "Ángel", "Roswell" y, aunque parezca mentira, hasta "Caso abierto". Sin embargo, hay una que las supera a todas, y ésa es "Friends". Ya tuvimos una primera parte de esa recopilación, pero los fans nunca descansan.



"The Office" se presta a muchos mashups de éstos, pero éste está bastante logrado, mostrando a todos los personajes haciendo cosas bastante estúpidas en su mayoría. Como si todos fueran una extensión de Chandler Bing. La sintonía de "The Office" vale también para un montón de mezclas, como ésta genial con "Galáctica" o esta parodia con Harry Potter.



Hay algo clave para saber cuándo los créditos se ajustan bien al espíritu de los de "Friends", y es ver cómo se sincronizan, y con qué, las palmadas, y que los personajes salgan haciendo el tonto. Éstos de "Bones" mantienen más o menos esa línea. Y con la sintonía, y el estilo, de esa serie hay unos de "Perdidos" muy logrados. De "Perdidos", por cierto, podéis encontrar unos estupendos a lo "Aquellos maravillosos años", y otros muy simpáticos como los de "Verónica Mars".



Hasta "Gossip Girl" se presta a este peaje obligatorio si quieres demostrar que tienes unos fans dedicados, aunque los que están más logrados son los que siguen la estela de "The OC".



Finalmente,una mezcla peculiar, pero que no queda mal, la de "Buffy" con "Embrujadas". No os penséis que "Buffy" no ha tenido el tratamiento "Friends", que sí lo ha tenido, y ésta es la prueba.

11 septiembre 2009

El punto de no retorno

AVISO: Penúltima parada de mi revisión de "Expediente X", en este caso, en la quinta temporada. Como siempre, debo avisar de que, siendo una revisión de una serie que acabó hace siete años, es muy probable que se comenten cosas del final y, en general, haya spoilers de todo tipo para quien no la haya visto. Que no sé a qué esperáis, por cierto.

Vaya por delante una pequeña nota al pie: la quinta temporada de "Expediente X" es, para mí, el final de la edad dorada de la serie. La tercera y la cuarta temporadas fueron su cima artística y, en parte, esta quinta retiene buena parte de la magia de las dos, sobre todo en los capítulos autoconclusivos y, muy especialmente, en el retrato que se hace de Mulder y Scully. Pero la Conspiración aquí perdió todo el interés para mí. Marita Covarrubias era más un lastre que otra cosa, y todo el jaleo de la Colonización, la Resistencia y la vacuna para el cáncer negro, aunque era un concepto interesante, acabó derivando en un jaleo importante. Además de que conocemos por primera vez al agente Spender, protagonista de una aburrida subtrama familiar en la sexta temporada, por eso de que es hijo del Fumador y, por tanto, hermanastro de Mulder. Lo curioso de Spender, por otro lado, es que lo interpretaba Chris Owens, el mismo actor que había dado vida al monstruo incomprendido de "The postmodern Prometheus".

Éste, emitido muy al principio de la quinta temporada, es otro de los grandes hits de la serie, en el que se demuestra una de sus especialidades; la adaptación de una historia clásica (en este caso, la de Frankenstein), mezclada con homenajes cinéfilos aquí y allá (a "Máscara" y al "Frankenstein" de James Whale) y con una sólida mirada a la relación entre Mulder y Scully. Porque ellos dos y todas las cosas sin hablar que flotan entre ellos se adueñan de toda la función, incluso teniendo en cuenta que en bastantes episodios están separados. El calendario de rodaje de la quinta temporada tuvo que adaptarse al rodaje simultáneo de la primera película, así que se aprovechó para mostrar casos curiosos que Mulder investigó antes de entrar en los expedientes X (como el que cuenta el nacimiento de Los Pistoleros Solitarios) o para ahondar un poco más en el carácter de Scully, ya sea en las contradicciones que siente ante su fe católica (que da para unas tramas religiosas que dan bastante mal rollo) o en la necesidad de afirmar su independencia frente a Mulder. Así liberaban alternativamente a David Duchovny y a Gillian Anderson de sus compromisos con la serie para centrarse en la película.

Y así se sacaron de la manga experimentos como "Chinga", una de esas historias retorcidas que se le ocurren a Stephen King, que Chris Carter domó un poco con algunos de los mejores diálogos entre una Scully "de vacaciones" en Maine y un Mulder aburrido en su despacho ("Cásate conmigo, Scully - Esperaba algo más útil"). La presencia de King escribiendo ese guión marcaba también el inicio de la aparición de invitados especiales. William Gibson, padre del cyberpunk, escribió "Kill switch", y Lily Taylor, que entonces estaba muy de moda, apareció como una vidente ciega en "Mind's eye". No me olvido de Luke Wilson en "Bad blood", pero a ese capítulo ya le hemos dedicado una entrada entera. También hay avistamientos de "casi famosos", como el de Garrett Dillahund en "Travelers", donde, por una vez, no hace de malo.

Pero la verdadera fiesta son Mulder y Scully. Siguen discutiendo y siguen teniendo serios problemas de comunicación en cuanto a las cosas que realmente importan, pero en esta temporada se marca un punto de no retorno, ejemplificado aún más con el "no-beso" de la película. Entre la curación del cáncer de Dana, la aparición, y desaparición, de esa hija que no sabía que tenía (y cuya sombra será muy alargada) y la aparición al final de temporada de Diana Fowley (antigua amante de Mulder) y del telépata híbrido Gibson, empieza a quedar todavía más cristalino que los sentimientos entre los dos agentes del FBI tracienden la mera amistad. Como siempre, las miradas (el juego que se traen en muchos episodios en los que Mulder busca los ojos de Scully y ésta los aparta es bastante claro), el lenguaje corporal de cada uno es mucho más explícito que cualquier diálogo. La explosión final en el despacho de Mulder es sólo el aldabonazo que marca ese cambio en la serie (incluida mudanza del rodaje de Vancouver a Los Ángeles), un cambio en Sculder y en la Mitología, pues Carter aprovechó la sexta temporada para hacer borrón y cuenta nueva de la Conspiración original, y empezar otra mucho más delirante.

Destacados: La quinta temporada se emitió entre el 2 de noviembre de 1997 y el 17 de mayo de 1998, meses antes de que se estrenara la primera película (que era un episodio alargado muy entretenido, incluso con mis reticencias hacia la Conspiración). De los 20 capítulos, yo me quedo con el divertido "Unusual suspects" y el protagonismo de Los Pistoleros Solitarios; con "Detour" y sus Depredadores ecologistas (y Scully cantando "Joy to the world", la canción del elefante en la cuerda de araña en el doblaje español), por supuesto con "The post modern Prometheus", con "Christmas Carol" y el estudio de Scully lejos de Mulder, con los divertidos, e incomprendidos, vampiros de "Bad blood", y con "Folie a dieux", sobre un original monstruo en una oficina muy a lo "The Office".

P.D.: Como yo vivo estupendamente haciendo como si las temporadas finales de "Expediente X" no existieran (¿porque seguiste la serie después de que Duchovny se fuera, amigo Carter?), incluso aunque tuvieran buenos episodios sueltos, sólo queda una parada en el revival, pero no será a toda la sexta temporada, sino a unos pocos capítulos que tenía curiosidad por volver a ver, y que recuerdo que estaban bien. Igual, si me animo, hago algo parecido con la séptima, pero lo veo más difícil.