11 agosto 2007

Dies irae

En griego, la palabra Apocalipsis significa "revelación". Eso, y no otra cosa, es el libro final de la Biblia, la revelación a Juan de cómo será el Juicio Final. En todas las épocas con ciertas tensiones (en cambios de siglo, en periodos en los que parece que la guerra es inminente) aparecen obras que lidian con ese momento, con la llegada del fin del mundo, ya sea a través del nacimiento del Anticristo (un ejemplo reciente, y no demasiado bueno, es "El fin de los días"), por culpa de una catástrofe inevitable (tipo el choque de un meteorito, como ocurre en "Deep Impact") o como consecuencia de una guerra devastadora a escala planetaria, generalmente nuclear, un tema que se puso muy de moda con la Guerra Fría, y que "Jericho" repescó para nuestros días. Las que optan por esta última tendencia, suelen centrarse en mostrar qué pasa después de ese Apocalipsis, lo que suele ser todavía peor que el desastre en sí. "Soy leyenda", por ejemplo, se adentra por ese camino, lo mismo que "28 días después" y su secuela, que deben mucho al libro de Richard Matheson.

Al tratar sobre las consecuencias, todo dependerá de cuántos supervivientes haya, de la situación en la que se encuentren... Por supuesto, lo más interesante es tener un grupo pequeño de personas que intentan sobrevivir a la vez que son conscientes de la amenaza inminente que puede terminar con ellos en cualquier segundo (la incansable persecución de los cylones tras los humanos en "Galáctica", la nube radiactiva que amenaza a los escasos supervivientes de "La hora final"). Unos pocos humanos acorralados son una fuente sensacional de conflictos, de dramatismo, de angustia... La situación saca lo peor de cada uno y, en ocasiones, también lo mejor.

En la época en la que nos toca vivir, las historias que amenazan con la llegada del Fin del Mundo están otra vez de moda, casi siempre siguiendo a unos héroes que deben evitar que éste se produzca (ésa era la premisa de la primera temporada de "Héroes"), pero yo encuentro mucho más interesantes las que nos presentan las consecuencias. Esas consecuencias incluso pueden derivarse de un Apocalipsis no en ese sentido literal del término, sino más metafórico, como ocurre con los supervivientes del accidente de avión en "Perdidos", para los que el "fin del mundo" viene representado por esa isla que los pone a todos a prueba. Cuando sabes que sólo quedáis unos pocos, y que vuestros días están contados, lo interesante es ver qué vas a hacer y cómo lo vas a llevar a cabo. La situación no tiene remedio, no hay vuelta atrás. ¿Te vas a rendir?

P.D.: Dies irae es otra manera de nombrar el Día del Juicio Final, el "día de la ira", y es un poema medieval, en latín, muy utilizado en las misas de réquiem, como en la que compuso Mozart.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

He visto que pusiste un enlace a la crítica que hice sobre Soy leyenda; una genial novela sin duda. E interesante tu post, acerca del fin del mundo, que, por cierto, puede ser en cualquier instante. Aunque no lo parezca.

Un placer encontrar este blog.

Una sonrisa.

Pablo Carbonero dijo...

muy buen post,me has hecho repasar mi cultura televisiva y recordar una serie de mi infancia que recupere hace poco en dvd: galactica.
un beso!
Pablo.

Unknown dijo...

La "Galáctica" de nuestra infancia televisiva es un poquito sonrojante vista ahora, la verdad...

Anónimo dijo...

La verdad es que las películas de catástrofes, naturales o no, son uno de mis placeres culpables preferidos. El apocalipsis siempre resulta atractivo, no en vano se lo inventaron los colegas que escribieron la biblia que, como novela de aventuras no está nada mal ;)